'Quiet ambition'

¿Por qué los jóvenes han perdido el interés por ascender en el trabajo?

Las nuevas generaciones priorizan su salud mental y el pasar tiempo con la familia y amigos

Esta tendencia laboral se denomina 'quiet ambition' o ambición tranquila

Según un estudio, solo el 38% de los empleados están interesados en ascender a roles de coordinación. / Shutterstock

Alba Prada Estévez

Los jóvenes no valoran el trabajo de la misma manera en que lo hacen sus padres o abuelos. Mientras que los baby boomers ven normal haber pasado muchas más horas trabajando que descansando, las nuevas generaciones priorizan el tiempo en familia, con los amigos y la salud mental. En definitiva, prefieren tener menos dinero en el banco, pero disfrutar de la vida ser felices. Para la juventud triunfar no es llegar a ser jefe, sino lograr un equilibrio entre vida laboral y personal que les permita disfrutar de su tiempo libre.

Según un estudio realizado en 2023 en EEUU por la firma Visier a mil adultos, solo el 38% de los empleados están interesados en ascender a roles de coordinación de equipos. El 62% restante expresó que preferirían permanecer como empleados. Esta tendencia laboral que impera en las nuevas generaciones recibe la denominación de ‘quiet ambition’, que significa ambición silenciosa o ambición tranquila. Y sí, las generaciones anteriores cuya religión eran el culto al trabajo y al ahorro, sin duda, hoy se llevan las manos a la cabeza, pero la realidad es que las prioridades han cambiado y las oportunidades laborales tampoco son lo que eran.

La salud mental, primero

Noelia tiene 27 años y asegura que actualmente si le ofrecen más dinero o un puesto superior a cambio de trabajar más horas y asumir más responsabilidad, no lo aceptaría. “Ahora diría que no por salud mental. Llevo casi un año sufriendo alopecia areata a causa del estrés en el trabajo. De hecho, mi médico llegó a recomendarme hacer un parón”, explica. “Lo peor de todo es que hay gente de mi entorno, de otra generación, que no se toma en serio lo que nos está pasando a la juventud. Vamos acelerados, el ritmo de vida es estresante y nos está pasando factura, pero no lo entienden. Nos tachan de vagos y se mofan de nosotros diciendo que siempre estamos hablando de salud mental y ansiedad”, explica.

Noelia cree que tampoco les entra en la cabeza que los jóvenes inviertan dinero en viajar en vez de ahorrar. “Yo ahorro, pero no me obsesiono con eso. También quiero disfrutar, que para eso trabajo”. Y este es otro punto que los millenials y la generación Z comparten, pero no los baby boomers, que fueron criados por una generación que vivió en la pobreza. Para ellos ahorrar por lo que pueda venir es ley de vida.

Algo parecida opina Clara, de 34 años. Ella no sueña con grandes ascensos, sino con lograr un horario laboral que le permita conciliar. “Tengo una niña pequeña y para mí lo más importante no es mi trabajo, sino pasar tiempo con mi hija, mi marido y los míos. Y eso que me encanta mi profesión, pero no quiero hacer ni un minuto de más. De hecho, estoy deseando que se acabe la jornada laboral para disfrutar de mi familia”, explica. “Tengo conocidos que se han pasado la vida trabajando, y se han perdido la infancia de sus hijos, y yo eso no lo quiero para mí. Me sentiría muy apenada si en un futuro echase la vista atrás y me percatase de que me he pasado la vida metida en una oficina, en vez de disfrutar de lo que de verdad importa”.

Sin posibilidad de ascenso

Algo que denuncian la mayoría de jóvenes es la imposibilidad de promocionar en la empresa. Noelia dice que “no se lo plantea” porque sabe que “no sucederá”. Noelia asegura que a los jóvenes, precisamente por ser los últimos en llegar, se les suele adjudicar los trabajos que nadie quiere y no se los toma tan en serio como a personas de más edad. Lo mismo opina Clara, que aunque lleva varios años en su empresa, no tiene ninguna esperanza de ascender porque los puestos de responsabilidad recaen en personas con más años. “Es injusto porque igual tú tienes mucho más talento y disposición, pero es como si creyesen que las personas jóvenes no pueden liderar”, considera.

Anteponer tus derechos

Otro punto que la juventud tiene muy claro es que su tiempo es oro y no está dispuesta a regalar horas extra a ninguna empresa. “Ellos no lo valoran de ninguna forma, no van a pagarte más o a ascenderte, así que no tengo ningún motivo para hacer horas de más. Por suerte, tampoco tengo necesidad de hacerlo porque sé aprovechar bien mi tiempo de trabajo y termino mis tareas dentro de mi horario”, explica Clara. Noelia opina lo mismo, de hecho, en su anterior trabajo la despidieron de forma improcedente precisamente por defender sus derechos.

“Mi jefe pretendía que otro compañero y yo hiciésemos horas extra para completar una tarea a la que se había comprometido con unos clientes. Nos lo pidió a nosotros porque éramos los más jóvenes y pensó que aceptaríamos cualquier cosa. La sorpresa se la llevó cuando nos negamos a hacer horas de más sin ningún tipo de compensación... Pero precisamente por negarnos, nos despidió a ambos”, cuenta. “Tras vivir una injusticia semejante tengo claro que jamás dejaré que vulneren mis derechos”, sentencia.

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Los jóvenes tienen una concepción del éxito diferente porque son una generación que da más importancia al bienestar propio y la salud mental. El afán de poder queda solapado por la búsqueda de una vida tranquila. 

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