Tres nombres y una victoria

El Sevilla se supo construir con N’Zonzi en su lugar idóneo, el desequilibrio de Nolito y el ‘multiusos’ Sarabia

09 sep 2017 / 22:14 h - Actualizado: 09 sep 2017 / 22:27 h.
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  • N’Zonzi lucha por un balón con un jugador del Eibar. / M. G.
    N’Zonzi lucha por un balón con un jugador del Eibar. / M. G.

El Sevilla ha cuajado ante el Eibar el mejor partido en lo que llevamos de la temporada. Sin brillo pero de menos a más, puliendo los defectos exhibidos en Getafe y ante el Espanyol y sabiendo adaptarse a lo que le exigía un Eibar al que maniató. Tardó en hacerlo el equipo de Eduardo Berizzo, pero acabó aplastando al rival, construyéndose desde el centro del campo, la cabina de mando de cualquier equipo. Y el mérito es doble, ya que pocos equipos pueden dibujar su medular de tan diferentes formas como el Sevilla, que no contó con Banega, Franco Vázquez ni Pizarro. Lo hizo, primero, colocando a N’Zonzi, al fin, en su posición más idónea: pivote solitario por delante de la defensa. Hasta ahora, ese puesto era ocupado la mayoría de las veces por Pizarro, dejando al francés algo perdido como interior, cuando sus mejores virtudes aparecieron actuando como ante el Eibar. N’Zonzi no es Iborra, cuya llegada al área contraria era un arma peligrosa del Sevilla. El galo ve el fútbol mejor desde atrás. Es desconocido si este resultado hará cambiar de opinión a Berizzo, pero N’Zonzi mejoró sus prestaciones, el equipo se equilibró y ello benefició a Ganso, un jugador letal a pocos metros del área y que parece ir claramente a más, sobre todo cuando el engranaje que tiene por detrás está aceitado, como le gusta decir al entrenador.

En eso tuvo mucha culpa Sarabia, el hombre comodín del Sevilla, capaz de tapar huecos en el lateral izquierdo, en el centro del campo como interior y en cualquiera de las dos bandas. Lo tuvo que reconocer en público el propio Berizzo, que tanto para Liverpool como para Girona ya podrá usar a Banega, el verdadero conductor del Sevilla. Sarabia aportó sacrificio en defensa y lo que ya se sabía, claridad a la hora de jugar el balón. Un apoyo perfecto y cauce de comunicación para N’Zonzi y Ganso.

Cuando alrededor de la media hora el Sevilla adivinó cómo sacudirse la presión del Eibar, se vislumbró que pasaría menos apuros que en Getafe y que gozaría de muchos acercamientos peligroso. Ben Yedder supo trazar los movimientos perfectos y se benefició de un arma que tiene el Sevilla que aprovechar: la capacidad de Nolito de sacar provecho de cualquier jugada. El sanluqueño puede estar jugando muy mal que en cualquier momento desnivela el encuentro. Ante el Eibar, además, estaba jugando bien, aunque también evidenció que no siempre elige lo correcto en los metros finales. Con esos tres puntales, Carriço y Lenglet, los dos centrales, completaron un encuentro de nota alta, Sergio Rico apenas tuvo trabajo y Ben Yedder se sintió muy cómodo en el partido en todo momento.

Para Liverpool, con cambios cantados, la línea a seguir está trazada. El centro del campo volverá a ser clave, porque el estilo de los reds invita, además, a vislumbrar un encuentro de ida y vuelta. La capacidad ofensiva de los de Klopp exigirá la mejor versión defensiva del Sevilla que, a la vez, intuye que podrá disponer de espacios para hacer daño. Eso sí, afinando la puntería.