OPA Talgo
Trilantic y Talgo: una inversión de 18 años y los fichajes que aceleraron la opa frustrada
El consejero delegado de Talgo, Gonzalo Urquijo, afronta dos querellas por la quiebra de Abengoa
Antonio Oporto es consejero independiente de Talgo, al mismo tiempo que socio de Trilantic
Gonzalo Urquijo, consejero delegado de Talgo e Ignacio Mataix, exconsejero de Talgo y asesor senior de Trilantic.
El Gobierno echó por tierra este martes el plan vendedor del mayor accionista de Talgo, el fondo de inversión estadounidense Trilantic, al denegar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) presentada por el grupo húngaro Magyar Vagon para hacerse con el 100% de la compañía constructora de ferrocarriles, aludiendo a razones de seguridad nacional. En un comunicado, el Ejecutivo se limita a argumentar que ha tomado esta decisión porque su autorización "conllevaría riesgos para garantizar la seguridad nacional y el orden público". De hecho, el Consejo de ministros ha declarado la información contenida en este expediente como clasificada.
El plan de Trilantic con Talgo es de sobra conocido: busca vender su participación en la empresa al considerar que su ciclo inversor ya ha concluido y la mejor oferta recibida hasta ahora es la de Magyar Vagon y por eso ha rechazado las alternativas sondeadas hasta ahora como Skoda o un socio industrial español con el apoyo de CriteriaCaixa.
El fondo estadounidense Trilantic, heredero del negocio de banca de inversión de Lehman Brothers, entró en el capital social de Talgo en 2006. El principal accionista de la empresa española es la sociedad luxemburguesa Pegaso Transportation International con el 40,03% del capital social. Esta sociedad está repartida entre los accionistas de control de Talgo: Trilantic cuenta con el 63% de las acciones, el 20% lo sigue manteniendo la familia fundadora Oriol y el resto está en manos de Torreal, el vehículo de inversión del empresario Juan Abelló.
Por detrás de Pegaso en el capital de Talgo figura el 'family office' Torrblas, un vehículo de inversión familiar madrileño, liderado por Ana Patricia Torrente, que cuentan con el 5,03% de las acciones de la empresa, valorado en 31,7 millones, según los registros de la CNMV.
Un reparto accionarial complejo, pero en el que la última palabra la tiene Trilantic. El poder del fondo estadounidense se refleja en el reparto de los puestos en el consejo de administración de la fabricante de trenes. Trilantic cuenta con dos consejeros dominicales en el órgano como Javier Bañón, socio fundador de Trilantic, y Javier Olascoaga, socio director. El otro dominical de Talgo, Pedro del Corro, es asesor senior y miembro del consejo de administración de Torreal.
Entre los consejeros independientes de la compañía española destaca también Antonio Oporto, socio industrial y de energía de Trilantic y miembro de su consejo asesor, tal y como se puede ver en la página web del fondo. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) recuerda que un consejero independiente "debe desempeñar sus funciones sin verse condicionado por relación alguna con el equipo gestor ni con los accionistas de control de la sociedad. (...) La misión fundamental de los consejeros independientes es defender los intereses de todos los accionistas, y en particular de los minoritarios que no tienen acceso a un puesto en el Consejo; esto es especialmente relevante en situaciones de conflicto potencial (operaciones vinculadas, opa, fusiones...)". Algo que en el caso de Oporto no se cumple.
En el caso del independiente Emilio Novela también fue miembro del consejo asesor de Trilantic Capital. En la junta de accionistas de 2022, el accionista y consejero delegado de la firma de inversión española Axon Partners Alfonso de León planteó dudas sobre la condición de consejeros independientes de Oporto y Novela. De León planteó, asimismo, un puesto en el consejo para Axon y un bloque de accionistas minoritarios que aglutinaban el 7% de los títulos de Talgo, algo que decayó por la voluntad de la mayoría accionarial.
Desde Talgo respondieron posteriormente a De León que "Oporto y Novela ni mantienen ni han mantenido en ningún momento una relación de negocios significativa con la Sociedad, con cualquiera sociedad de su Grupo, ni con accionista de control alguno, ya sea en nombre propio o como accionista significativo, consejero o alto directivo de una entidad que mantenga o hubiera mantenido dicha relación".
Los vínculos de Trilantic y Talgo van más allá de su accionariado. El directivo Ignacio Mataix, presidente de la compañía de servicios Serveo -la antigua marca de Ferrovial Servicios- y que llegó a ser consejero delegado de Indra, ha hecho el camino inverso: pasó de ser consejero independiente de Talgo entre junio de 2018 y marzo de 2022 a ser nombrado asesor de Trilantic el pasado mes de noviembre, según refleja en su perfil público de Linkedin.
Urquijo, en el ojo del huracán por Abengoa
El actual consejero delegado de Talgo, Gonzalo Urquijo, está en el ojo del huracán por su gestión al frente de la compañía andaluza de renovables Abengoa. El consejero delegado de Talgo afronta dos querellas por la quiebra de la empresa sevillana, una de ellas promovida por la familia Benjumea y otra de unos 600 accionistas de la multinacional sevillana.
Urquijo antes de su llegada a Talgo como CEO ya mantuvo relaciones comerciales con su principal accionista. En concreto, el directivo vendió al fondo estadounidense activos de Abengoa antes de que le fichara como consejero delegado para Talgo. La compañía andaluza vendió cuatro plantas de bioetanol ubicadas en Cartagena, La Coruña, Salamanca y Lacq (Francia) a Trilantic por 140 millones en 2017 y tres años después el fondo estadounidense las vendió por 400 millones, generando unas plusvalías de 260 millones.
El fichaje de Urquijo llegó con el aval de la comisión de nombramientos y retribuciones de Talgo, un órgano interno de tres personas, que preside el consejero indepediente ligado a Trilantic Antonio Oporto, y en la que también figura como vocal Javier Bañón, socio fundador de Trilantic.
Los accionistas minoritarios de Abengoa han denunciado en repetidas ocasiones que las plantas de bioetanol de la empresas fueran malvendidas al fondo estadounidense, que tres años después generó un beneficio de 260 millones. Un mes después de que Trilantic vendiera estos activos, Gonzalo Urquijo y su consejo fueron destituidos por los votos de la junta general extraordinaria de Abengoa celebrada en noviembre de 2020. El consejo propuso como solución a la deriva de la compañía un rescate que separaba la matriz cotizada del resto de sociedades y por el que los accionistas perderían toda su inversión.
Urquijo no llegó a Abengoa con el visto bueno del mayor 'proxy advisor' del mundo. En la junta de accionistas de 2022, el asesor de voto estadounidense ISS recomendó a los accionistas de Talgo que votaran contra el bono por su fichaje de 850.000 euros como consejero delegado de la fabricante de trenes.
En plan de Trilantic pasa por vender la compañía y deshacer su posición, ya que consideran que su ciclo en la compañía ha concluido tras su inversión en 2006 gracias a las plusvalías conseguidas hasta la fecha. Sin embargo, los accionistas minoritarios que entrasen en Talgo en los últimos años arrastran importantes pérdidas: en los últimos cinco años cae un 25,6% en bolsa y desde su debut en el parqué en 2015 la acción se desploma un 50%.
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