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José Castro charla con Sampaoli en un entrenamiento. / M. G.
El malestar del Sevilla con Jorge Sampaoli no sólo no ha desaparecido sino que se ha incrementado en las últimas horas hasta tornar en seria decepción. Pese a las nuevas declaraciones de Claudio Tapia, presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), destacando como único objetivo de su viaje a España la reunión con Lionel Messi, el plan tácito –que no expreso– que se va a seguir en Nervión es el de acabar la temporada de la mejor manera posible y que a finales de mayo Sampaoli siga su nuevo camino y el Sevilla busque un nuevo entrenador. Y es que la clasificación para la Champions 2017-18 es tan importante que una circunstancia tan desagradable como este flirteo sin disimulo del técnico con la AFA se enterrará bajo la alfombra en aras del bien de la institución blanquirroja.
Porque Sampaoli quiere cambiar de pareja de baile. Su relación con el Sevilla parece estar vista para sentencia, toda vez que no le va a decir que no a Argentina de nuevo aunque no hay precisamente pocas aristas para solventar la papeleta. Para empezar, el Sevilla espera que el entrenador dedique todas sus fuerzas a clasificar al equipo para la Liga de Campeones en los siete encuentros que restan para el final de la Liga. Y para continuar, no está dispuesto a perdonarle el millón y medio de euros que cuesta romper su vinculación contractual. Queda ver si la AFA le ayuda al de Casilda en este sentido cuando llegue el momento, pues la intención es la de convencer al club de Nervión de que rebaje esa cantidad. Es el abogado de Sampaoli, Fernando Baredes, quien habla directamente con la AFA para no calentar más a la directiva del Sevilla.
Todo va encaminado a un triste final para una historia de amor que había cautivado a propios y extraños durante toda la temporada. El Sevilla y Sampaoli quedaron desde el pasado mes de agosto como la pareja del momento en el fútbol español, consolidando las expectativas con unos resultados bastantes buenos aunque manchados por la eliminación en la Champions. En esta relación de amor, el Sevilla dio un paso más poniéndose de rodillas ante Sampaoli y sacando un anillo: ¿quieres renovar conmigo? El técnico se ruborizó ante el ofrecimiento de José Castro, pero antes de dar el sí quiero ha encontrado una nueva novia vestida de blanco y celeste ante la que no se puede resistir.
El Sevilla se huele la tostá, aunque ya sólo le queda asumir que Sampaoli sólo le quiere como amigo, pese a la declaración pública de amor que efectuó la pasada semana: «Le he cogido mucho cariño a esta institución, queremos tener la revancha en la Champions la temporada que viene».
Pese a todo, sorpresa no debe causar una situación así, tan común en el fútbol. Rakitic daba excusas mientras estrechaba la mano del Barcelona, Banega callaba tras darle el sí al Inter también con contrato en vigor o el mismo Sampaoli dejaba compuesto y sin novio al Granada el pasado verano tras recibir la llamada del Sevilla. Una moneda común que ahora ve el club de Nervión desde otro punto de vista, casi sin tiempo desde que asumió que Monchi también le dejaba. El duro comunicado emitido el miércoles por el club hispalense es la prueba de que el enfado es considerable. La pataleta pública ha servido para que Sampaoli y la AFA se tapen un poco y para que la afición sevillista, que hace tan sólo un par de meses casi mete en volandas a Sampaoli en el hotel Los Lebreros, compruebe que hay un atisbo de autoridad en su dirigencia.