Fútbol

¿Qué le pasa a Mbappé? La lucha contra el síndrome del impostor que sufrieron Zidane, Hazard o Kaká

El francés está muy por debajo de sus expectativas en el inicio de temporada, una situación por la que pasaron otras estrellas del Real Madrid en su primer año y que se prolongó en el tiempo, según el caso

Kylian Mbappé, jugador del Real Madrid, se duele tras un golpe durante el partido frente al Liverpool. / EP

Denís Iglesias

El lenguaje no verbal de Kylian Mbappé durante la derrota del Real Madrid en Anfield dice más de él que cualquier comparecencia. Más allá de su presentación, el delantero solo se ha expuesto en un par de ocasiones a través de los medios oficiales del club. En el descanso se apoyó en el túnel de vestuarios mientras Brahim, uno de los aliados que tiene en un vestuario difícil, daba instrucciones al resto. En el penalti miró hacia todos lados antes de fallar ante Caoimhín Kelleher. Se quedó solo y parado después del error. Salió rápido del vestuario, escoltado por Camavinga y Mendy.

El Real Madrid, una trituradora para ciertos talentos

La sensación es la de estar ante un jugador desconocido que está teniendo problemas para calibrar el equilibrio entre expectativas y realidad. No es la primera vez que sucede algo así en un equipo donde la presión es altísima y que se ha convertido en una centrifugadora de talento para según qué perfiles. El Real Madrid es un equipo que exige competir y resultados, algo transversal al fútbol, pero que en el club más ganador de la historia se extrema. En el caso de Mbappé hay un factor añadido, como son los siete años de espera por un fichaje angular y de proyecto. Una historia de idas y venidas, con un sueño infantil de por medio, que parecía haberse cumplido.

Pero no es ni será la única con este guion. Otras estrellas tuvieron una primera temporada llena de dificultades, algunas salieron del bache, como Zidane, y otros no salieron nunca de él, como Hazard. En lo que va de temporada, Mbappé acumula 1.502 minutos repartidos en 18 partidos en los que ha marcado nueve goles y ha repartido dos asistencias. Pero las sensaciones son peores que los números, con el Real Madrid ocupando la 24ª plaza en la fase de liga Champions, al borde del abismo, y segundo en Liga, con un partido y cuatro puntos que el Barça.

La situación por la que atraviesa Mbappé es similar al síndrome del impostor que sienten algunos jugadores que llegan al Real Madrid como líderes de proyecto en sus lugares de origen y se diluyen en la masa de estrellas que es este club. Una situación que les lleva a ser incapaces de internalizar sus logros y les hace tener un miedo persistente a ser descubiertos como un fraude. "Mbappé sale de un sitio en el que era el gran líder, tanto en la selección como en el PSG, aunque haya convivido con Messi. Ahora llega a un club donde es recibido como el gran deseado e iba a marcar una época, pero ni siquiera juega en su posición", analiza David Peris, presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte.

Zinedine Zidane, Pirri, Kylian Mbappe y Florentino Pérez posan en la presentación del francés como nuevo jugador del Real Madrid. / EP

Hazard 2019/2020 y el calvario de las lesiones

La actuación de Mbappé en Anfield, donde debía asumir el protagonismo por la ausencia de Vinicius, dejó comentarios y comparativas. El ejemplo más reciente de fichaje de altura que fracasó es Eden Hazard. Por el belga, el Real Madrid llegó a pagar más de 120 millones. A estas alturas de temporada, el exjugador del Chelsea sumaba 984 minutos repartidos en 15 partidos, con cuatro asistencias y un gol. Se perdió los primeros partidos por una lesión en un muslo. Pero fue en la jornada 15 cuando empezó su verdadero calvario, aunque ya había sufrido otros tres percances.

Sufrió una lesión en el tobillo contra el Alavés. Tras la exploración inicial se pensó que era una simple contusión, pero al final se descubrió que tenía una microfisura. Ocurrió en el pie derecho, que ya se había operado por factura tres años antes. Por aquel entonces, el Real Madrid de Zidane estaba empatado con el FC Barcelona en la cabeza del campeonato doméstico, que acabaría ganando. En octavos cayó eliminado ante el Manchester City. Las lesiones condicionaron el paso de Hazard por el equipo blanco, que terminó siendo su última aventura en el fútbol.

