España supera por primera vez en su historia los 21 millones de ocupados

España batió este pasado abril uno de sus retos relativos al mercado laboral más esperado: superar la cota de los 21 millones de trabajadores en activo. El empleo lleva instalado en un ciclo virtuoso durante los últimos cuatro años, en los que se han creado más puestos de trabajo que los que se crearon en los cuatro años anteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria.

Más empleo y de mejor calidad, con unos niveles de temporalidad mucho menores y en sectores con mejores sueldos y condiciones. De esos 21 millones de ocupados, 14 millones son asalariados indefinidos. Y el paro baja un mes más, si bien el nivel de desempleados es todavía elevado y España acumula 2,6 millones de personas apuntadas al Sepe.

Si bien este 2024 arrancó titubeante en lo laboral, con unos flujos de contratación prudentes -cuando no flojos en ciertos sectores-, ese paso renqueante duró un suspiro y la actividad económica sigue demandando nuevas manos. Este recién finalizado mes de abril ha cerrado con una ganancia de 199.538 nuevos afiliados a la Seguridad Social.

Una cifra que, con permiso del año pasado, que registro un abril especialmente bueno, ha sido la mejor del último lustro. La resada de Semana Santa -este año cayó del 24 al 31 de marzo- se ha notado especialmente en la hostelería, que ha tirado de la afiliación, con 91.000 nuevos cotizantes. 

El paro descendió en abril respecto a marzo en 60.503 personas, hasta un total de 2,66 millones de desempleados en toda España. Es la cifra de parados más baja en España desde 2008, si bien sigue siendo la tasa de desempleo más elevada de toda la Unión Europea (UE).

Ciclo virtuoso desde la Covid

Esas nuevas contrataciones permite al mercado laboral cerrar el cuarto mes del año en 21,1 millones de cotizantes, cota jamás alcanzada hasta la fecha. La efeméride no ha sido completa del todo, ya que al mes le ha faltado cerrar con 718 mujeres en activo más para poder celerbrar que en España por primera vez se superan las 10 millones de trabajadoras.

Ambas plusmarcas no son flor de un día y es que, con los puntuales retrocesos propios del calendario, España lleva laboralmente haciendo los deberes de manera concienzuda desde que estalló el covid. Y sin que los vaivenes creados por la guerra de Ucrania o la crisis de los semiconductores, entre otros, lograran embarrar esa trayectoria.

Si uno se remonta hasta aquel funesto abril en el que el impacto del confinamiento hizo trizas las estadísticas, desde entonces se han ganado 2,6 millones de ocupados. Para ponerlo en perspectiva, antes de estallar la burbuja del 'tocho', en 2008, durante los cuatro años previos se crearon 2,3 millones de empleos en España.

Más ocupados y en mejores condiciones. La limitación a fórmulas de contratación temporal como el contrato de obra y servicio que instauró la última reforma laboral se nota en las estadísticas. Especialmente en el caso de los menores de 30 años, entre los que la reducción del nivel de temporalidad es más intensa, bajando del 53,1% que registraba antes de la reforma al actual 19,2%.

Trazas de desaceleración

El empleo transita por aguas favorables y seguirá creciendo, salvo sorpresa mayúscula, hasta el mes de julio, como suele suceder todos los años. Es decir, el techo que acaba de marcar con esos 21,1 millones de afiliados presumiblemente se irá elevando durante los próximos tres meses. Luego las empresas, especialmente aquellas dependientes del turismo, bajan el pistón y la afiliación entra en un periodo de cierta hibernación hasta final de año.

La incógnita que aflora ahora es si se consolidarán suficientes contrataciones primaverales para poder cerrar el ejercicio sobre esa simbólica cota de los 21 millones de ocupados. La dinámica es positiva, si bien los datos publicados este lunes por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social también dejan alguna pista que rebaja un tanto el optimismo. Si uno mira los datos desestacionalizados, es decir, restando peso a las actividades más explosivas en cuanto a contrataciones pero que luego también son las que más despiden, en abril se crearon 40.677 empleos.

Siendo una cifra positiva, está por debajo los registros de los dos meses anteriores, donde se superó los 70.000 empleos, y también por debajo de la media del año pasado, que fue de 45.800 nuevos empleos mensuales. Es decir, este indicador muestra que el mercado laboral, sin flaquear ni mucho menos retroceder, sí que está perdiendo algo de velocidad. En este sentido, desde el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social preferido destacar la inercia y que, en términos desestacionalizados, España suma 48 meses consecutivos de aumentos en la afiliación.