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El Barça confirma que Ter Stegen sufre "una rotura completa del tendón rotuliano de la rodilla derecha" y será operado hoy mismo

El club azulgrana no ha precisado dónde será ni el especialista que lo operará

Ter Stegen, antes de su lesión en La Cerámica.

Ter Stegen, antes de su lesión en La Cerámica. / EFE

Marcos López

Marcos López

Son seis jornadas y seis triunfos. El Barça de Flick vuela en la Liga, pero en el camino va perdiendo piezas que eran esenciales en su estructura. En seis jornadas ha visto caer a un joven prometedor como Marc Bernal, quien había ocupado con honor el hogar que dejó vacío Sergio Busquets cuando se marchó a Miami. Y ahora pierde a Ter Stegen, confirmada la "rotura completa" del tendón rotuliano de su rodilla derecha.

Ocurrió en Vallecas y Flick, pragmático como es, encontró una solución, y también de carácter casero, en Marc Casadó. El vestuario quedó devastado por esa gravísima lesión que padeció el joven en su rodilla izquierda. Igual quedó en Vila-real cuando vio caer a Ter Stegen justo después de atrapar un balón aéreo a la salida de un saque de esquina.

"Las pruebas médicas han confirmado que Ter Stegen tiene una rotura completa del tendón rotuliano de la rodilla derecha", ha informado el club azulgrana, indicando que "esta tarde se someterá a una intervención quirúrgica" sin precisar dónde será ni el especialista que lo operará.

Cayó mal el alemán y la rodilla derecha, la misma que se había operado en dos ocasiones (agosto 2020 y mayo 2021), le envió a la camilla, mientras las lágrimas inundaban su rostro. Gritaba de dolor y, al mismo tiempo, de impotencia, consciente de que se había roto. Una vez más.

Ese tendón rotuliano, del que se tienen las primeras noticias negativas en mayo de 2019 que fue cuando le empezó a incomodar, había cedido. Justo en el momento en que Ter Stegen se estaba redimiendo de su error en Mónaco. Había dejado ante el Villarreal dos paradas monumentales y se había adueñado de la titularidad en la selección alemana tras una larga década de espera a la sombra de Manuel Neuer.

Lloraba desconsolado Ter Stegen en la camilla camino del hospital de Castellón, donde fue sometido a diversas pruebas médicas donde se verificó la existencia de "la rotura del tendón rotuliano", una pieza esencial en la estructura de su rodilla derecha. De la camilla a la ambulancia.

Dejó el hospital en silla de ruedas

De la ambulancia al hospital. Y del hospital a la furgoneta que le trajo, ya de madrugada, de vuelta a Barcelona, mientras sus compañeros ya habían regresado en avión. El alemán abandonó la clínica en silla de ruedas, mientras Flick intentaba buscar soluciones a tan tremenda baja.

Con Marc Bernal la encontró rápidamente. Al día siguiente de lesionarse ante el Rayo, el técnico eligió a Marc Casadó, ofreciéndole la máxima confianza sin buscar excusas ni refugiarse en otras coartadas. Con Ter Stegen más de lo mismo. Miró a Iñaki Peña, el meta suplente, y se entregó a sus manos. Y a sus pies.

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Ter Stegen abandona el campo en camilla. / EFE

En menos de un mes, el entrenador pierde a dos figuras capitales de su proyecto. Pierde al portero que no ha tenido competencia desde 2016. Pierde, además, al capitán. Pierde al jugador que le da sentido al juego desde su inicio, al que no le reprochó su fallo en la Champions sino que le estimuló a seguir trabajando con "una de sus fortalezas", como dijo Flick horas antes de jugar en La Cerámica. Pierde, por lo tanto, a la pieza que da liderazgo al equipo, capaz como fue, con una gran actuación ante el Villarreal antes de lesionarse, sorteando el “error” de Mónaco.

Todo eso es lo que pierde el Barça. Y su entrenador. El problema para Ter Stegen es que encara su tercera lesión en la misma rodilla, y en idéntico tendón, en cuatro años. Y le pilla, además, en el tramo final de su carrera. Lleva una década siendo el portero titular indiscutible, tanto en el Camp Nou como ahora en Montjuïc, devorando su figura a los suplentes que ha tenido, tipo Cillessen (ahora en Las Palmas) o Neto (segundo portero del Arsenal). Y con 32 años se asoma ahora el alemán a una compleja recuperación, con el impacto emocional que le supone reiniciar su cuerpo, teniendo el miedo inoculado dentro.