Fútbol

Los palos y los penaltis rescatan al Real Madrid en San Sebastián

La Real Sociedad mandó tres disparos a la madera con empate a cero y los dos goles de los de Ancelotti llegaron con lanzamientos desde los once metros de Vinicius y Mbappé

Kylian Mbappe celebra con Vinicius su gol de penalti ante la Real Sociedad

Kylian Mbappe celebra con Vinicius su gol de penalti ante la Real Sociedad / AP/Miguel Oses

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

A falta de buen juego, el Real Madrid se aferra a la suerte y a la pegada de sus atacantes para resolver partidos como este en San Sebastián. Un encuentro en el que no fue mejor y estuvo a merced de los de Imanol, pero a los locales le faltó ser más clínicos en el área para certificar las ocasiones clarísimas de las que dispuso. No fue el Madrid un equipo atractivo, ni tan siquiera sugerente. Pero el pragmatismo le permitió llevarse los tres puntos en un duelo que le costó otras dos lesiones: la muscular de Brahim y la que debe explorarse de un Militao que terminó cojo el partido de la rodilla operada.

En el apasionante desafío de la gestión de egos del vestuario del Real Madrid al que se enfrenta esta temporada Carlo Ancelotti, en Donosti el italiano tuvo que resolver al tiempo un problema logístico peliagudo. Sin Camavinga ni Tchouamémi, ambos lesionados, Carletto colocó como ancla a Valverde y regó el campo de violinistas con la intención de rebajar el fragor donostiarra con la pelota en los pies. Alineó de salida a Modric, Arda y Brahim, apuesta que se cobró como víctima a Rodrygo, quien en su etapa más reivindicativa en los medios terminó en el banquillo. Vinicius y Mbappé formaron pareja de baile mientras en la medular Ancelotti fue a Rolex sabiendo que la Real iría a setas.

Imanol apostó por la intensidad y la verticalidad para hacer daño a los blancos, naranjas en esta ocasión. Sergio Gómez y Zubimendi, junto a Sucic, enseñaban el colmillo y relanzaban a Kubo, Sheraldo Becker y un Sadiq al que condenan sus controlesEn las áreas Kylian se mostró cómodo desde el inicio, reconociendo el césped donostiarra, donde ya había deslumbrado con el PSG. Estaba encendido, justo lo contrario que un Vinicius histriónico que sigue fuera de sí.

Tres palos y... dos penaltis

El paso de los minutos confirmó dos cosas. La primera, la lesión muscular de Brahim, al que sustituyó Rodrygo. La segunda, la pérdida de consistencia de un Madrid que retornaba al plan A con la entrada del brasileño. El duelo era frenético cuando Sucic hizo temblar los cimientos de la playa de La Concha con un zurdazo que reventó el larguero. Respondió Rudiger con un testarazo que provocó una intervención mayúscula de Remiro. El choque merecía goles y el tercer aviso fue también local, tras recuperar la enésima pelota en el carril de Mendy y llevar la bola al área, donde Becker acabó estallando otra vez la pelota en el larguero de Courtois. Los blancos se desfondaban atrás en la salida y la Real se fue a por ellos al oler sangre. El descanso apareció como un salvavidas para los de Ancelotti. 

Sucir y Sadiq que terminó con el croata rematando a la cepa del palo. La madera volvía a salvar a los blancos en un partido que la Real merecía ir ganando. Ancelotti tenía al equipo roto porque no eran capaces de superar la presión alta de los donostiarras. Modric no aparecía y no había noticias de Arda. El Madrid estaba sonado, pero no terminaba de caer a la lona. Y el fútbol tiene una máxima inexorable que se cumple siempre, más aún cuando el Madrid anda por medio: “Quien perdona, lo paga”.

Becker dispara al larguero en el partido entre la Real Sociedad y el Real Madrid

Becker dispara al larguero en el partido entre la Real Sociedad y el Real Madrid / AP/Miguel Oses

Rondando la hora un disparo de Arda se topó con el brazo de Santi Gómez, que se resguardó con demasiado celo cometiendo un penalti inapelable. Lo anotó Vinicius, un gol que no maquilló su indolente actuación. Media hora tenían los donostiarras para enmendar la plana, por lo que Imanol movió el árbol apostando por Barrenetxea y Óskarsson. Los locales le pusieron empeño, pero no volvieron a inquietar a Courtois, mientras que en el minuto 72 una jugada sin peligro aparente terminó con otro penalti, este señalado por el VAR. Una de esas faltas máximas que se repescan en el vídeo y nunca se señala en el campo. Un pisotón exactamente igual al que Courtois dio en el Bernabéu al bético Aitor Ruibal, que no se señaló ni lo indicó el VAR. Vinicius tuvo el detalle de cederle el lanzamiento a Mbappé, que no dudó y anotó el segundo gol, certificando el triunfo blanco.

La Real, que se queda con cuatro puntos tras cinco jornadas, ofreció una buena imagen. Para el Real Madrid lo mejor fue el resultado y los goles de un Vinicius gris y un Mbappé, que ya suma cuatro goles en este arranque de temporada, y confirmó que va cogiendo confianza con el paso de los partidos. La madera fue cruel con los donostiarras y el mejor defensa de los de Ancelotti, que esta semana se estrenarán en la nueva Champions ante el Stuttgart con la enfermería cada vez más llena.