Bellingham se diluye mientras se aleja del área para disfrazarse de Kroos

Carlo Ancelotti anda dándole vueltas a la pizarra para equilibrar un equipo lleno de estrellas con una evidente tendencia atacante que difícilmente cuadra a la hora de organizar las fases defensivas. Los devaneos tácticos del italiano van desde el 4-2-3-1 al 4-3-3- pasando por el 4-4-2 en fase defensiva. Ante el Stuttgart, equipo joven y audaz que desnudó todas las carencias atrás de los blancos, Carletto vio cómo la grada del Bernabéu pitaba al Madrid mientras Courtois mantenía al equipo vivo en el partido con sus paradas.

Una ecuación con Mbabpé y sin Kroos

La llegada de Kylian Mbappé, que amenaza el acomodo de Vinicius en la izquierda, es uno de los factores que ha desequilibrado el dibujo y que más dolores de cabeza da al italiano, que está convencido de que el brasileño y el francés pueden convivir con naturalidad en el frente de ataque sin canibalizarse. Algo que, por el momento, no se ha producido por más que ambos están mostrando una actitud positiva para que ocurra.

Sin embargo, el gran problema de Ancelotti es la ausencia de Toni Kroos. El elemento dinamizador del Real Madrid la pasada temporada. “El asunto de Kroos es algo que ya hemos superado. Tenemos que mirar adelante y no atrás para solucionarlo”, apuntó el técnico en la previa del encuentro ante el Stuttgart. Pero la realidad es que no termina de encontrar una solución a esa ausencia porque en su deseo de poner todos los cromos en el césped sigue apostando por Bellingham como centrocampista, mucho más alejado del área que la pasada temporada. Y los partidos y la experiencia confirman que el único que tiene un perfil similar para gobernar los encuentros es Luka Modric, quien cada vez que sale mejora la fluidez del Madrid.

El 'todocampismo' de Bellingham

El caso de inglés es llamativo. Jude ha dejado de ser Bellingham intentando parecerse a Kroos. Y con ello el Madrid ha perdido dos futbolistas, al metrónomo alemán que dirigía el juego del equipo y al finalizador inglés que aportaba desequilibrio y gol en sus apariciones en el área. Porque desde que Ancelotti le dio al británico galones para asumir más protagonismo en la creación, Jude se ha alejado del área y ha rebajado sus prestaciones ofensivas. Bellingham ha participado en tres partidos esta temporada, uno en Liga, otro en Champions y la final de la Supercopa. En los 257 minutos que ha jugado no ha marcado ningún gol y ha dado una asistencia. Solo ha disparado a puerta en tres ocasiones, una por partido, lo que confirma esa pérdida de protagonismo ofensivo. En la pasada temporada, la de su estreno con los blancos, marcó cinco tantos en los cuatro partidos, y anotó en los tres primeros partidos de Champions con el Madrid. Un arranque muy diferente al de esta temporada en la que Carletto, pese a advertir en pretemporada que no tenía intención de retrasarlo, lo ha terminado haciendo.

La prueba más evidente de su nuevo rol es que Bellingham ha recuperado en tres partidos 27 balones (13 ante el Atalanta, 9 frente el Mallorca y 5 con el Stuttgart). Y pese a esa cifra notable, la realidad es que el mediocampo blanco no termina de sintonizar, especialmente a la hora de presionar. Los alemanes dejaron claro en el Bernabéu que Ancelotti no ha terminado de dar con la fórmula para equilibrar defensivamente al equipo con tanto futbolista ofensivo.

Vinicius y Bellingham, los dos principales candidatos a ganar el Balón de Oro el próximo 28 de octubre, han comenzado la temporada ofreciendo un rendimiento muy pobre. El inglés llegó hasta la final de la Eurocopa, en la que fue sometido el 14 de julio por la España de De la Fuente, mientras Vinicius se despedía el 6 de julio con más pena que gloria de la Copa América, en la que Brasil fue eliminado en cuartos de final ante Uruguay en la tanda de penaltis.

Ancelotti es paciente y sostiene que al final logrará cuadrar las piezas y el fútbol comenzará a fluir en este Real Madrid al que los resultados sonríen a falta de desplegar un fútbol más afín a la categoría de sus jugadores. Carlo espera que la incorporación de Camavinga, tras superar su lesión, le ayude a descifrar el sudoku del mediocampo y Bellingham retome la excelencia que mostró la pasada temporada en su estreno como jugador del Real Madrid.