Tenis

El desplome mental de Alcaraz después de los Juegos Olímpicos: "Echo de menos mi casa"

El tenista español reconoce, tras caer en las ATP Finals, que la frescura mental en la recta final de las temporadas es una asignatura pendiente para él

Carlos Alcaraz, tras su derrota contra Sasha Zverev en las ATP Finals de Turín. / Alessandro Di Marco

Sergio R. Viñas

Una medalla de plata siempre desprende un doble aroma, el de la euforia por ser el segundo mejor en algo entra en colisión con el de la frustración de ser el primero de los perdedores. Carlos Alcaraz eligió enseguida en París cuál iba a ser el modo de digerir la derrota contra Novak Djokovic en la final olímpica, repartiendo sonrisas y ninguna mueca de disgusto, ponderando el valor de lo conseguido y también la monumental cosecha del verano, sumando esa medalla a las victorias en Roland Garros y Wimbledon.

Se encontraba Alcaraz en el cénit de su todavía joven carrera, apenas 21 años en su DNI. Esos tres éxitos en apenas dos meses están a la altura de muy pocos jugadores en toda la historia del tenis, más en la actualidad, en una era en la que es monstruosa la exigencia física... y también la mental. Y quizá por esta última veta, dado su portentoso chasis, se puede explicar lo que ha ocurrido en los meses que han transcurrido desde aquella inolvidable final olímpica.

Los resultados de Alcaraz en 2024

Antes había ganado Indian Wells y había alcanzado los cuartos de final en el Abierto de Australia y los Masters 1000 de Miami y Madrid, en el curso de una temporada sobresaliente a la que puso un pequeño freno en primavera por lesión, renunciando a Montecarlo y Roma. Desde la cita olímpica, sin embargo, las prestaciones en la pista de Alcaraz se han desplomado. La eliminación prematura en las ATP Finals tras su derrota de este viernes ante Alexander Zverev (7-6 y 6-4), con el añadido del resfriado que ha sufrido, han constatado la tendencia.

Carlos Alcaraz pierde ante Alexander Zverev en las ATP Finals de Turín. / Antonio Calanni

Desde agosto, Alcaraz ha conseguido la victoria en el ATP 500 de Pekín como único resultado relevante. En el Abierto de EEUU cayó en segunda ronda frente al neerlandés Van de Zandschulp (74º del mundo entonces) y en los tres Masters 1000 que disputó (no compitió en Canadá) no fue capaz de alcanzar las semifinales: segundo ronda en Cincinnati, cuartos de final en Shanghái y tercera ronda en París-Bercy. En todos los casos, frente a rivales que deberían ser, sobre el papel, bastante inferiores a él.

¿Por qué? Ha habido condicionantes físicos, especialmente en esta Copa de Maestros en la que llegó a considerar la retirada tras perder en el primer partido ante Casper Ruud. Pero los motivos de este desplome de rendimiento tienen mucho más que ver con su cabeza que con su físico. Y él es el primer que no lo esconde.

"No es fácil para mí..."

"Creo que este año he llegado a esta parte mucho mejor que el pasado, pero muy lejos de donde quiero estar. Para mí es un objetivo venir aquí lo más fresco mentalmente que pueda. No es fácil, al menos para mí, viajar mucho en esta parte del año. Echo de menos mi casa. Quiero pasar tiempo con mis seres queridos", explicaba este viernes en Turín.

Si se analiza su todavía corta carrera, se constata, en efecto, un patrón estable. En los cuatro Masters 1000 que se disputan a partir de agosto, el mejor resultado de Alcaraz es la final de Cincinnati 2023, mientras que en los cinco primeros del calendario sumar otros tantos títulos. Dicho de otro modo, su rendimiento es extraordinario de marzo a julio y decae a partir de entonces, con la notable excepción del Abierto de EEUU de 2021, su primera victoria en un Grand Slam, su gran eclosión.

Rafa Nadal y Carlos Alcaraz. / EFE

La Davis, el último desafío

"Este año he jugado grandes torneos y torneos muy malos. Mi objetivo al final es estar siempre ahí. Cada torneo que voy a jugar, al menos llegar a la semifinal, a la final, darme la oportunidad de ganar el torneo. Así que tengo que trabajar", analizaba el murciano, que ya tras romper una raqueta en Cincinatti había apelado a su necesidad de controlar su energía: "He dado pasos hacia atrás. Mentalmente no estoy bien, como que no estoy fuerte. Uno de los problemas que tengo es que no sé controlarme, no sé cómo gestionarlo y eso para mí es un problema".

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Pronto, en una semana como mucho, se le abrirá a Alcaraz la oportunidad de disfrutar del descanso y la desconexión que necesita. Antes de eso, tendrá el último reto de tratar de ganar la Copa Davis con España, en el último torneo de Rafa Nadal como tenista en activo. "Quiero que se retire con un título", decía este viernes, horas antes de viajar a Málaga y comenzar a preparar su último desafío de la temporada.

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