Nueve años después

El 'dieselgate' coloca por fin ante la justicia al exjefe de Volkswagen, Winterkorn

La fiscalía de Braunschweig acusa al expresidente de VW de fraude a gran escala, manipulación empresarial y del mercado automovilístico y falso testimonio

El ex-CEO de Volkswagen, Martin Winterkorn, en el juzgado de Braunschweig, este martes. / EFE

Gemma Casadevall

Casi nueve años han pasado desde que estalló, desde Estados Unidos, el caso del 'Dieselgate‘, como se conoce al escándalo desatado tras revelarse que Volkswagen equipó nueve millones de motores del tipo 'EA 189‘ con un programa capaz de esconder sus emisiones en pruebas de laboratorio. Este martes compareció por fin ante la justicia de Braunsweig, ciudad vecina a la sede del consorcio de Wolfsburg, quien fue el presidente del grupo, Martin Winterkorn.

La primera vista se abrió con una declaración del encausado, que asegura no haber tenido conocimiento de lo ocurrido. Es complejo que pueda llegar a demostrarse lo contrario, según observadores alemanes que siguen el proceso -en el que, como siempre en Alemania, solo se permite el acceso de cámaras en los minutos iniciales-. Debe haber evidencias en el sentido de la acusación, lo que entre el entramado de reuniones y consejos a distintos niveles del gigante automovilístico, más el tiempo transcurrido, es difícil que pueda ocurrir.

Unos 32.000 millones en indemnizaciones y costes

El objetivo del proceso es esclarecer hasta qué punto y cuándo tuvo conocimiento el entonces máximo responsable del grupo de una manipulación que, además de causar enormes daños a la credibilidad de VW, provocó el desplome de sus acciones en bolsa inmediatamente después de conocerse. El asunto se reveló a través de las autoridades estadounidenses de medio ambiente, que detectaron el programa con que se habían equipado los motores diesel. En los años siguientes, VW ha tenido que pagar hasta ahora unos 32.000 millones de euros en indemnizaciones y costes procesales, principalmente a EEUU, además de afrontar la exigencia de Bruselas de compensar a los afectados.

Antes que Winterkorn, desfilaron por la audiencia de Braunsweig otros cargos o excargos del grupo. El de más rango fue, el año pasado, el exdirector general de Audi, Rupert Stadler. Son muchas las piezas del entramado, que en los medios alemanes adopta cierto aire de 'culebrón‘ entre las altas esferas del gigante automovilístico.

El 'Dieselgate‘ no solo cayó sobre la marca matriz, VW, sino que salpicó el resto de marcas del grupo, incluido Audi, Skoda y Seat. El objetivo de la manipulación estaba claro: esconder en los test de laboratorio las emisiones reales de sus motores diesel ante las autoridades, inicialmente las estadounidenses. El fraude alcanzó, por extensión, a clientes de todo el mundo, según la fiscalía de Braunschweig, que imputa a Winterkorn, de 77 años, fraude a gran escala, manipulación empresarial y al mercado automovilístico, además de falso testimonio.

Juicio demorado

Según la acusación formal, el entonces presidente del grupo, que dirigía VW desde 2007, tuvo conocimiento de las manipulaciones ilegales, a más tardar, desde mayo de 2014. Pero lo silenció, lo que equivale a encubrimiento, a juicio del fiscal. Con ello trasgredió la obligación de toda empresa que cotiza en bolsa de informar de los riesgos de su firma, en cuanto tienen conocimiento de ello.

Winterkorn dimitió de sus cargos en septiembre de 2015, tras salir a la luz el escándalo. Desde entonces ha negado reiteradamente, a través de sus abogados, haber tenido conocimiento del asunto. En ese mismo sentido se pronunció el pasado febrero, al ser citado como testigo en un proceso civil asimismo relacionado con el caso. Admitió hacer sabido que había "dificultades“ en el mercado de EEUU, pero no consideró que podía tratarse de falseamiento, manipulación o fraude.

Que la justicia haya tardado tanto tiempo en sentarle en el banquillo, mientras que han pasado por otros procesos civiles ingenieros y cargos intermedios, se debe a una serie de 'demoras‘ relacionadas, en algunos casos, con una operación de cadera o de rodilla y otros asuntos. Para el proceso ahora abierto están programadas 89 vistas, que discurrirán en paralelo a otros cuatro procedimientos contra personas asimismo relacionadas con el escándalo.

Tibias penas

El proceso contra el exdirector de Audi Stadler fue hasta ahora el más relevante de los llevados a cabo en Alemania. Fue condenado a 21 meses de prisión, que quedaron en suspenso, y a una multa de 1,1 millones de euros. Asimismo fueron juzgados Wolfgang Hatz, exdirector de Audi y Porsche, y su segundo en Audi, Giovanni Pamio. El primero fue condenado a dos años de prisión, asimismo en suspenso, y a una multa de 400.000 euros, mientras que Pamio recibió a 21 meses de prisión en suspenso y 50.000 euros de multa.

La relativa tibieza de las condenas ha sido duramente criticada en los medios alemanes, que lo han llegado a considerar una burla, teniendo en cuenta los daños multimillonarios causados, no solo en multas e indemnizaciones, así como el engaño que supuso a los clientes del grupo.

Malos tiempos para la marca VW

Con el capítulo de Winterkorn, el 'Dieselgate‘ entra por fin de lleno en la responsabilidad al nivel más alto, lo que coincide además en un momento de otras malas noticias y nubarrones sobre VW. El lunes, el jefe de VW, Oliver Blume, comunicó que la empresa no descarta ya cierres ni despidos en sus plantas en Alemania. "El entorno económico se ha endurecido. Hay nueva marcas presionando sobre Europa“, afirmó, ante lo cual las empresas deben "actuar en consecuencia“.

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Ello implica el fin de las garantías anti despido hasta 2029 acordadas con los sindicatos, que han anunciado que opondrán resistencia a esta decisión. En VW existía desde994 esta garantía contra los despidos, por encima de las sucesivas crisis del sector y gracias a sucesivas fórmulas pactadas entre la patronal y el comité de empresa.

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