El Barça se lleva el triunfo ante el Valencia en un apasionante festival anotador

El marcador lo dice todo. Un festival desatado de puntos que horadaron defensas laxas, en un partido disputado a todo tren. Con un Barça necesitado de redención por dos derrotas prescindibles (en Lugo ante el Breogán y, especialmente, ante el París en el Palau) y un Valencia enrachado y esplendoroso, con dos partidos seguidos superando la centena.

La centena se la apuntó el Barça (102-99) con sus formidables francotiradores, Kevin Punter (24) y Jabary Parker (19), con cuatro triples cada uno. Le faltó al Valencia una última mano de Chris Jones, que lanzó el triple que iba a forzar la prórroga. Defendió esa jugada de cinco segundos Justin Anderson, su viejo compañero en Valencia, que le mandó callar antes que se abrazaran sonrientes con el pitido final.

La brecha no se cierra

Acabó el fantástico duelo como había empezado. A todo tren, con un Barça que repartió sus primeros 11 puntos entre el quinteto titular y un Valencia que a los cinco minutos ya había cambiado a los cinco. Y no por la mala actuación de los sustituidos, sino por la voluntad de Pedro Martínez de que se jugara volando. La decisión se tornó mala al principio porque los azulgranas se dispararon en el marcador hasta el más 13 (20-16) y una cota máxima de más 16 (35-19), y esa brecha no se cerró.

El Valencia dejó de encontrar canastas fáciles bajo los aros barcelonistas porque lograba sacar de su zona a Willy Hernagómez, uno de los mejores en la pasada hecatombe de la Euroliga. El pívot anotaba (7 puntos), pero dejaba anotar. Vesely igualó la puntuación de su compañero, pero cerró la vía de agua interior. Igual que Metu (6), hasta que se lesionó en el tobillo y abandonó el parquet para no regresar. Fall se lo miró los 40 minutos.

Triples y más triples

Supo ajustar la defensa el Barça, uno de sus defectos, para conservar la renta de la que se aprovisionó para cuando se quedara seco. No sucedió en ningún momento. No perdió la ventaja después de un 0-11 que frenó Núñez con dos canastas para devolver la brújula al equipo que le permitiera alcanzar el descanso.

Y la interrupción sirvió para que el técnico que pierda pueda introducir las correcciones que cree. Sobre todo, un estratega como Martínez. A pesar de una racha de Punter (8 puntos consecutivos), el Valencia redujo sus pérdidas de balón y culminó más ataques. Primero de dos, luego de tres. Nueve de sus jugadores acertaron de lejos. Josep Puerto, con un tiro contra tabla, dejó el marcador al alcance de los suyos.

El partido estaba enfocado a los ataques y el cuadro levantino, el que menos concede de la competición (80 de promedio, presumía), no paró de engullir canastas y puntos. Aguantó el pulso porque, para entonces, tenía a Jones y Montero, que no se habían estrenado en la primera mitad y luego sacaron la ametralladora con 27 puntos entre los dos.