La delegación de Sevilla de la RFAF suspende la jornada de fútbol de viernes y sábado por la borrasca Berenice

La Federación Sevillana de Fútbol (FSF) ha comunicado hoy a los clubes la suspensión generalizada de los partidos fijados para las jornadas de viernes y sábado a causa de la borrasca Berenice, un frente que ha originado la activación del aviso rojo por posibles inundaciones en la Sierra Norte. La medida, que se ha adoptado de forma anticipada para evitar viajes innecesarios de los distintos conjuntos de la geografía provincial, supondrá la futura reasignación de los choques aplazados.

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El organismo federativo provincial ya sopesaba ayer de forma seria la suspensión de las jornadas de viernes y sábado a causa de las previsiones de intensas precipitaciones que pronosticaban los diferentes modelos meteorológicos. La confirmación de la medida se ha producido a primera hora de la mañana y ha supuesto el aplazamiento de cientos de partidos fijados para las próximas 48 horas.

La potente borrasca Berenice ha originado la activación del aviso rojo -las alertas se activan por Protección Civil en función de la previsión- en la Sierra Norte de Sevilla por alto riesgo de lluvias intensas que podrían originar inundaciones. La comarca de la Sierra Morena será una de las más afectadas de la provincia, ya que los pronósticos meteorológicos avanzan la posibilidad de que se contabilicen 120 litros por metro cuadrado entre la medianoche de hoy y el mediodía de mañana sábado.

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El riesgo en el resto de comarcas de la provincia es igualmente alto, ya que se ha activado el aviso naranja por intensas precipitaciones. El propósito de la FSF es recuperar la normalidad la jornada del domingo, un día en el que irán retirándose de forma progresiva los diferentes frentes.

La porosidad de la tierra, clave

Uno de los aspectos que influye, además de la intensidad de las lluvias, en posibles inundaciones es la escasa porosidad de la tierra en la actualidad. El terreno, especialmente compacto a causa del prolongado episodio de sequía, apenas dispone de poros -espacios libres en el subsuelo- que permitan la filtración y retención de agua para evitar balsas que supongan un serio peligro en las zonas colindantes a arroyos o ríos.