Son los que no estaban

Otra victoria del Sevilla en punta de lanza de jugadores a los que se esperaba: Carriço y Cristóforo, pero también a este Vitolo con camiseta de la selección

09 ene 2016 / 23:58 h - Actualizado: 10 ene 2016 / 21:59 h.
"Fútbol","Primera División","Gameiro","Vitolo","Carriço","Cristóforo"
  • Carriço, que reaparecía, felicita a Krychowiak en la acción del penalti. Foto: Manuel Gómez
    Carriço, que reaparecía, felicita a Krychowiak en la acción del penalti. Foto: Manuel Gómez

No decepcionó el Sevilla-Athletic, ni el partido ni los contendientes por separado. Decidió el acierto de Gameiro, que encontró el hueco en el mano a mano con Iraizoz que otra veces no vio. Fue la jugada que marcó el partido, una gran jugada, trenzada en asociación de alta calidad de tres futbolistas, precisa, vertiginosa, muy linda, para poner en ventaja a los sevillistas, que antes habían sufrido el acoso de los leones, que mordieron pero sin encontrar la yugular, como sí hizo Gameiro.

El Sánchez-Pizjuán es rehabilitador. Vuelve el Sevilla siempre con magulladuras, aterido de derrota forastera, pero es entrar en Nervión y toma temperatura. No tiene explicación. Lo de fuera, claro. Pero lo cierto es que, de nuevo, fue una tarde redonda en sevillista, más allá del resultado. Entre los mejores, varios jugadores a los que se les esperaba desde circunstancias bien distintas. Como a Vitolo, que tomó el carril que el año pasado le llevó a colocarse la camiseta de la selección. Trabajador como siempre, porque eso nunca lo pierde, aportó el toque de distinción y verticalidad que le hace un futbolista determinante. Con presencia en el pase en la media punta y en el área. Habilitó en el primer gol a Gameiro con balón preciso al espacio y estuvo aquí y allá, siempre inteligente, siempre con las ideas claras. Cristóforo confirmó que ha llegado para quedarse en el once titular. Impresionante lo del uruguayo, al que era imposible esperarlo en semejante nivel de rendimiento con semejante lesión en su rodilla, con recaída incluída. Pero estuvo, otra vez, sencillamente espectacular. En la triangulación del gol de apertura, estuvo, cómo no. Bienvenido, Daniel Carriço: volvió y como ocurrió con Cristóforo, no pareció que se hubiese ido tanto tiempo. Seguro, sólido, hace mejor a su pareja de baile en el centro de la defensa. Kolo tuvo de nuevo un guía.

Al final, el Sevilla cruza el ecuador de la Liga con 29 puntos. Pocos. Pero es que el déficit lejos del oasis de Nervión es incomprensible viendo el bagaje en casa. Aún así, la competición se ha empeñado en darle una segunda oportunidad, porque a pesar de los pesares cuando se va de viaje, duerme en plaza europea, sexto. Con un rendimiento no ya normal, sino regular fuera, estaría en la lucha que debería estar, porque pese a recaudar diez puntos menos que la temporada pasada a mitad de campeonato, ahí está. Y viene otro partido en casa, ante el Málaga, para inaugurar la segunda vuelta. Espera la novena. Aunque antes deberá acabar de apuntarse a los cuartos de Copa y otro derbi más.