Entrevista

Juan Antonio Samaranch: "España se merece otros Juegos Olímpicos"

El vicepresidente del COI, aspirante a la presidencia en las elecciones que se celebrarán en marzo de 2025, explica en SPORT las claves de su proyecto y repasa la posibilidad de que tanto Madrid como Barcelona vuelvan a la carrera olímpica

Juan Antonio Samaranch: "España se merece otros Juegos Olímpicos"

Redacción

Joan Vehils | Javier Giraldo

Juan Antonio Samaranch Salisachs (Barcelona, 1959) aspira oficialmente a convertirse en presidente del Comité Olímpico Internacional. Tiene seis meses por delante, hasta marzo de 2025, cuando se llevará a cabo la votación, para convencer a los 107 encargados de elegir al nuevo presidente. 

Junto a él, concurren seis aspirantes más: el británico Sebastian Coe, el francés David Lappartient, el japonés Morinori Watanabe, el jordano Feisal al Hussein, el sueco Johan Eliasch y la zimbabuense Kirsty Coventry.

Samaranch recibe a SPORT (del grupo Prensa Ibérica) en su despacho de la plaza Francesc Macià de Barcelona. Rebosa energía, no en vano viene de competir en la Maratón de Cadaqués (6,5 kms de natación en aguas de la Costa Brava), aunque lamenta que su resultado estuvo por debajo de lo esperado porque no encontró demasiado tiempo para entrenarse. 

Ya es candidato a la presidencia del Comité Olímpico Internacional. Le queda mucho trabajo por delante y un complejo proceso electoral.

En realidad, no creo que sea un proceso particularmente complicado. De hecho, es una elección por parte de 107 personas [los miembros del COI con derecho a voto] que tiene unas características distintas de otro tipo de elecciones mucho más masivas. Es un proceso razonablemente sencillo: los candidatos tendremos tiempo de armar nuestra candidatura y nuestro proyecto para los próximos ocho años, y tendremos la ocasión de explicárselo desde luego a la opinión pública, pero sobre todo a los compañeros y colegas del Comité Olímpico Internacional en varias ocasiones. Y luego nos reuniremos todos, y ellos decidirán. 

Ha pesado mucho más la motivación que el vértigo.

Sin duda. Es el salto más importante de mi vida como dirigente deportivo, el proyecto más importante que voy a intentar en el mundo del deporte. Pero llega un momento muy natural, un momento en el que tengo la experiencia de muchos años en el Comité Olímpico Internacional, con lo complejo que es ese mundo, porque es una máquina que tiene que gestionar un negocio muy importante, pero también tiene que saber transmitir los valores del olimpismo y el equilibrio entre las federaciones internacionales y los deportes, que son el motor de todo. También es básico el equilibrio de los comités olímpicos nacionales. Creo que la experiencia de llevar muchos años en este mundo, la capacidad de gestión y la diplomacia en el deporte son pilares fundamentales para poder llevar adelante el movimiento olímpico en un momento muy complejo. Repito, es un momento en mi vida en el que creo que puedo devolver al menos una parte de todo lo que he recibido.

¿Cómo sería un COI presidido por Juan Antonio Samaranch? 

Es difícil decir que el COI presidido por mí sería muy diferente del que pueda presidir otra persona. Pero hay una serie de considerandos importantísimos: uno es la velocidad de cambio en la sociedad, que es uniformemente acelerado y que requiere de soluciones, quizá distintas de las de los últimos años. Sería sin duda un COI basado en los valores del olimpismo, en la fuerza del deporte y el ejercicio físico para el desarrollo del ser humano y en la importancia del ‘fairplay’.

Samaranch, junto a los periodistas de SPORT

Samaranch, junto a los periodistas de SPORT / / D. Barbeito

Siempre se ha dado por hecho que para ser presidente del COI, o para que una ciudad pueda ser sede olímpica, tiene que contar con un enorme trabajo político, casi diríamos que de ‘lobby’. ¿Es así?

