Las raíces de Flick: salió del 'agujero de mosquitos' por amor y triunfó en el fútbol
El traslado a Bammental cambió su vida: se casó, tuvo dos hijas y en el mismo pueblo de la Selva Negra inició la carrera en los banquillos que lo ha llevado hasta el Barça
En un punto recóndito de la Selva Negra fue donde Hansi Flick puso los cimientos de su prestigiosa carrera, primero como futbolista y posteriormente como entrenador. Nacido en Mückenloch, 'agujero de mosquitos', su traslado a Bammental para iniciar una nueva vida con su esposa Silke lo cambió todo.
Se dio a conocer en el fútbol en el Sandhausen, otro pueblecito de la zona, antes de que lo fichara el Bayern de Múnich, siguiera en el Colonia, donde una lesión en la rodilla lo apartó de la élite y acabó su carrera como jugador en su querida Bammental con el equipo local del Victoria.
En esta coqueta localidad todavía tiene su residencia, vive también su suegra y pasa mucho tiempo. Para nada se aprovecha de su fama y sigue con sus hábitos normales. Acude al restaurante del Victoria, visita la misma cafetería donde le sirven unos helados italianos deliciosos y solo le falta su tienda de deportes que traspasó para que ahora se vendan productos ecológicos de alimentación.
Sus vecinos se sienten muy orgullosos de Hansi. En 2014 fue condecorado en el Ayuntamiento como persona ilustre del pueblo tras ganar al lado de Joachim Löw el Mundial de Brasil, pero lo que más le gusta es su normalidad. Pasea por las calles con normalidad, es amable con todo el mundo y para nada se siente agrandado.
"Era mejor que Kimmich"
Dos de sus amigos son Gustav Gattier, el oficinista del Victoria, y Friedrich Fromm, ex compañero en el Sandahusen. Flick era un pivote defensivo y los dos coinciden en afirmar que "era mucho mejor que Kimmich" para poner un ejemplo contemporáneo.
Ambos tranquilizan a la afición culé asegurando que "le gusta el fútbol ofensivo" y admiten su sorpresa por su fichaje por el FC Barcelona. "Creíamos que se tomaría un tiempo de descanso", pero Flick dejó con la boca abierta a sus amigos con su llegada al club blaugrana a los 59 años, probando su primera experiencia en el extranjero.
Tras colgar las botas en el Victoria Bammental, Hansi ejerció de entrenador en un equipo que actualmente ocupa la sexta categoría alemana, si bien con unas instalaciones propias de primera, gracias a la gestión del incansable Gustav Gattier.
Muy generoso con el Bammental
Llamó pronto la atención de su vecino Hoffenheim y desde entonces arrancó su carrera como míster de élite, aunque también ejerció de director deportivo. En el Hoffenhfeim conoció a Dietmar Hopp, creador de la compañía informática SAP, una figura muy querida en Bammental.
Gracias a la intermediación de Hansi, Hopp invirtió en el Bammental para construir dos modernos edificios, uno para el primer equipo y otro para los chicos de la cantera. Su nombre está en un cartel en la entrada de la ciudad deportiva en señal de agradecimiento. El propio Flick siempre que puede echa una mano y hace poco regaló una costosa cinta para correr con la que completó el gimnasio del club.
A Hansi le gusta vivir con discreción y apenas permite que se desvelen detalles de su vida personal. Su domicilio, una casa rehabilitada un tanto alejada del centro, está camuflada para evitar la presencia de los curiosos. En el pueblo casi nadie quiere habar sobre Flick para respetar su intimidad. Ni tan siquiera el camarero que le sirve los cafés quiere revelar cuál es su especialidad preferida.
Difícil que se enfade
De fútbol sí que permite hablar. Sus amigos explican que su gran referente en el banquillo es Jupp Heynckes, un tanto por encima de Ottmar Hitzfeld. Su manera de ser en los banquillos también se define por ser serena y la famosa bronca en el Mundial de Qatar a la selección dejó a todos con la boca abierta porque no va acorde con su carácter habitual.
Flick no pegaba gritos como jugador ni tampoco es su forma de proceder como técnico. Le gusta el diálogo y ganarse la confianza de los futbolistas desde la tranquilidad. Algo muy grave tiene que pasar para que se enfade.
Su calma va muy acorde con la serenidad que se respira en Bammental. El fútbol es una de las principales pasiones de su hogar y ya se pueden ver por la ciudad deportivos a niños con la camiseta del Barça. La de Lewandwoski es una de las que más triunfa entre los pequeños.
Flick apenas pudo ser felicitado por sus vecinos tras su fichaje por el FC Barcelona. Pocos lo han visto desde entonces, pero están muy felices de que a una buena persona y a un buen ciudadano le haya llegado esta magnífica oportunidad.
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