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Berizzo, dirigiéndose a Ben Yedder durante la sesión de ayer. / Manuel Gómez -
La Liga vuelve a escena con una jornada señalada por aquello de ser la que anuncia la presencia de la UD Las Palmas, el nuevo –y circunstancial– equipo de Vitolo en el Sánchez-Pizjuán. El otrora capitán sevillista reapareció el pasado domingo ante el Athletic tras varias semanas lesionado, lo que avanzó su posible presencia en Nervión, absolutamente confirmada ya.
No le espera un buen recibimiento. Su repentina marcha después de haber viajado en su día a tierras hispalenses para firmar la ampliación de su contrato y dejar tirado al club sentó muy mal. Por ello, a buen seguro este día quedará grabado tanto en la mente del propio Vitolo como en el recuerdo de un Sevilla que tuvo en él a uno de sus estandartes y le vio salir por la puerta de atrás.
El Sevilla, en cualquier caso, debe pasar página y centrarse en lo que realmente permanece: su escudo, ése que defenderá hoy el equipo de Eduardo Berizzo, y mostrar la educación y elegancia que deben existir siempre, por encima de cualquier disconformidad. Todo lo que no sea eso puede costar caro al club –tiene presentados dos recursos contra el cierre del estadio– y a la afición.
El de hoy debe ser mucho más que un día de furia; debe ser un día para disfrutar del equipo mientras éste sigue creciendo sobre la base de sus buenos resultados. Y otro gran motivo más: puede ser el partido número 400 de Jesús Navas con la camiseta nervionense. Todo un hito que no puede pasarse por alto y que invita a premiar con aplausos al canterano.
Berizzo lo ha dicho claro: las maneras de Vitolo no fueron las correctas, pero lo importante es ganar entre todos el partido. Para ello, diseñará un nuevo once en el que no estarán Nolito ni Pizarro, bajas seguras en una lista que dará este mismo miércoles. Jugadores como Correa, Kjaer, Pareja o Geis pueden salir de inicio en un Sevilla que tiene a la vuelta de la esquina la difícil visita al Wanda Metropolitano y la del Maribor al Sánchez-Pizjuán, lo que alimenta la necesidad de seguir rotando.
Todo ello ante una UD Las Palmas que a buen seguro no lo pondrá fácil sobre el terreno de juego pero a la que su presidente ha convertido en algo más que un rival ya para el Sevilla.