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Los jugadores sevillistas saludan a la afición a la finalización del partido. / Efe -
Los jugadores barcelonistas celebran el segundo gol del partido con un Sergio Rico abatido, en primer plano. / Efe -
Jordi Alba supera a Vitolo y cruza el balón, imposible para Sergio Rico. / Efe -
Del Cerro Grande expulsa a Mascherano por la falta sobre Gameiro en el 36’. / Efe -
Doble pasillo de los equipos entre sí por los títulos de Liga y Europa League. / Efe
Siéntete muy orgulloso, Sevilla
El Barcelona tuvo que recurrir a la prórroga para tumbar (2-0) al equipo de Emery, que, en un partidazo sin suerte, acabó con nueve ante un rival con diez y luchó a morir hasta el final
No se podía ser más justos que despidiendo al Sevilla al grito de «campeones, campeones». Pese a su derrota por 2-0 en la prórroga en una final increíble que el equipo de Unai Emery tuvo cerca pero que cedió cuando las fuerzas no daban para más y el Barcelona, que sufrió como nunca, hizo de las suyas. Pueden sentirse orgullosos los sevillistas. Caer así no tiene consuelo, pero ver a este equipo matarse en el campo como se mató es para sentirse orgulloso. Y así lo reconoció la afición, volcada a más no poder en una noche que nadie olvidará.
Frente a todo un Barcelona de 130 goles en la presente campaña y capaz de sonrojar al más pintado, el Sevilla volvió a demostrar su gen competitivo, ése que le ha llevado tan lejos y que en el Calderón salió a relucir desde que pisó el césped. Con Banega retrasado al doble pivote e Iborra alternándose con él, lo primero que consiguió fue controlar al de Luis Enrique. Un remate en buena posición de Luis Suárez (7’) -lo único que hizo- y un cabezazo de Piqué tras un córner (43’) fueron las dos únicas ocasiones claras de los azulgranas durante el tiempo reglamentario. Inquietar, sí; ocasiones claras, contadas.
Cuando Messi cogía la pelota el peligro se palpaba, pero sus incursiones fueron siempre neutralizadas por los jugadores del Sevilla, que, espoleados por una afición que no paró de arroparlo, tuvieron más ocasiones. Se dice pronto. La primera, de Coke, con un disparo desviado dentro del área con todo a favor (16’); y la segunda antes del descanso, de Banega, cuyo disparo de falta desde la frontal lo sacó Ter Stegen de milagro. Ocurrió en el minuto 37 y nació en una falta de Mascherano sobre Kevin Gameiro cuando éste encaraba al portero tras recibir un balón de Iborra. El central fue expulsado con roja directa.
Todo ello con un ambiente espectacular y en el que el equipo de Emery supo jugar muy bien sus cartas: toque de balón, reducción de pérdidas en la medida de lo posible y juego por bandas, con Vitolo haciendo daño en la media punta y Mariano ganando la partida a Neymar mientras Luis Suárez, que luego caería lesionado, se desesperaba. Mucho mérito el del Sevilla.
Con un hombre más sobre el césped, los nervionenses se plantaron en la segunda parte con la misma seriedad. Luis Enrique quitó a Rakitic y sacó a Mathieu para recomponer a su equipo, pero éste sufrió otro revés poco después de que Banega estrellase el balón el poste con un zapatazo desde la frontal (49’). Luis Suárez tuvo que dejar su puesto a Rafinha. Otro giro de tuerca a un partido de toma y daca tras el paso por vestuarios.
El Sevilla se adueñó de la pelota ante un Barcelona encomendado al contragolpe hasta que las fuerzas comenzaron a flaquear en los de Emery. Iborra pidió penalti tras un centro de Coke (85’); Banega fue expulsado por derribar a Neymar cuando éste se colaba en el área tras una pérdida (91’)... Y a la prórroga. Diez contra diez. Más difícil todavía para un Sevilla que tiraba de orgullo... y que vio cómo Jordi Alba hacía el 1-0 de disparo cruzado a pase de Messi (97’). Mazazo. Piqué y Daniel tuvieron el 2-0, pero Sergio Rico lo evitó; salió al campo Llorente -Konoplianka lo hizo antes pero como si nada, todo lo contrario que un genial Iniesta-; Krychowiak cojeaba, el árbitro también... Un final de partido tremendo, con el Barcelona esperado rematarlo y el Sevilla agotando todas sus posibilidades. Neymar, con huecos ya peligrosísimos, hizo el definitivo 2-0. Lo dicho: caer no tiene consuelo, pero caer de esta forma es para que los sevillistas se sientan orgullosos de su equipo.
FC Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba (Sergi Roberto, min. 120); Rakitic, Sergio Busquets, Iniesta (Rakitic, min. 46); Messi, Luis Suárez (Rafinha, min. 57) y Neymar Jr.
Sevilla FC: Rico; Mariano (Konoplyanka, min. 78), Ramí, Carriço, Escudero; Krychowiak, Banega; Coke, Iborra (Llorente, min. 105) Vitolo; y Gameiro.
Goles: 1-0, min. 96: Jordi Alba; 2-0, min. 120+2; Neymar.
Árbitro: Carlos del Cerro Grande (Comité Madrileño). Expulsó con roja directa a Mascherano (min. 36) por parte del Barcelona y por parte del Sevilla a Banega (min. 90). Y a Carriço, por doble amarilla en el 121. Mostró cartulina amarilla a Rami (min. 73), Vitolo (min. 75), Iborra (min. 91), Konoplyanka (min. 101), Escudero (min. 103) y Gameiro (min.114) por parte del Sevilla y a Jordi Alba (min. 87), Neymar (min. 88), Dani Alves (min.88) e Iniesta (min. 88) por parte del Barcelona.
Incidencias: final de la Copa del Rey disputado en el estadio Vicente Calderón del Atlético de Madrid ante cerca de 54.000 espectadores. Presenciaron el partido desde el palco el rey Felipe VI y la reina Letizia, ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, el presidente de la Federación Española de Fútbol Ángel María Villar, el presidente de la Generalitat de Catalunya Carles Puigdemont, la presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena, el alcalde de Sevilla Juan Espadas y el seleccionador nacional Vicente del Bosque.