ENERGÍA

España desborda sus reservas de gas y mantendrá un lleno total en todos los almacenes hasta el invierno MARTES 4.50H

Los almacenamientos subterráneos paralizan casi por completo su actividad tras alcanzar la plena ocupación de su capacidad hace un mes y que continuará previsiblemente hasta la campaña invernal.

Almacén subterráneo de gas natural de Yela, en Guadalajara.

Almacén subterráneo de gas natural de Yela, en Guadalajara. / Enagás

David Page

David Page

España consiguió llenar por completo sus almacenes de gas natural. Lo hizo en pleno agosto, justo un año despúes de haber alcanzado por primera vez en su historia esa ocupación plena de toda la capacidad de las instalaciones en un hito para el sector. Con la llegada del verano, las energéticas fueron acelerando la inyección de gas a los almacenes hasta llevar al máximo las reservas del país.

Los almacenamientos subterráneos españoles alcanzaron el 100% de ocupación el pasado 19 de agosto, manteniéndose desde entonces en el entorno de los 35.900 gigavatios hora (GWh) equivalentes. La estimación que maneja Enagás, el gestor del sistema gasista español y de la red de gasoductos y almacenes del país, es que el lleno total se mantenga durante al menos tres meses, hasta algún momento de noviembre, cuando arranca la temporada de invierno gasista. Tres meses de lleno total que ha congelado la actividad de las energéticas en las instalaciones.

Con los almacenes ocupados por completo, las comercializadoras no pueden seguir inyectando gas y las actividades casi se han paralizan paralizado totalmente. Enagás sí ofrece a las energéticas la posibilidad de contratar capacidad de extracción en el único almacén subterráneo que puede invertir su flujo de funcionamiento -pasando de inyección a extracción- en el mismo día. Esto es, la única instalación que sigue registrando pequeñas operaciones es el almacenamiento de Yela, en Guadalajara, y es la que explica que en el último mes la cantidad de gas almacenado haya ido registrando ligeras variaciones.

Salvo que se registre alguna circunstancia excepcional, las reservas nacionales se mantendrán el máximo hasta bien entrado noviembre, cuando dará comienzo una progresiva caída del nivel de llenado con la bajada de las temperaturas y el mayor consumo de gas durante el invierno.

Además de sus tres almacenes subterráneos, España también cuenta con los tanques de su amplia red de plantas de regasificación (que concentran un tercio de toda la capacidad regasificadora de la UE) y que actualmente alcanzan el 60% de llenado de su capacidad, con 15.600 GWh, según la documentación oficial de Enagás. La capacidad del parque de siete regasificadoras del mercado español se amplió el año pasado con la entrada en funcionamiento de la planta de El Musel, en Asturias, como centro de almacenamiento logístico.

El llenado que ya no es obligatorio

España se erigió durante lo peor de la crisis energética como uno de los países que con mayor celeridad y por anticipado fue cumpliendo las exigencias de llenado de sus reservas de gas como parte de la estrategia de la UE para reducir la dependencia del gas ruso en respuesta a la invasión militar de Ucrania. La Comisión Europea y los Veintisiete se movilizaron desde el inicio de la invasión rusa sobre Ucrania para levantar un escudo para blindarse frente al pulso energético de Vladímir Putin. Y entre las medidas implantadas por la UE se incluía la obligación para los estados miembros de ir llenando sus almacenes de gas para garantizar el suministro.

España ha ido cumpliendo durante la crisis muy por adelantado las exigencias de llenado y ha mantenido sus reservas en niveles históricamente altos desde entonces. El pasado marzo la ocupación de los almacenes cayó temporalmente por debajo de la cota del 80% de la capacidad, desde entonces no han dejado de elevarse hasta el 100% actual, según los registros de Enagás y de la asociación de infraestructuras gasistas GIE.

El plan diseñado por Bruselas exigió a los estados miembros durante la crisis cumplir volúmenes mínimos de reservas en diferentes momentos del año, con el objetivo final de llegar al 1 de noviembre con sus almacenes llenos al 90% de su capacidad. El año pasado, España logró ese hito con seis meses de antelación y posteriormente fue el primer país europeo en ocupar al 100% la capacidad de sus almacenes. Para este año Bruselas sólo ha hecho recomendaciones en torno del consumo de gas y el almacenado y los Veintisiete han aceptado que los estados adopten medidas voluntarias, sin llenados obligatorios ni plazos forzosos, para seguir conteniendo la demanda de gas.

España ha conseguido erigirse en un gran centro global de reventa de gas en plena sacudida histórica del sector por la crisis energética y por el terremoto geopolítico desatado por la invasión de Rusia sobre Ucrania. Toda Europa se lanzó a buscar nuevos países de suministro de gas para reducir su dependencia del gas ruso y las grandes infraestructuras gasistas españolas se han convertido en pieza clave para garantizar el suministro continental, catapultando las reexportaciones hasta máximos históricos.

España está exprimiendo su amplia red de plantas regasificadoras -que concentran un 33% de la capacidad de regasificación de toda la Unión Europea y un 44% del almacenamiento de GNL del continente- y sus conexiones por gasoductos con Europa para convertirse en un gran hub para la llegada y reexportación de gas. España fue el año pasado el país no productor que más gas vendió de todo el mundo.