Kaká 2009/2010 y un entorno contraproducente

Kaká sigue siendo, a día de hoy, el último brasileño capaz de ganar el Balón de Oro. Con el valor de lo conseguido en el Milan llegó al Real Madrid en 2009 por 67 millones, que en su momento le convirtieron en el fichaje más caro de la historia del fútbol. Una condición con la que cargaron varios de los jugadores de esta lista. El mediapunta se quedó en blanco en su primera temporada como jugador blanco, a las órdenes de Pellegrini. Aunque no directamente, su entorno se puso en contra del chileno en varias ocasiones. Kaká tuvo que disculpar las críticas de su director de comunicación o su mujer.

A estas alturas de curso, el brasileño acumulaba 1.426 minutos repartidos en 18 partidos. Había marcado cuatro y repartido siete asistencias que confirmaban parte de las expectativas que sobre él se habían depositado. El Real Madrid iba segundo en Liga, a dos del Barça, y terminaría pasando como primero de grupo en Champions. Pero esta fue una temporada estrepitosa, con el alcorconazo en la Copa de Rey o la eliminación en octavos ante el Olympique de Lyon. Las lesiones, la mala relación con Mourinho y la falta de irregularidad convirtieron a Kaká en una gran decepción.

Presentación de Kaká con el Real Madrid. / EFE

Robinho 2005/2006 y el espejismo contra el Cádiz

La historia de Robinho es un ejemplo de caída a los infiernos. El brasileño pasó de ser elegido por Pelé como su sucesor a la cárcel, donde actualmente espera a que el Tribunal Supremo de Brasil decida sobre las apelaciones con las que busca evitar el cumplimiento de una condena por violación. La llegada del extremo en 2005 ya estuvo envuelta de polémica. En la prensa de su país le acusaron de irse "por dinero" al Real Madrid, donde nunca triunfó. "Cuando el Madrid vino a por mí, vi que tenían un gran grupo de brasileños en la plantilla y el técnico era Vanderlei Luxemburgo. ¿Por qué me iba a ir al Barcelona?", dijo cabreado por los comentarios que rodearon su fichaje.

Todavía hoy el recuerdo de Robinho se remite al debut contra el Cádiz, cuando Luxemburgo, que acabaría siendo sustituido por López Caro, le hizo debutar. Revolucionó el partido con un sombrero y una bicicleta que deslumbraron el madridismo. En noviembre, el Real Madrid iba tercero, a tres puntos de Osasuna en una Liga que se llevaría de calle el Barça liderado por Ronaldinho, con 12 puntos de ventaja. Robinho sumaba 1.242 minutos en 18 partidos. Había marcado dos goles y repartido seis asistencias. En Champions, los blancos cayeron contra el Arsenal en octavos y el Real Zaragoza les eliminó de la Copa en semifinales. Robinho no tuvo ni una salida plácida del Real Madrid, que, bajo el mando de Ramón Calderón, acabó vendiéndole al Manchester City, aunque su deseo era ir al Chelsea.

Beckham 2003/2004 y el exceso de carga mediática

Hasta la llegada de Mbappé, el fichaje de Beckham había batido todas las marcas de impacto, como son la venta de camisetas o los medios acreditados en una presentación. El inglés debutó el 28 de agosto de 2003 en el Santiago Bernabéu y logró el 3-1 contra el Mallorca. Su inicio fue bueno: a estas alturas de temporada, Beckham sumaba 1.484 minutos en 17 partidos en los que anotó seis goles y repartió ocho asistencias. Sin embargo, ese Real Madrid entrenado por Carlos Queiroz solo gana la Supercopa, aunque en noviembre iba líder de Liga.

