Fútbol

Las protestas a los árbitros del Real Madrid: de la charla de Megía Dávila a los avisos de Ancelotti

El club y el entrenador han tomado medidas para evitar que suceda lo que está pasando: el 60% de las tarjetas al Madrid esta temporada son por protestar

Munuera Montero muestra la tarjeta amarilla a Kylian Mbappé en el encuentro ante el Espanyol en el estadio Santiago Bernábeu. / EFE/Kiko Huesca

Fermín de la Calle

El Real Madrid ha visto cómo la relación de sus jugadores con los árbitros se ha enquistado generando un problema que parecía aislado y que ha terminado salpicando a toda la plantilla. En el club hay preocupación por esto y Carlo Ancelotti lo confirmó en la rueda de prensa posterior al encuentro ante el Alavés. "La reglamentación ha cambiado y tenemos que acostumbrarnos a esto. Tenemos que evitar las protestas y punto. No es justo o injusto, tenemos que adaptarnos a esto y ya está", advirtió un Carletto molesto. 

Nueve tarjetas de 15, el 60%

El Real Madrid ha visto 15 amarillas en Liga y de ellas nueve han sido por protestar (un 60%). Un porcentaje altísimo, teniendo en cuenta que el Atlético no ha visto ninguna y el Barcelona solo una. Valga como referencia que en la pasada temporada 14 de las 75 amonestaciones que vieron los jugadores blancos fueron por quejarse (un 18%). El asunto se ha agudizado especialmente en los dos últimos partidos, en los que la crispación ambiental parece haber afectado a los jugadores blancos, que han visto tres amonestaciones por protestar ante el Espanyol y otras tres frente al Alavés. 

El sábado los señalados fueron Mbappé, Bellingham y Vini. El primero hizo un aspaviento que el árbitro interpretó que iba a dirigido a él, el inglés protestó la señalización de una falta con una frase que abrió una polémica por la descalificación (what a piece of shit) y Vinicius protestó airadamente al colegiado. Ante el Alavés los amonestados fueron Valverde, que a los tres minutos no estuvo de acuerdo en la señalización de una falta, Vinicius que hizo un desplante a Muñiz por no señalar una falta y Modric, como capitán, por protestar otra decisión arbitral. Seis tarjetas, tres por partidos, que confirman que el asunto se ha convertido en un problema en el equipo. 

Medidas en el vestuario y en el club

El tema no es nuevo en el vestuario. De hecho, los jugadores ya han sido aleccionados en varios ocasiones por diferentes estamentos del club. En primer lugar, Megía Dávila, el asesor arbitral del Real Madrid les dio una charla al inicio de la temporada recalcando la nueva reglamentación arbitral, haciendo un inciso precisamente en el asunto de las protestas a los árbitros, a los que solo se pueden dirigir los capitanes. Y eso no quiere decir que quien porte el brazalete pueda quejarse abiertamente, porque también pueden ser amonestados. 

Pero además de esa charla de Megía Dávila, Carlo Ancelotti ha recalcado la importancia de no dirigirse al árbitro y marcharse del lugar donde esté el colegiado para evitar que la adrenalina les juegue una mala pasada. El italiano ha insistido en más de una ocasión en este apartado y ha pedido a los jugadores que no se dirijan a los colegiados. Incluso ha conversado a solas con algunos jugadores al respecto de esta situación. 

En este aspecto Vinicius ha sido el foco de todas las miradas por ser el jugador más inflamable en el campo. El brasileño ha trabajado con psicólogos del club y se han intentado establecer rutinas que le hagan centrarse en el juego y no distraerse con las decisiones arbitrales. También se ha instado a los jugadores más veteranos y a los capitanes a ayudar a aislarle en este tipo de situaciones que le sacan de los partidos y que hacen que entre en bucle protestando a los árbitros o encarándose con la grada. 

Pero Vinicius no atiende a razones y suma ya tres tarjetas por protestar a los árbitros, poniendo incluso en peligro su permanencia en el campo como ocurrió ante el Alavés. En el minuto 90, ante la cascada de protestas de Vinicius, Ancelotti decidió sustituirlo y al salir vio cómo el cuatro árbitro señalaba seis minutos de prolongación, lo que provocó las risas y los gestos airados del jugador en la banda, donde Chendo, el delegado del Real Madrid, tuvo que llevárselo para que no viese otra amarilla. Al estar fuera del campo el Madrid no se habría quedado con diez, pero el jugador se habría perdido el derbi por ser expulsado.

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Ancelotti y el club lo ha intentado todo. Y el vestuario ha puesto de su parte, pero la crispación reinante ha salpicado al resto de compañeros, algo que preocupa a un Ancelotti que se desmarca del enfado del club con las actuaciones arbitrales y los vídeos de Real Madrid Televisión. El italiano es más pragmático y solo piensa en cómo solucionar un problema que está condicionando el juego del equipo en este inicio en el que el técnico trata de dotar de fluidez al juego y de automatismos integrando a los jugadores que han llegado nuevos. 

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