Sábado de ¿pasión?

Sevilla está ya patas arriba, en sus cosas de Primavera, que este año llega con un agujero en su calendario que media urbe echará en falta: la ya clásica final europea del Sevilla. El equipo de Nervión tiene mal acostumbrado a su hinchada y esta temporada su ambición le ha hecho apuntar más alto y quedarse con poco que hacer en el tramo final. En pleno Sábado de Pasión, el Sevilla convoca a su tropa en el Sánche-Pizjuán con la promesa de levantarse tras cinco jornadas sin ganar. Lo hará con el estadio sonriente, después de varios meses dividido y sin animación en el Gol Norte, el corazón del estadio blanquirrojo en este sentido.

La pasión de este sábado estará en las gradas y quiere el Sevilla que, mal entendida, no permanezca ni un minuto más sobre el césped, donde a lo largo de este desierto tortuoso perdió otra oportunidad de oro para hacer ruido en la Champions y toda una renta con el Atlético de Madrid en la Liga, labrada con trabajo a lo largo de los dos primeros tercios del curso. Ahora los del Calderón, que tienen hoy un duro trámite ante el Real Madrid en el Bernabéu, aventajan a los de Nervión en tres puntos –cuatro con el goal average–. Como quiera que el Villarreal ha titubeado y la Real Sociedad ha copiado la crisis de resultados sevillista, el cuarto lugar no parece peligrar demasiado para el Sevilla, sobre todo si gana esta tarde.

Hay muchas dudas en torno al equipo nervionense en la actualidad. No es habitual ver a Vitolo tan desquiciado como en esa última jugada del Camp Nou. No es normal ver cómo el Sevilla únicamente ha marcado cuatro goles en sus últimos siete encuentros. Extraña contemplar el estado de forma de Nasri, único motor del equipo a juicio de Sampaoli, que ha sorprendido en este tramo por una gestión deficitaria de sus recursos y un discurso alejado de la urgente actualidad.

En definitiva, un Sevilla raro que si no despierta puede rematar grotescamente una temporada en la que a principios de 2017 se atisbaba el paraíso. Si José Castro ha puesto la primera piedra para la reacción con la tan demandada rectificación respecto a los Biris Norte, en huelga hasta el jueves, ahora le toca a Sampaoli alzar la voz en el vestuario. No hace falta que sea literal, sino que el técnico se dé cuenta de los descosidos que presenta su equipo en estos momentos y que busque alternativas para coserlos. Precisamente la lesión muscular de Nasri le abre la puerta al gran cambio. Salvo sorpresa, Franco Vázquez volverá a calzarse las botas desde el inicio. El argentino no juega desde el Sevilla-Leganés (11 de marzo). Entonces dio una asistencia y marcó un gol legal que fue anulado, acabó sustituido y defenestrado. Como Ganso, que lleva mucho más sin jugar (4 de enero en la Copa ante el Madrid).

Es más, también será titular otro futbolista que arribó como una moto y que el entrenador ha ido apartando de la titularidad en beneficio de Ben Yedder: Jovetic. Queda por saber si el montenegrino tendrá la compañía del francés (en un 1-5-3-2) o jugara como única referencia arriba (1-4-3-2-1). El equipo pide a gritos la inclusión de Sarabia, al que habría que buscarle hueco en la medular al regresar Escudero al lateral zurdo (quizás mande a Mariano al banquillo).

El Deportivo, por su parte, visita un estadio donde no gana en la Liga desde 2007, hace justo una década. Lo hará tras perder efecto la llegada de Pepe Mel: acumulan los gallegos tres jornadas sin ganar ni marcar desde que dio la sorpresa ante el Barça en casa (2-1). Mantiene una renta sobre el descenso de seis puntos y viaja sin Carles Gil, Fernando Navarro ni Mosquera.