Tampoco es tan complicado: se trata de convencer a unas cien personas. Imagínate un mundo de cien personas, en el que todos nos conocemos muy bien, después de tantos años trabajando juntos. Tenemos una gran confianza entre nosotros: tenemos contacto directo, nos vemos regularmente, así que se trata de explicarles nuestro proyecto. Y no es algo que se haga solamente durante seis meses de campaña electoral, porque seis meses es poco tiempo para construir un proyecto de la nada. Y creo que todos los candidatos partimos desde el mismo punto, porque todos nos conocemos desde hace tiempo.

El proceso de elección a la presidencia parece complejo, pero tampoco lo es tanto: se trata de convencer a unas cien personas

¿Llevar el apellido Samaranch es una ventaja?

Llevo el apellido Samaranch con muchísimo orgullo. Pero nunca, en los más de 20 años que llevo en el COI, he recibido ninguna ventaja por llevar el apellido. Y espero no recibirla nunca, ni ventaja ni desventaja. La prueba es muy clara: en 2007 me presenté al comité ejecutivo del COI, cuando mi padre aún era presidente de honor. Perdí esa votación. Luego, en 2012, me volví a presentar: mi padre ya no estaba entre nosotros, y obtuve la mayoría de votos entre seis candidatos. El apellido Samaranch ni me ha ayudado ni me ha perjudicado; a las pruebas me remito. 

Adiós a los bloques

¿Ya no funcionan los bloques de antaño? El bloque anglosajón, el latino, el oriental, etc. Así se dividían los votos. Usted, por ejemplo, es el único candidato de habla hispana. 

Ya no tanto: todos los miembros del COI tienen criterio y experiencia propia, más allá de su nacionalidad. Llegar al COI supone haber trabajado mucho en el mundo federativo o en los comités olímpicos nacionales, o en el mundo empresarial, como para tener que protegerse dentro de unos núcleos o unos estándares muy estereotipados. Aquello de que si los anglosajones hacen una cosa, los latinos harán la contraria… no es así. Yo creo que son ciento y pico voluntades individuales, a las que hay que entender, respetar e intentar convencer.

Además de usted, hay seis candidatos, algunos más conocidos que otros para el gran público. ¿Qué opinión le merecen? ¿Cree que hay algún favorito?

Me parecen todos estupendos. Una de las reglas que me he impuesto para esta campaña es que no voy a hablar de mis compañeros -y rivales durante este periodo de tiempo- porque con todos ellos me une una buena amistad. Respeto y conozco sus méritos. Todos pueden hacer un gran papel.

Samaranch recibió a SPORT en su despacho de Barcelona

Samaranch recibió a SPORT en su despacho de Barcelona / / D. Barbeito

Marcados por la edad

Existe el condicionante de la edad: no se puede formar parte del COI si se superan los 70 años. Usted cumplirá 65, y Sebastian Coe está a punto de cumplir los 68.

Yo creo que se ha explicado bastante mal, pero la conclusión es que los siete candidatos van a tener las condiciones para poderse presentar y cumplir con los obligaciones que tendrán como presidente, sea por temas de edad, sea por otras cuestiones. Se habló también de que hay candidatos presidentes de federación internacional [Coe, de World Athletics; Lappartient, de la UCI, Watanabe, de la Federación Internacional de Gimnasia y Eliasch, de la Federación Internacional de Esquí] y que eso les podría condicionar. No será el caso: los miembros del COI podrán elegir entre los siete candidatos libremente. Y el que salga elegido podrá ejercer sus funciones con toda legitimidad.

Aquello de que si los anglosajones hacen una cosa, los latinos harán la contraria… ya no es así. Los miembros del COI son ciento y pico voluntades individuales, a las que hay que entender, respetar e intentar convencer

Si usted es presidente del COI, ¿cómo afectaría al deporte español?

