Horizontes

El puerto de Alicante apuesta por nuevas rutas, empresas tecnológicas e hidrógeno verde para competir

Condicionada por la cercanía del macropuerto de Valencia, la infraestructura trata de encontrar su propio espacio en el Mediterráneo con la apertura de nuevas líneas de mercancías con Turquía, Marruecos y Egipto

Imágenes del puerto de Alicante

Imágenes del puerto de Alicante / Miguel Vilaplana

Miguel Vilaplana

No es sencillo convivir a escasos kilómetros con un macropuerto gigantesco como el de Valencia, el segundo a nivel nacional en tráfico de mercancías, solo por detrás del situado en la bahía de Algeciras. Siempre a la sombra y condicionado por el enorme poder de atracción del otro. Pero esa es la realidad del puerto de Alicante, que lejos de achantarse está realizando titánicos esfuerzos por hallar su propio espacio en el Mediterráneo. Y todo ello a través de varias vertientes, siempre con el objetivo de ganar protagonismo y posicionarse como un centro de dinamización económica. Por un lado, con la propia actividad portuaria, a través de la apertura de nuevas líneas de mercancías con Turquía, Egipto y Marruecos, así como el refuerzo de las de Canarias. Y por otro, como polo de captación de empresas tecnológicas, algo en lo que Alicante se está especializando en los últimos años. Y todo ello sin olvidar la sostenibilidad, una apuesta destinada a convertir el puerto en un referente en la materia, empezando por la instalación de una planta de hidrógeno. 

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en este caso sirven para establecer cuáles son las diferencias reales entre los puertos de Valencia y Alicante, separados por apenas 125 kilómetros en línea recta. Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, durante el año pasado el puerto valenciano movió 76,8 millones de toneladas de mercancías, solo por detrás de los 97,1 millones de Algeciras. El puerto alicantino, por su parte, se quedó en 3,1 millones de toneladas, a años luz por tanto de la enorme infraestructura de la capital de la Comunidad Valenciana. Y en lo que llevamos de año las distancias se mantienen, con 47,6 millones de toneladas de mercancías en el puerto de Valencia frente a los 1,8 millones de Alicante.

Son cifras, por tanto, que ponen en evidencia la enorme distancia existente tanto en dimensión como en actividad de una infraestructura y otra. Pero, como queda dicho, esa realidad no ha dejado paralizados a los gestores del puerto alicantino, que trabajan en un ambicioso plan que lo que busca es mejorar su posicionamiento a todos los niveles. El presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Rodríguez, lo tiene claro: "No se trata de establecer una competencia entre Alicante y Valencia, porque tenemos tamaños y especializaciones diferenciadas y además estamos llamados a colaborar y a complementarnos, pero nosotros tenemos que creer en nuestros propios potenciales y desarrollarlos". ¿Y cuáles son esas características? "Somos un puerto mediterráneo en una ubicación privilegiada y apostamos por una transición hacia un puerto verde, inteligente, interconectado, digital, innovador y, por encima de todo, competitivo", subraya.

Hoja de ruta

Y para ello se ha establecido una hoja de ruta que ya empieza a ofrecer resultados. Empezando por lo relacionado con el tráfico de mercancías. Lo primero que ha hecho la Autoridad Portuaria es abrir el puerto a la provincia, teniendo en cuenta que se trata de un territorio con un alto potencial industrial en sectores tan característicos como el calzado, el metal, el textil, el juguete, el turrón e, incluso, el mármol, a lo que hay que añadir una potente industria agroalimentaria. Actividades que presentan un elevado dinamismo pero que, por tradición, han utilizado de forma preferente el puerto de Valencia para la salida de sus mercancías. Y esa es una tendencia que Rodríguez quiere empezar a cambiar. "Estamos manteniendo reuniones con los diferentes sectores productivos para involucrarlos y que participen de forma activa en la definición de la hoja de ruta y el plan estratégico del puerto, y nos hemos encontrado con una gran disposición", indica. Todo ello, añade, contando también con los municipios, desarrollando un plan promocional "para que conozcan in situ nuestras instalaciones y los principales proyectos que queremos abordar estos cuatro años".

Pero no solo de acciones de difusión vive la institución portuaria. Estos contactos se están viendo acompañados por un incremento de la oferta en lo que respecta a líneas y servicios, en los que la Autoridad Portuaria ha encontrado un gran aliado en la naviera JSV. La compañía ha utilizado históricamente Alicante para sus líneas con Canarias, pero esa operatividad se ha visto reforzada con la completa remodelación que ha realizado de la terminal propia que este mismo año ha empezado a gestionar, tras una inversión de 11 millones de euros. Se trata de una infraestructura con una superficie de 70.000 metros cuadrados y capacidad para unos 6.000 contenedores, equipada además con grúas de última generación. La empresa, una vez finalizadas las obras, empezó moviendo 1.100 contenedores semanales, aunque la previsión es la de alcanzar los 1.600 a lo largo de este mismo año.

Pero la cosa no ha quedado ahí, la apuesta de JSV por el puerto alicantino también ha propiciado la reciente apertura de una nueva línea con Turquía. Se trata de una conexión con el puerto turco de Ambarli, en Estambul, que además permite enlazar también con Canarias, haciendo escala en Tenerife, Las Palmas y Arrecife. Un nuevo servicio que, destacan desde la Autoridad Portuaria, convierte a Alicante en un nodo logístico clave para la distribución de mercancías con origen y destino en esta zona de Oriente Medio.

