La Superliga cambia de nombre y de formato e inicia los trámites legales con UEFA y FIFA

¿Recuerdan que la Superliga era una liga cerrada y formada exclusivamente por un puñado de clubes de élite de Europa? ¿Recuerdan que después la Superliga pasó a ser abierta y con un sistema de ligas con ascensos y descenso? Pues bien, ahora la Superliga ya no se llamará Superliga, básicamente porque la Unión Europea no se lo permite, y el acceso a ella se realizará en función del rendimiento anual en las ligas nacionales.

Esta es la última vuelta de tuerca del proyecto de liga europea impulsado por Florentino Pérez. Este martes, a través de la sociedad promotora A22 Sports que dirige el ejecutivo alemán Bernd Reichart ha anunciado un cambio de nombre y de formato y también que ha iniciado los trámites con la UEFA y la FIFA para recibir la preceptiva autorización para ponerla en marcha.

¿Por qué cambia de nombre? Porque como adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, la sociedad impulsora de la Superliga perdió su disputa con la Superliga de Dinamarca en la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), que le impidió seguir usando ese nombre comercial. Tras ese fallo del mes de marzo, el proyecto de competición pasará a llamarse Liga Unify o Unify League.

Nuevo formato de clasificación

¿Y de formato? Porque la falta de meritocracia y de reconocimiento a las ligas nacionales era uno de los obstáculos que se había planteado por parte de UEFA y de FIFA para su reconocimiento y autorización oficial, la que la propia Superliga (o Liga Unify) reconoce como "modelo deportivo europeo". Ahora propone cuatro ligas compuestas por un total de 96 equipos cuya clasificación dependerá de lo que haga cada equipo en su liga nacional cada año.

En definitiva, lo que ahora propone el proyecto impulsado por Florentino Pérez es un modelo muy similar al de las competiciones europeas de UEFA (Champions, Europa League y Conference), totalmente alejado de la propuesta elitista inicial, que se reducía a 16 equipos fijos que siempre disputarían dicha competición.

"Ahora es el momento de que todos los miembros del mundo del fútbol, incluidas UEFA y FIFA, aporten una verdadera innovación que anteponga la experiencia del aficionado a precios asequibles, el bienestar de los jugadores y la competitividad de los partidos. Mantenemos nuestro compromiso de fomentar relaciones basadas en el respeto mutuo, la transparencia y el diálogo constructivo. Los aficionados, jugadores, clubes, ligas y otros grupos que conforman la familia del fútbol no merecen menos", ha afirmado el director general de A22 Sports, Bernd Reichart, según declaraciones difundidas por la propia organización.

La sentencia del TJUE

Todo ello viene condicionado por la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que reconocía que la UEFA había ejercido un abuso de posición dominante al bloquear el nacimiento de la Superliga mediante la amenaza de sanciones a los clubes y los jugadores que participaran en ellas. Un fallo que no avaló el proyecto de Superliga, pero sí que la salvó de una muerte definitiva.

Lo que en el fondo decía esa sentencia es que la UEFA y la FIFA no pueden vetar competiciones de terceros a capricho, sino que tienen que elaborar un marco normativo que regule los requisitos para la autorización de esas competiciones. Y que estos deben "garantizar su carácter transparente, objetivo, no discriminatorio y proporcionado". Y, en esa línea, A22 Sports explica que este martes "ha enviado una propuesta a la UEFA y a la FIFA para obtener el reconocimiento oficial de sus nuevas competiciones europeas de fútbol de clubes".

Fútbol gratis en TV

En el mismo comunicado, A22 vuelve a remarcar el carácter gratuito que tendrían las retransmisiones televisivas, realizadas por un servicio de 'streaming' llamado Unify, de los partidos de la ahora llamada Liga Unify, con la opción de "acceder a alguno de los paquetes premium con precios asequibles" para quienes quieren ver los partidos sin publicidad.

De fondo, lo que se percibe es el deseo de los impulsores de la Superliga de encontrar un punto de acuerdo con la UEFA que permita aumentar el trozo de pastel y de capacidad de decisión que tienen los clubes sobre las competiciones europeas. En los próximos días, volverá a armarse el discurso de que "la Superliga está más cerca", pero ningún factor objetivo indica que así sea.