Agricultura
Los británicos comen mazorcas de maíz dulce de Sevilla: la segunda productora de la UE está en Arahal
Amarillo Corn, con 30 años de trayectoria, es líder nacional para el mercado fresco de este producto y cultiva en una superficie total de 1.500 hectáreas anuales, en dos cosechas por año
La producción procede del Bajo Guadalquivir, sobre todo de la provincia de Sevilla, un cultivo que se ha visto afectado este 2024 por las labores mínimas realizadas en las campañas anteriores por la falta de agua
En las películas norteamericanas, ver a los protagonistas devorar una mazorca de maíz dulce es algo habitual. Como en Andalucía lo es comerse un aliño de patatas o de tomates. Su cultivo, que nació al otro lado del Atlántico y que se ha instalado en Europa a través de la tradición anglosajona, ha calado también en los campos sevillanos. El Bajo Guadalquivir cuenta con en torno a 1.600 hectáreas destinados a este cultivo, sobre todo en la provincia de Sevilla.
Amarillo Corn, empresa ubicada en Arahal con sede social en Marchena, es la segunda productora de mazorcas de maíz dulce para el mercado de fresco en Europa y lidera el de España. Su historia comenzó hace casi tres décadas, cuando Carlos Sáenz, canario ubicado en Sevilla e ingeniero agrónomo de profesión, y su esposa, vieron en este sector una oportunidad de reengancharse al mercado laboral.
El origen
¿Cómo surgió la idea? "Fue a raíz de que un excompañero de carrera alemán, al que no conocía previamente, estaba buscando un proveedor fiable y nos embarcamos en el proyecto", señala Sáenz, fundador de la empresa y actual gerente. En la actualidad, la segunda generación de aquel alemán que fue el resorte para iniciar la actividad aún es cliente de la compañía, que factura 20 millones de euros al año.
En estos momentos, en Amarillo Corn trabajan con unos 200 o 300 agricultores en el Bajo Guadalquivir y su plantilla alcanza el medio millar durante los momentos de pleno apogeo como ahora. Estas semanas se encuentran en medio de una de las dos cosechas que cada año se dan de mazorcas de maíz dulce en la zona. "Se producen entre 18 y 20 toneladas y junio es el mes fuerte". Lo que distingue al cultivo andaluz del resto de Europa es que es el más temprano, lo que le permite posicionarse en los mercados en unas fechas con baja producción en el resto de países.
"Competimos por ahí, por ser tempranos, porque otros países tienen precios más bajos por distintas circunstancias", subraya Sáenz. Entre ellas, la menor incidencia de plagas, las menores necesidades hídricas o el propio transporte. "A final de junio ya se incorporan otras producciones al mercado".
Reino Unido, principal mercado
Entre sus clientes, se encuentran países de toda Europa, aunque Reino Unido es su principal mercado "porque los volúmenes de consumo son también enormes por la tradición anglosajona", explica el gerente de Amarillo Corn. En este sentido, destaca que en los supermercados británicos siempre tienen que estar las mazorcas de maíz dulce en sus lineales, "como sucede en España con los tomates o los calabacines".
En cualquier caso, se trata de un alimento que cada vez se consume más en España, y está ampliamente extendido en la cocina de los hispanoamericanos que eligen el país para vivir, con platos tan tradicionales como el pastel de choclo.
En el norte de la Península Ibérica también se ha extendido este cultivo, vinculado en este caso a la industria de procesados, más desarrollada en zonas como La Rioja o Navarra.
Campaña 2024
A partir de julio se comenzará a cultivar la segunda de las campañas del año -la anterior se inició en los meses de enero y febrero-, un año que no es "especialmente bueno", según Sáenz. "En los últimos años, debido a la situación hidrológica y con el objetivo de reducir costes, en muchos casos no se han llevado a cabo las labores mínimas para mantener las tierras y tampoco se les ha aplicado el abono necesario, y eso se nota en la producción de este año", recalca Sáenz.
La segunda de las campañas se comienza a recoger a finales de septiembre y octubre, "que es cuando el centro de Europa no puede producir por cuestiones climatológicas vinculadas al frío y también por la falta de luz" y necesitan este producto en sus supermercados.
Además, "ha llovido mal" para este cultivo, al igual que para otros tempranos como la patata. En cualquier caso, destaca el gerente de Amarillo Corn, "se trata de un cultivo que, si bien no se obtiene la misma rentabilidad que otros como el tomate de industria, tiene poco riesgo; además, las necesidades hídricas son bajísimas", añade.
Con él coincide Antonio Mora, agricultor de Lebrija que asegura que este cultivo "se está asentando en el Bajo Guadalquivir porque cada vez hay más demanda en Europa y más agricultores se deciden por él". Por ello, son muchos los que apuestan en los últimos años, según explica, por meterlo en su dinámica de rotación junto a los cultivos habituales de la zona, como el algodón, la remolacha o el tomate. En su caso, la primera cosecha ha ido "fenomenal", sobre todo comparado con los años anteriores, donde la sequía ha sido la protagonista.
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