A todo ello hay que añadir la recientemente estrenada línea de la naviera Romeu & Cía con Egipto, la cual hace escalas en la ciudad italiana de Génova y la libia de Misurata antes de llegar a Alejandría, y también la que, operada por la empresa Maghreb Container International (MCI Spain), se puso en marcha el año pasado con el puerto marroquí de Greta, en Casablanca, tras una rápida escala en Huelva. Esta última conexión, además, ofrece un servicio de enlace con la línea Alisios Shipping con las islas Canarias, que se realiza en Huelva, donde las mercancías de Alicante pueden ser embarcadas con destino a Las Palmas, Tenerife, Fuerteventura y Arrecife.

Enlaces ferroviarios

Pero siendo importantes las conexiones marítimas, no lo son menos las ferroviarias. Y ahí el puerto de Alicante también está dando importantes pasos, y nuevamente con la complicidad activa de JSV. Y es que, coincidiendo con la entrada en servicio de la nueva terminal, la compañía puso en servicio un enlace por tren con Madrid, al que se unió poco después otro con Miranda de Ebro, donde la empresa tiene su centro logístico. Dos conexiones de suma importancia que refuerzan de manera notable la competitividad del recinto portuario, al quedar conectado vía terrestre con la capital de España y también el norte del país.

Una apuesta que desde la Autoridad Portuaria entienden que tiene que ir más allá, motivo por el que se está trabajando activamente para la construcción de una gran estación intermodal que deje al puerto conectado con el corredor mediterráneo a través de La Encina, en lo que supondrá un salto competitivo de primer nivel. Según explica Rodríguez, se están realizando gestiones a través del Gobierno central y la Generalitat Valenciana para habilitar unas inversiones que rondarán los tres millones de euros, todo ello con el propósito de habilitar una superficie de 35.000 metros cuadrados con una capacidad suficiente para acoger trenes de hasta 750 metros lineales. El objetivo es que la estación pueda estar terminada en 2027, año en el que se prevé que el enlace con el Corredor Mediterráneo sea una realidad.

Pero las actuaciones en materia de infraestructuras van más allá. Otra de las prioridades en las que se está trabajando es en la finalización del muelle 19, una larga reivindicación de la comunidad portuaria y una necesidad para optimizar el uso y el rendimiento de este espacio y poder dotarlo de actividad industrial y mercantil. De lo que se habla es de contar con un nuevo espacio de un mínimo de 100.000 metros cuadrados y de una inversión que podría estar alrededor de los 30 millones de euros en estos cuatro años. Un primer paso, en cualquier caso, para poder ampliar, cara al futuro, el puerto y seguir creciendo en materia de tráfico de mercancías, con destinos incluso más ambiciosas que los actuales.

La transición hacia la sostenibilidad, asimismo, está marcada en la hoja de ruta, con la puesta en marcha de una planta piloto de hidrógeno verde como iniciativa estrella. Será a través del denominado proyecto Vahia 2030, un organismo del que forman parte entidades como la Generalitat Valenciana, la Diputación de Alicante, la propia Autoridad Portuaria y diferentes empresas, que también están manteniendo contactos con CaixaBank para lograr apoyo financiero. La idea es aplicar el hidrógeno verde al movimiento de contenedores, en todo lo que tiene que ver con plataformas elevadoras y la maquinaria para el movimiento de mercancías. También al propio transporte marítimo, haciendo pruebas piloto con algunos de los ferris y buques que ya operan en el recinto. A todo ello habrá que sumar una planta fotovoltaica, que incidirá todavía más en el objetivo de que el puerto alicantino se convierta en un referente en la materia.

Con todo, el plan del puerto para mejorar su posicionamiento no se está limitando solo a la propia operatividad portuaria. La aspiración pasa también por la promoción de la innovación convirtiéndose en un centro de acogida de empresas tecnológicas que, además, cumplan con los parámetros de sostenibilidad medioambiental y de digitalización que se les va a exigir para trabajar dentro del espacio portuario. Los primeros pasos ya se han dado de la mano de la Consejería de Innovación, con una subsede del complejo de firmas tecnológicas de Distrito Digital, así como con la inminente puesta en marcha de un hub de tecnologías habilitadoras digitales. El puerto dispone de naves y almacenes que ahora mismo están en desuso y que se van a destinar a este proyecto de captación empresarial, a lo que sumará el desarrollo de una zona de actividades logísticas intermodales o área industrial avanzada. Todo ello son acciones con las que se va a impulsar un parque tecnológico que dispondrá de una superficie de 500.000 metros cuadrados.

Dentro de las singulares apuestas del puerto, por otro lado, figura asimismo la creación de dos piscifactorías promovidas por la sociedad Global Aquaculture, cuyo único accionista es Roma Imperial, el mismo que ostenta la propiedad de Alicante Aquaculture. Las obras están ya en marcha, en una iniciativa que diversificará la actividad.

Atracción de cruceros

El puerto de Alicante, además, está convirtiéndose en un polo de atracción de cruceros, con cifras que no paran de aumentar año tras año, y aunque todavía está lejos, va recortando distancias con Valencia poco a poco. Así, el año pasado el recinto alicantino acogió 85 buques con 359.09 pasajeros, lo que supuso un incremento del 47%, mientras que el valenciano alcanzó 269 barcos y 1.563.488 cruceristas, con una subida menor, en este caso del 13,8%. Compañías como MSC Cruceros, que han elegido a Alicante como puerto base, están teniendo mucho que ver con este crecimiento.