Sector bancario

Torres descarta dimitir como presidente de BBVA si fracasa su opa hostil por el Sabadell

El banquero afirma que "lo fácil" hubiera sido no presentar la oferta tras el rechazo de su rival, pero que no es por lo que le "pagan"

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Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EP

Pablo Allendesalazar

El BBVA ha tomado una decisión arriesgada al presentar una oferta para comprar el Sabadell con la oposición del consejo de su rival. Desde 1987 no se producía una opa hostil en la banca española (el fracasado intento del Banco de Bilbao de adquirir Banesto) y el Gobierno y otras autoridades políticas de distinto signo han mostrado su rechazado frontal a la operación. Pese a todo ello, el presidente del segundo banco español, Carlos Torres Vila, ha descartado este jueves dimitir si la opa no sale adelante: "Para nada creo que debería plantearme ese escenario".

Sabedor de la fuerte oposición que afronta, el banquero ha tratado de mostrarse conciliador y constructivo tanto con el Sabadell (consejo, empleados y clientes, si bien ha evitado precisar si mantiene su oferta de tres consejeros y una vicepresidencia de la nueva entidad), como con el Gobierno y las autoridades autonómicas y partidos de las regiones donde la entidad rival tiene más presencia (particularmente Catalunya y Alicante). Pero al tiempo, ha descartado sufrir un coste personal: "Respecto a mi futuro profesional, me preocupa poco. Lo que me preocupa es hacer lo que tengo que hacer, que es tratar de que el consejo tome las decisiones correctas en defensa de los intereses de los accionistas de BBVA". 

Ha justificado, así, la decisión de proponer la inusual operación hostil pese al rechazo del consejo del Sabadell. "Lo fácil hubiera sido abandonar este proyecto, pero no es por lo que nos pagan. Tenemos la responsabilidad de defender los intereses de nuestros accionistas y, en ese sentido, lo que exige la situación ante una operación que tiene enorme atractivo para todos es presentársela a los accionistas del Banco de Sabadell para que decidan", ha argumentado el banquero.

Riesgo reputacional

Torres Vila, asimismo, ha restado importancia a un posible fracaso. "Puede que los accionistas del Sabadell decidan que no tienen interés para entregar sus acciones, en cuyo caso, si se ha generado un daño reputacional bienvenido sea, en el sentido de que hemos hecho lo correcto. Estamos dispuestos este equipo, este consejo y desde luego este presidente a asumir ese riesgo reputacional, si es que se produce esa afectación, porque es haber intentado una operación que tenía mucho sentido. Nadie tiene asegurado el éxito, pero el camino fácil es no intentarlo. Si finalmente los accionistas del Sabadell deciden que no es el camino, estaremos muy orgullosos también de haberlo intentado y para nada tendremos dudas de lo que habremos hecho", ha defendido.

El ejecutivo ha admitido que es "absolutamente factible" que otro banco presente una contraopa por el Sabadell y ha advertido de que el BBVA no tiene margen para mejorar las condiciones económicas de su oferta. También ha reconocido que el Sabadell podría buscar una fusión en la que fuera la entidad adquiriente para defenderse (en el pasado reciente ha tenido interés por Unicaja). Eso sí, con matices: "No es que no pudiera darse, pero tendría un camino un poco más complicado en la medida en que, por la legislación de ofertas (de compra), debería ser algo que debería plantear a su junta de accionistas. No es algo que temamos (...) Si en el camino ellos toman sus decisiones dentro del marco legal, estaremos a lo que vayan decidiendo", ha apuntado. Si la operación no sale adelante, ha asegurado que el BBVA apostará por crecer en solitario, sin compras.

Desde mediados de abril

Torres Vila, además, ha asegurado que su intención fue siempre acordar la operación de forma amistosa. A mediados de abril, ha apuntado, contactó con su homólogo del Sabadell, Josep Oliú, para anunciarle su intención de hacerle llegar una oferta. Se emplazaron para que se la entregase presencialmente el pasado martes 30 de abril, ha continuado, pero la filtración ese día de sus planes le obligó a trasladársela al consejo del banco rival por escrito. Su objetivo era que sirviera de base para una negociación privada, si el Sabadell hubiera tenido interés en ello, pero la filtración -ha argumentado- lo impidió.

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"La aproximación no ha podido ser más amistosa y sigue siéndolo", ha defendido. En el entorno del Sabadell, donde los movimientos del BBVA han sido percibidos como agresivos, el relato es ligeramente diferente. Se apunta a que Torres invitó a Oliú a hablar sobre la posibilidad de una fusión, algo habitual entre banqueros, pero que Oliú le emplazó a esperar al menos hasta la presentación de los resultados del primer trimestre. Apenas un día después de anunciar sus cuentas, la filtración llevó al BBVA a presentar su oferta al Sabadell y anunciarlo públicamente, pero también a comunicar públicamente al día siguiente los términos de la misma, cuando lo habitual es llevar estos procesos con mayor discreción y desvelarlos cuando están más avanzados.

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