Cuando eres presidente del Comité Olímpico Internacional tienes que ser presidente de muchas cosas. Desde luego, yo soy español, me he criado en este país y conozco el deporte español. Un país que tenga un presidente del Comité Olímpico puede tener un nivel de simpatía y de afinidad y de capacidad de acceso a lo mejor superior, pero no mucho más que eso.

Madrid, ¿para cuándo?

¿Se recuperará la candidatura de Madrid?

En las candidaturas y en la vida, aparte del buen trabajo es importante el don de la oportunidad. Presentamos a Madrid en 2012, 2016 y 2020, y competimos contra las mejores ciudades del mundo. Era como jugar la Champions una y otra vez. Y nos quedamos ahí, muy cerca. Y cuando ya decidimos que no podemos seguir, que es muy difícil; cuando abandonamos la carrera olímpica, baja el interés en el mundo por los Juegos y el Comité Olímpico Internacional concede tres Juegos consecutivos sin competencia: París, Los Ángeles y Brisbane. Si hubiéramos llegado un poco más tarde… pero es que ahora, para 2036, ¡ya hay más de diez ciudades precandidatas! No acertamos con el ‘timing’. Dicho esto, España se merece otros Juegos Olímpicos. Madrid una de las pocas capitales importantes del mundo que nunca los ha organizado. No sé cuándo será, pero yo espero verlo en mi ciclo vital. 

¿Qué falló para que Barcelona - Pirineos no fuese sede de unos JJOO de invierno?

Nos vamos a tener que tirar de los pelos durante mucho tiempo por este tema. Los Juegos de invierno de 2030, en la sesión de Mumbai del año pasado, nos los hubieran dado sin ninguna competencia. Estaba decidido. Si no nos hubiéramos peleado Cataluña y Aragón… ahí no puedo entrar porque no sé los detalles, ni quiero decir si alguien tiene razón o alguien es culpable. Yo ahí no puedo ni quiero entrar. Pero si no hubiera sucedido eso, ya tendríamos los Juegos de 2030, que ahora ya están otorgados. Se harán en Niza y los Alpes mediterráneos, una candidatura muy parecida a la de Barcelona; ciudad mediterránea y cerca de la montaña. Un proyecto calcado al que habíamos propuesto. 

Madrid una de las pocas capitales importantes del mundo que nunca ha organizado unos Juegos. No sé cuándo será, pero yo espero verlos

¿Entonces, el proyecto de los JJOO de invierno es recuperable?

No lo sé, pero tengo la sensación de que los trenes pasan cuando pasan. Este era nuestro tren, pero se nos pasó. Lo dejamos seguir. Ahora habrá que armar nuevos proyectos. Yo soy una persona muy optimista, yo creo que con la pasión y voluntad olímpica que hay en este país, con la experiencia y con la marca de Barcelona, que todavía nos dura de 1992, seguro que aquí se pueden armar grandes cosas. Lo hemos demostrado muchas veces. Pero en este momento, yo todavía lo lamento. ¡Qué pena! Estaba hecho. ¡Es que ni siquiera teníamos rival!

A la candidatura de Madrid le falló el 'timing'. Si hubiéramos llegado un poco más tarde…

Los JJOO vuelven a ser apetecibles

Lo comentaba usted mismo: hace unos años, ninguna ciudad quería ser sede olímpica. ¿Se ha superado ese momento de crisis?

Parecía que nadie quería ser ciudad olímpica, pero las cosas se han recuperado. Se ha remontado esa crisis. Fue un momento muy difícil. Bajo la dirección de Thomas Bach se cambiaron muchas cosas. La Agenda 2030 ha cambiado las cosas para mejor. La cuenta de resultados de las ciudades candidatas es ahora mucho más sensata. Me refiero a la diferencia entre lo que cuesta organizarlos y lo que ingresa la ciudad. Están equilibradas las inversiones en infraestructura deportiva que se tienen que hacer en algunos sitios más en otros menos. No hay tantas exigencias ni tantas prohibiciones. Ni pedimos autopistas ni aeropuertos ni trenes para 16 días de competición. Nosotros funcionamos con lo que hay. Ahora se ha hecho todo mucho más fácil y más asequible.

