«Quiero hacer grandes cosas aquí, pero el Sevilla tiene la última palabra»

Entrevista a Roque Mesa, jugador renacido en Nervión de la mano de Joaquín Caparrós

10 may 2018 / 21:04 h - Actualizado: 11 may 2018 / 19:56 h.
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  • Roque Mesa posa para la cámara de El Correo de Andalucía. / M. Gómez
    Roque Mesa posa para la cámara de El Correo de Andalucía. / M. Gómez

De ser en su día un fichaje casi cerrado por Monchi a llegar al Sevilla FC como refuerzo invernal en la presente campaña. Y de ser relegado al otracismo por Vincenzo Montella a su reaparición con la llegada de Joaquín Caparrós. La relación que mantienen Roque Mesa y el Sevilla carece de desperdicio alguno y ahora, tras unos meses para olvidar por las decisiones del técnico italiano, ambas partes sueñan con exprimir su vinculación por el bien de un equipo que tiene en este centrocampista a uno de sus futbolistas de más nivel y potencial.

—«Ha sido una siesta bastante larga», dijo usted cierta vez sobre su relación con el Sevilla después de haberse roto el acuerdo alcanzado en su día para ficharle. Una siesta que, incluso, continuó prolongándose una vez que llegó al club...

—La verdad es que después de aquella famosa siesta se hizo duro, pero mi deseo, que era poder vestir la camiseta del Sevilla, se ha cumplido finalmente y estoy contento por ello. Se hizo duro, es verdad, pero cuando uno lo consigue...

—Vincenzo Montella no le dio protagonismo alguno, para sorpresa de propios y extraños, después de haber llegado como refuerzo invernal a un equipo con dudas en ese momento y que aplaudía su incorporación...

—Son temas del fútbol. Con el anterior míster no contaba con su confianza. Sobre si hablaba conmigo o no... la verdad es que no, no hablaba conmigo, pero bueno... Yo siempre digo que esto es el fútbol y hay que respetarlo.

—«¡Con lo que me ha costado llegar al Sevilla!», se diría a sí mismo viendo que el entrenador no contaba con usted. ¿Qué pensaba en ese momento?

—Uno lo que quiere es jugar, sentirse futbolista, pero hasta la semana pasada como quien dice no había sido así. Te planteas muchas cosas y lo hablé con mi familia. Piensas que igual éste no es el sitio de uno, pero bueno. Yo siempre he trabajado para tener la oportunidad y siempre que iba por la calle el cariño que sentía de la afición era inmenso, aun sin jugar, y eso me sorprendía bastante. Por eso, una de las cosas te planteas es que quizá merezca la pena seguir luchando por tener una oportunidad. Y así ha sido al final.

—¿Qué le decían esos aficionados? ¿Notaba que tenían fe en sus posibilidades pese a no tener protagonismo en el equipo?

—La verdad es que no me lo esperaba, me sorprendió bastante. Simplemente había disputado un partido, jugué un ratito contra Las Palmas y contra el Villarreal, recuerdo, pero aun así sentía ese cariño. La afición me pedía que me quedara, que aguantase porque iba a tener mi sitio.

—Y llegó Joaquín Caparrós, un entrenador que ha confiado en usted desde el primer día dándole la titularidad y, además, el sevillismo reconoció su buen partido con aplausos...

—Cuando viene un míster nuevo todo el mundo se activa, todo el mundo tiene posibilidades de jugar, pero sí es cierto que Caparrós me ha transmitido su confianza, mucha fe en mí, y me ha dicho que iba a ser importante de aquí al final de la temporada. Cuando un entrenador te dice eso uno está más tranquilo y rinde al máximo. Y eso es lo que he intentado hacer.

—La sensación es que le faltaba precisamente eso, que alguien le hiciera ver que es un futbolista importante para el equipo y que no está aquí de relleno...

—Sí, la verdad es que sí. Uno viene a jugar, a sentirse futbolista y su llegada, su cuerpo técnico, sus ayudantes... Todos ellos me han transmitido su confianza y uno lo agradece porque lo que quiero es jugar.

—Usted siempre ha dicho que tenía ganas de saltar al césped del Sánchez-Pizjuán como futbolista del Sevilla por el clima que se crea junto a la afición. ¿Cómo ha sido esa sensación?

—La afición es muy apasionada y eso es lo bonito. Cuando uno entra al campo, y ya me pasó como visitante, se nota, se nota el peso que tiene la afición aquí, su empuje... Y como local pues más aún. Te lleva en volandas y, como dice la canción, nunca se rinde. Y es la verdad. Para nosotros es muy importante.

—Y ahora, llega el derbi, algo más que un partido tanto para el Sevilla como para el Betis. ¿Cómo está viviendo estos días previos?

—Es muy especial, bonito de vivir... En mi caso, será el primero que dispute y tengo muchas ganas de afrontarlo y de vivirlo en directo. En cualquier momento del día, tanto en la comida como antes de entrenar, en el gimnasio... siempre se escucha hablar porque todo el mundo quiere participar en él por la importancia que tiene.

—Caparrós llegó a hacer famosa la frase «me hierve la sangre roja» antes de un partido de la máxima rivalidad. ¿Cómo le ve? ¿Siente que tiene un cosquilleo especial esta semana?

—Sí, se le nota mucho, es sevillista y se le nota demasiado. Tiene muchas ganas de vivirlo y de ganarlo, por supuesto.

—Se da la circunstancia precisamente de que el Betis estuvo tras sus pasos hasta hace poco para reforzarse...

—Bueno, esto es el fútbol. Desde antes de llegar yo aquí sabían de mi predilección por venir al Sevilla y al final estoy donde quiero.

—Quique Setién habló con usted personalmente para intentar convencerle...

—Tengo una buena relación con Setién. Fue mi entrenador en Las Palmas y bueno... Como digo yo, lo guardo esto como algo privado porque antes de ser entrenador del Betis es amigo mío y la verdad es que tenemos una buena amistad.

—El Betis ha construido un buen equipo, está haciendo una gran temporada, juega en su campo... Será un rival difícil, sin duda...

—Sí. Todos conocemos al Betis. Está en un momento muy bueno, juega muy bien, es la realidad, pero nosotros somos el Sevilla y queremos ganar el derbi.

—Hablemos de su futuro. ¿Qué pasará con Roque Mesa cuando termine su periodo de cesión? ¿Regresará a Inglaterra o ha hablado para seguir en el Sevilla?

—Mi idea es terminar la temporada de la mejor forma posible. En el fútbol nunca se sabe. Está claro que mi familia está muy bien aquí, yo estoy muy a gusto y tengo ganas de hacer grandes cosas aquí, pero la última palabra en este caso la tiene el Sevilla. Yo estoy muy tranquilo y ellos saben lo que quiero.