Beckham se fue diluyendo esa temporada. Tiempo después recordaría sus enfrentamientos con el portugués: "No sé cómo pudo llegar ahí". El talentoso mediocampista fue acusado de borrarse en momentos decisivos para dedicarle más tiempo a sus negocios. Un equipo que contaba con Casillas, Roberto Carlos, Figo, Zidane, Raúl y Ronaldo se hundió en marzo. Es una de las peores inercias que se recuerdan acabó cayendo en cuartos de la Champions con el Mónaco en cuartos y en la Copa del Rey frente al Sevilla en semifinales.

Zidane 2001/2002 y el problema de la posición

El fichaje de Zidane por el Real Madrid fue de telenovela. En el club Náutico de Mónaco en agosto de 2000, Florentino Pérez, en un perfecto francés, le mandó una nota al por aquel entonces jugador de la Juventus: "¿Cuándo te vienes al Real Madrid?". Zizou no se lo pensó y bajo la mirada de Alberto de Mónaco le dijo: "La temporada que viene". Fue en la 2001/2002 cuando el astro aterrizó en el club blanco, donde no pudo jugar los primeros partidos de Champions por una sanción que arrastraba. Una muestra de lo temperamental que era este jugador.

En noviembre, el mediocampista sumaba 1.171 minutos en 13 partidos en los que había marcado cinco goles y cuatro asistencias. Sin embargo, el Real Madrid de Vicente del Bosque marchaba quinto. De hecho, terminó cuarto, a siete puntos del Valencia campeón. La historia en la Copa de Europa fue bien diferente: llegó la Novena con una volea majestuosa de Zidane, con la que se borraron por completo las dudas sobre un jugador que recibió críticas por su cartel de galácticoHasta que finalmente encontró su encaje ideal en un esquema del que incluso se planteó salir en verano.

Presentación de Zinedine Zidane con el Real Madrid. / EFE

Anelka 1999/2000 y un infierno de vestuario

El Real Madrid ha contactado con Zidane para desbloquear la situación de Mbappé. Cómo hubiera agradecido tener a su lado Anelka una figura similar cuando llegó al vestuario del Real Madrid en 1999 cuando acababa de cumplir la mayoría de edad. Sin embargo, era una de las grandes promesas de Europa que nunca logró encajar en Chamartín. En estas mismas fechas apenas acumulaba 666 minutos en 12 partidos, con tres asistencias y ningún gol marcado. Curiosamente, su primer tanto fue en un clásico.

Aquella temporada, el Real Madrid ganó la Octava con Del Bosque al mando, quien asumió las riendas del club tras la destitución de Toshack. Terminó quinto en la Liga que ganó el Deportivo. A principios de diciembre, iba séptimo. "No tenía ni sitio asignado en el vestuario, esperé a todos, pero todos me decían que ese era su sitio. En eso momento me digo: '¿qué hago aquí?'", recordaba Anelka en una entrevista, quien se sintió discriminado con respecto a Morientes, con quien se disputaba el puesto de delantero centro.

Los casos positivos de James y Bale

No todas las primeras experiencias de grandes fichajes han ido mal en el pasado reciente. Es el caso de James, quien deslumbró al mundo en el Mundial de Brasil, cuando ganó la Bota de Oro. El colombiano llegó al Real Madrid en 2014. Esa temporada, el club blanco, entrenado por Carlo Ancelotti en su primera etapa, se conformó con ganar el Mundial de Clubes y la Supercopa de Europa. Pese a ello, James fue uno de los más valorados por el madridismo tras sus 17 goles y 18 asistencias en 3.526 minutos (46 partidos).

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Lo mismo sucedió con Bale un año antes, fundamental en la consecución de la Décima. El galés firmó un doble-doble (15 goles y 12 asistencias) en su temporada de debut, algo al alcance de muy pocos. Además, fue decisivo en la consecución de la Copa del Rey y la Champions, al anotar goles decisivos en las finales de estos torneos frente al FC Barcelona y el Atlético, respectivamente. Es el espejo en el que quiere mirarse cualquier nueva incorporación de postín. No así el 'Wales. Golf. Madrid. In that order', que deslució su final en la casa blanca.

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