Samaranch, durante la entrevista

Samaranch, durante la entrevista / / D. Barbeito

¿Qué balance hace de París 2024?

Excelente: Francia organizará también los JJOO de invierno en 2030. Para el movimiento olímpico ha sido un ‘reset’ después de unos Juegos dificilísimos en Tokio. Digo dificilísimos porque los Juegos Olímpicos son emoción, no es solo deporte. Y sin público, era muy complicado transmitir emoción. Los de Río también fueron complicados, por los problemas económicos que sufría el país. Son muchos años desde Londres 2012, haber tenido estos juegos en París nos ha llenado de energía y optimismo.

Los JJOO de invierno de 2030 a Barcelona Pirineos nos los hubieran dado: ¡no teníamos ni rival! Pero ese tren pasó

En un mundo tan complejo, sacudido por guerras y conflictos geopolíticos, ¿qué papel puede jugar el COI?

Hay muchos retos, pero yo diría que el más importante es la universalidad. Si no nos mantenemos universales, desaparecemos; se acabó el movimiento olímpico, se acabaron los valores olímpicos, se acabó el efecto de los valores en la sociedad, el respeto a pesar de las diferencias políticas, o religiosas o culturales. Lo demostramos en la villa olímpica, viviendo juntos y respetándose, y luego compitiendo según las reglas marcadas. Si nosotros tomamos partido en cualquier conflicto político en el mundo, ya no hablo de Rusia y Ucrania o Israel y Palestina, porque hay otros 45 conflictos abiertos en el mundo, si tomáramos partido romperíamos esa universalidad. Medio mundo opina una cosa y el otro medio, la contraria. No hay posturas unánimes. Si tomamos partidos, acabaríamos organizando juegos pequeños entre países que piensan lo mismo y que no servirían para demostrar que la humanidad pueda estar unida.

Ahora, todo se ha hecho más fácil y más asequible para que las ciudades aspiren a ser sede olímpica. El COI no pide trenes ni aeropuertos ni autopistas para una competición que dura 16 días

En la historia del COI ha habido momentos igualmente complicados, incluso con boicots de por medio. 

Sí, siempre hay retos sobre la mesa. En muchas cuestiones, las opiniones que nosotros damos por seguras, resulta que más de dos tercios de la humanidad piensa lo contrario. Nosotros intentamos que los jóvenes del mundo se puedan reunir y competir respetando unos valores y buscando la excelencia. Pero no podemos evitar una guerra. Son los políticos, las grandes organizaciones internacionales, quienes deben hacerlo. 

Un mandato lleno de obstáculos

¿Cómo valora los doce años de mandato de Thomas Bach?

Ha tenido que enfocar desafíos muy complicados. Ha sido mandato impresionante. Ha tirado del carro con muchísima fuerza y con mucha visión durante un periodo muy difícil, con el problema del dopaje de la Federación Rusa, el covid, etc. En un mundo que ya no es bipolar, sino multipolar, en el que no hay paciencia con nada, es difícil mantener la universalidad del COI, y lo ha logrado. Thomas Bach lo ha entendido, nos ha liderado y nos ha llevado de cabeza al siglo XXI, atrayendo de paso a las nuevas generaciones.

¿También el futuro del COI pasa por ganarse al público joven?

Es básico. Si los jóvenes están en un sofá jugando a un videojuego tenemos que ir ahí, no podemos esperarlos sentados. Tenemos que ir y hablarles de las virtudes del deporte. Los jóvenes consumen deporte, pero lo hacen de otra manera. Es difícil que un chico de diez años esté dos horas viendo un mitin de atletismo o un partido de fútbol. Pero hay que llegar a ellos de manera activa, no pasiva. Ahí está el ejemplo de los e-games, que el año que viene se celebrarán en Arabia. Nuestra labor es enseñarles que hay una vida en la que el ejercicio físico es la mejor manera de aprender y de respetar a tu rival o compañero.