Fútbol

Las notas del Real Madrid - Milan: solo Lunin se libra de otro fracaso colectivo

El conjunto blanco pierde la protección que le daba la competición europea como bálsamo y agudiza su crisis sistémica

Reijnders celebra el tercer gol del Milan ante el Real Madrid en el Bernabéu.

Reijnders celebra el tercer gol del Milan ante el Real Madrid en el Bernabéu. / EFE

Denís Iglesias

El Real Madrid tiene un problema. Un único y fundamental que se llama Real Madrid. Un equipo ganador por antonomasia que no ha conseguido establecer la rutina ganadora de cada temporada y que consiste en sacar adelante los partidos por escudo e historia. Un conjunto eléctrico que no necesita ser mejor que el rival para sacarse de encima las debilidades. Contra el Milan, como frente al Lille o el Barça, los de Ancelotti son un equipo vulnerable, sin orden nin concierto.

Mbappé es incapaz de ser el delantero letal por el que tantas vueltas dio el conjunto blanco. La defensa blanca no se impone a ningún ataque salvo por físico. Bellingham es un verso suelto que no forma parte de ningún párrafo. Lucas Vázquez está lejos de ser un sustituto de garantías y Vinicius no puede resolver todos los partidos por arte de magia. Los suplentes tiene que ser revulsivos para demostrar que, efectivamente, el Real Madrid es un equipo preparado y dispuesto a ganar cada título.

Lunin: 7

El ucraniano no se pone nervioso ante casi nada, pero su defensa le sacó de quicio en la primera parte. No pudo hacer nada en los dos primeros goles del Milan. En el primero quedó vendido tras la mala cobertura de Tchouaméni y en el segundo, ante la nula reacción de la zaga, solo pudo ejecutar una buena primera parada en la que Morata cazó el rechace hábilmente. En el arranque de la segunda parte voló y brilló para detener un cabezazo de Leao que hubiera puesto muy complicada la tarea al Real Madrid.

Lucas Vázquez: 3

Sufrió lo indecible ante Rafael Leao, como era de esperar. El extremo del Milan era el jugador más desequlibrante al que se enfrentaba el Real Madrid y quedó emparejado con el rival más débil. Un Lucas Vázquez desesperado al que la sustitución de Carvajal se le va a hacer larga. Acabó viendo la amarilla tras un sombrero de Leao.

Militao: 4

El brasileño deja claro en cada partido que su mayor virtud es el desplazamiento en largo. En un equipo que a duras penas crea juego, esta virtud es fundamental, pero nunca puede cubrir la carencia afectiva de la contundencia defensiva. En el gol de Morata se quedó mirando, como el resto, el remate del español. Ha perdido la simbiosis que tenía con Rüdiger. Ninguno de los dos se acuerda de una fusión que debería ser perfecta para que los de arriba puedan dedicarse a sus tareas. Contuvo bien a Rafa Leao en una contra del Milan, cuando el Real Madrid languidecía a las espaldas de su propio mundo.

Rüdiger: 4

Titular ante el Milan tras recuperarse de su lesión, se esperaba una versión dominante del alemánq ue siempre muestra en Champions. Si para el Real Madrid es la competición por antonomasia, más si cabe para el alemán. No obstante, el conjunto blanco actúa para lo malo en grupo y en la primera parte compartió los errores colectivos. Estuvo más atento en la segunda, para alivio de Carletto en un partido a tumba abierta. Quiso abrir el camino hacia otra remontada con un cabezazo tras una mala salida de Maignan.

Mendy: 4

Pulisic era una pareja más imprevisible y a la vez más amable para el lateral francés. Comparado con Lucas Vázquez, sufrió menos de lo esperado. Mantuvo una larga charla con Mbappé al descanso. Es uno de los aliados con los que cuenta el galo en un vestuario que necesita pegamento frente a los problemas.

Valverde: 4

El uruguayo, como el resto de sus compañeros, está a un nivel menor de lo esperado. Ha perdido el empuje del curso pasado y se pasa el partido en unas circunstancias que le son adversas. Solo jugó la primera parte, en la que se vio obligado a contrarrestar los continuos avances de Rafa Leao en un rombo desfigurado. Donde mejor rinde es con ímpetu atacante y desde el corte, algo que no consigue si el equipo se estrecha hasta el punto de defender sobre su área.

