TENIS | MASTERS 1.000 SHANGHÁI

Alcaraz se desquita ante Monfils y avanza con paso firme hacia los cuartos de Shanghái

El número dos supera con solvencia al francés, contra el que hace dos meses vivió el episodio de los raquetazos, y suma su 12ª victoria consecutiva

Carlos Alcaraz, en el Masters de Shanghai ante Monfils. / ALEX PLAVEVSKI / EFE

No han pasado ni dos meses desde el episodio de los raquetazos de Carlos Alcaraz, pero la sensación que trasmite ahora mismo el tenista murciano es muy diferente y se corresponde mucho más con lo que ha sido durante toda su carrera. Ante el mismo rival que le llevó al desquicio en el Masters de Cincinnatti, el número dos del mundo templó cualquier y siguió alargando la racha triunfal que mantiene desde su regreso de la gira por Estados Unidos. Ya son 12 las victorias seguidas desde entonces, y este jueves buscará el +1 ante Tommy Paul o Tommas Machac en los cuartos de final de Shanghái.

"Me va aplastar, al 100%. Creo que la última vez tuve suerte. No fue un buen partido suyo y yo tuve uno bueno. Su nivel es increíble. Como digo, se está convirtiendo en leyenda. Imagino que me va a aplastar. Intentaré hacer todo lo posible para que no me aplaste tan fácil", decía Monfils, maestro de maestros en eso de las triquiñuelas, antes del choque. Se quitaba presión el francés, sabedor de que a estas alturas de su carrera, con 38 años, tiene ya poco que perder, y más ante uno de los nuevos jefes del circuito.

No cayó esta vez en su trampa un Alcaraz que, eso sí, se lo tuvo que currar. No "aplastó", como aventuraba Monfils, pero sí dio buena muestra de su firmeza en esta gira otoñal por Asia y despachó el parcial con oficio, sabiendo esperar paciente su momento. Sacando muy bien, de media con el primero a unos 200 kilómetros por hora y con buenos porcentajes, el murciano tuvo que fajarse al resto en un primer set en el que un Monfils muy inspirado con su derecha se dio un buen homenaje buscando líneas.

No se apresuró, y encontró recompensa en el mejor momento, con el 5-4 en el marcador. Ahí subió revoluciones, apretó y el francés concedió. Regaló tres bolas de break a Carlitos, se resistió pero a la tercera de set fue la vencida. Ahí ya dijo basta Alcaraz, que con un derechazo a la línea deshizo cualquier reacción y se apunto la primera manga. Tocaba respirar, y seguir.

Alcaraz firme al saque

También para Monfils, al que le pesa el tiempo en pista a su edad, sobre todo ante jóvenes con un poderío físico como el de Alcaraz. Buscaba puntos rápidos el francés, sabedor de que si quería tener alguna opción de remontar tenía que ser regulándose ante un hipotético tercer set. Juegos rápidos al servicio, y no comparecer al resto, cero desgaste. Lo puso todo en su servicio, y en jugársela en cada bola (llegó a pegar un derechazo cercano a los 170 km/h) para llegar al desempate.

Y fue aguantando, hasta que no pudo más. Martilleó Alcaraz, que volvió a encontrar el break tardió, en este caso justo el previo al tie-break. Con 5-5, el francés se puso 40-0 con su saque y estaba a nada de asegurarse el desempate que ansiaba desde el comienzo del segundo parcial. Pero se enredó, y firmó su sentencia. Regaló y regaló, y Alcaraz fue agradecido y, a la segunda bola de rotura se apuntó el break. Y ya con su saque, como venía siendo habitual durante todo el choque, no dudó a la hora de certificar la victoria.

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"Tenía que tratar de estar lo más calmado posible durante el partido, porque sabía que eso me ayudaría mucho. Estoy sintiendo la bola realmente muy bien, mucho mejor que en la gira norteamericana. Así que estoy feliz de haberlo hecho otra vez y espero que sigua así", aseguró al final del choque el de El Palmar, que no aplastó, como le dijo a Monfils en la red, pero sí convenció rumbo a cuartos. Una más a la buchaca y a seguir.   

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