Tchouaméni: 3

El francés necesita urgentemente ser el jugador de 80 millones que el Real Madrid compró en 2022. Se ha impuesto en la rotación a Camavinga, porque tiene un perfil más estático y de contención que protege a Modric, pero está a años luz de lo que se exige a un jugador de primer nivel. Sin tensión en el marcaje, permitió a Thiaw rematar franco en el primer gol y dejó vendido a Lunin.

Modric: 4

La vida del Real Madrid 2024/2025 es así: un jugador de 39 años es imprescindible mientras bate los récords de longevidad. Forma parte del once de gala, un apelativo que va quedándose sin lustre con el paso de las jornadas. Ancelotti ha querido olvidarse de la salida de Kroos con mil remedios y ninguno funciona. El croata es un simple placebo.

Bellingham: 4

Es imposible que el Real Madrid llegue a la excelencia sin el mejor Bellingham. Ancelotti decidió mudar a la derecha al '5' frente al FC Barcelona, como en sus tiempos en el Birmingham, y estuvo completamente superado. Contra el Milan volvió a estar orillado a la izquierda como escolta de Vinicius y anticipo de Mendy. Se activó rápido, dejó varios detalles de calidad, pero su aporte para el ataque blanca queda totalmente anulado si se fija como interior.

Mbappé: 3

Sin saber muy bien cómo, Mbappé es el delantero centro del Real Madrid. No hay ningún otro jugador dispuesto a asumir una figura que en el PSG y en la selección francesa le cargaba, pero aliviaba con excursiones a una banda que ahora es territorio protegido de Vinicius. Falló varias ocasiones claras en la primera parte, salvando el fuera de juego, pero con la misma ineficiencia en ataque que le condena en los contextos decisivos. En el segundo acto la tónica prosiguió mientras se manchaba con intensidad el pantalón de verde. Derrapaba, fruto de la tensión que le provoca ser el hombre sobre el que recae la responsabilidad goleadora.

Vinicius: 5

Recibió, desde que saltó a calentar, el cariño del público del Bernabéu. Algo imprescindible para un jugador que ha vivido una de sus peores semanas como jugador, después del frustrado Balón de Oro. Provocó el penalti que él mismo anotó a lo 'panenka'. Un chute de confianza que acompañó de órdenes continuas en el campo al resto de sus compañeros. No pudo echarse encima al equipo como en otras ocasiones.

Ancelotti: 4

Carletto no está acostumbrado a escuchar pitos en un Bernabéu que siempre le ha adorado. No hay portavoz mejor para el equipo blanco. Seguramente, tampoco un entrenador que sepa controlar y sacar lo mejor de un vestuario de tanto peso. Pero es imposible que este Real Madrid se parezca a lo que él desea, aunque los resultados le acompañen. La nave blanca tiene un timonel de 39 años y un sinfín de estrellas que se explican a base de chispazos. No es un proyecto de lustre y presente continuo como se le pide.

Sustituciones del Real Madrid

El Real Madrid hizo los siguientes cambios.

Camavinga: 5

Camavinga es un hombre fundamental para este Real Madrid, porque tiene el don de la providencia en el robo. La recuperación es una herramienta indispensable para un equipo sin alma en muchos momentos del partido. Por lo menos es un hombre activo, con sangre en las venas y picardía.

Brahim: 5

¿Cuántos partidos arregló la temporada pasada el chico para todo? Lo hacía, porque en un contexto de entreguerras como el que marcaban las numerosas bajas, el Real Madrid fluía con los secundarios. Entró en la segunda parte para intentar la ley del 'ex' que tantas veces ha funcionado en el mundo del fútbol. Generó tanto peligro como pudo.

Ceballos: 4

Salió dispuesto a reivindicarse, sin un atisbo de calma, ofreciéndose y buscando ser el revulsivo en una oportunidad ed oro. Como el resto, carreras sin compás hacia la nada y persiguiendo sombras de un Milan que se fue creciendo con el paso de los minutos.

Fran García: S.C.

Como quien forma parte de un pelotón de fusilamiento a la espera del fin.

Rodrygo: S.C.

El fracaso continuado de Mbappé terminará por abrirle las puertas, pero tendrá que hacer mucho más para demostrar que está por encima de un equipo al que le pesan las expectativas.

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