ENERGÍA

Iberdrola aleja su entrada en eólica marina en España mientras lanza planes de 25.000 millones en todo el mundo

Galán avisa de que la tecnología necesaria para poner molinos en las costas españolas es ahora “tres o cuatro veces más cara” que en países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia.

La eléctrica inaugura en el extremo francés del Canal de la Mancha el proyecto de ingeniería “más difícil” de su historia: un coloso eólico marino tras más de una década de trabajos y 2.400 millones de inversión. 

El parque de eólica marina en Saint Brieuc, en Francia, propiedad de Iberdrola / Iberdrola

David Page

Iberdrola tiene en el desarrollo de la eólica marina uno de los puntales de su crecimiento futuro. La energética española pretende desarrollar un macroplán de 25.000 millones de euros en inversiones en este nuevo vector energético hasta 2029. El grupo cuenta ya con proyectos concretos en construcción por 15.000 millones para desarrollar parques eólicos sobre el mar en Europa (en Reino Unido, Alemania y Francia, y en menor medida en otros países) y en Estados Unidos, así como en algunos países asiáticos. Y ya se ha adjudicado concesiones para poner en marcha grandes proyectos por otros 10.000 millones adicionales en Reino Unido y Estados Unidos.

La compañía española ha celebrado este jueves la inauguración oficial de su segundo parque eólico marino en Francia, en la costa de Bretaña, en Saint Brieuc. Una puesta de largo comandada por el presidente de la energética, Ignacio Sánchez Galán, y por autoridades locales para celebrar la puesta en marcha del proyecto “más difícil desde el punto de vista de la ingeniería” en la historia de la compañía, según el propio directivo español. El nuevo parque es un coloso con 62 molinos en aguas del Canal de la Mancha y al que la empresa ha destinado 2.400 millones de euros durante un largo proceso de más de una década.

Iberdrola cuenta ya con parques eólicos operativos con una potencia conjunta de 2.300 MW (en Francia, Alemania, Reino Unido y EEUU), y elevará su capacidad hasta los 3.000 MW en 2025 y hasta los 4.800 MW en 2026 con los proyectos que ya tiene en marcha. Y tiene derechos sobre lecho marino resultado de diferentes procesos competitivos por otros 10.000 MW más por todo el mundo. Suma y sigue.

Sin embargo, Iberdrola enfría su apuesta por el desarrollo de eólica marina en España por las particularidades tecnológicas que deberán tener las instalaciones en las cosas españolas, lo que de momento complica la rentabilidad de los futuros proyectos. “En España hay un poroblema porque el suelo marino es muy profundo. Hoy la tecnología competitiva de eólica marina es para profundidades de entre 30 y 50 metros, y en España te metes en 1.000 metros de profundidad en nada”, ha subrayado el Ignacio Sánchez Galán en un encuentro con medios de comunicación en Saint Brieuc. “No sabemos aún es coste real de la tecnología flotante, pero fácilmente será tres o cuatro veces más cara. Desde el punto de vista competitivo es complicado”.

Las subastas en España

“No quiere decir que no vayamos a estar. Estamos trabajando en la tecnología de eólica marina flotante. Y esa tecnología estará. Pero no es una tecnología que no es para mañana. Estamos pensando en bien entrada la década de los treinta”, ha apuntado el presidente de Iberdrola, que deja en el aire la intensidad de la apuesta por el mercado español al desarrollo de la regulación nacional de este negocio y de la capacidad de rentabilizar las inversiones necesarias.

El Gobierno español ultima la aprobación de la nueva regulación que servirá para celebrar las esperadísimas subastas de proyectos de eólica marina en las costas españolas, que llegan ya con retraso. Es cuestión de semanas, apuntan fuentes oficiales, que el real decreto que servirá para activar estos procesos pase por el Consejo de Ministros. Los planes del Ministerio para la Transición Ecológica contemplan concursos públicos para repartir concesiones del uso del dominio público marino durante 30 años. España prevé instalar entre 1.000 y 3.000 MW de eólica offshore hasta 2030, según la hoja de ruta diseñada por el Gobierno antes de la crisis energética.

¿Participará Iberdrola en esas subastas en España? “Tenemos que ver las condiciones. No puedo decirlo si no sé lo que va a poner [en los pliegos de las concesiones]. Se va a las subastas para conseguir derechos de suelo marino, y luego ya veremos cuándo, dónde y cómo será”, ha subrayado Galán. “No tenemos ninguna urgencia ni necesidad. Las posibilidades de inversión en el mundo son enormes. Los recursos técnicos, económicos, humanos y financieros son los que son. Tienen que ir repartiéndose en función de la rentabilidad y de las mejores condiciones. Hay más posibilidades de inversión en el mundo de las que podríamos razonablemente afrontar”.

El nuevo coloso francés

El proyecto para levantar un parque eólico en las costas de la Bretaña, en Saint Brieuc, arrancó hace más de una década. En 2011 Iberdrola ya obtuvo el primero de los permisos administrativos para construir el mayor parque eólico marino de Francia, frente a las costas de Bretaña. Tras años de trámites con una burocracia gala que se estrenaba en la gestión de esta tecnología, de duras negociaciones con la población local para vencer sus resistencias a tener frente a sus playas enormes molinos y del parón general de la pandemia, la construcción se completó el pasado diciembre y empezó a producir electricidad en mayo con el objetivo de estar operativo durante al menos 25 años.

El nuevo parque cuenta con 62 aerogeneradores de más de 200 metros de alto a unos 16 kilómetros de la costa bretona y repartidos en una superficie marina de 75 kilómetros cuadrados, casi en el extremo del Canal de la Mancha y muy cerca de donde arrancan las aguas británicas. Iberdrola ha destinado durante este tiempo inversiones de 2.400 millones de euros para levantar una instalación con una potencia de 496 megavatios (MW) y que puede producir cada año 1.820 de gigavatios hora (GWh), suficientes para cubrir la demanda energética de unas 835.000 personas.

Las enormes estructuras que se han instalando en el parque tienen un claro sello español. Y es muchos de los grandes equipos salieron de fábricas de Galicia, de Asturias y de País Vasco, antes de ser plantados en el mar con trabajos de ingeniería de precisión que han requerido equipos de perforación y de grúas diseñados y construidos ad hoc para este proyecto, en un complejísimo proceso que justifica que el presidente de Iberdrola hable del proyecto “más difícil” de la compañía.

Los pilotes que la energética ha plantado en el suelo marino han sido construidos por la empresa Windar en su factoría de Avilés (Asturias), las grandes estructuras de apoyo metálicas (jackets) se ensamblaron en la planta de Navantia en Fene (A Coruña) en consorcio con la propia Windar, y las torres de los aerogeneradores se construyeron por el grupo Haizea Wind en Bilbao por encargo de Siemens Gamesa, adjudicataria del contrato de fabricación de los aerogeneradores. Además, la propia Siemens Gamesa también se encargará del mantenimiento del parque y ha encargado un nuevo barco para estos servicios que se ha construido por el astillero Balenciaga en Zumaia (Guipúzcoa).

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Desde que arrancó la iniciativa, el proyecto ha sufrido varios cambios tras el proceso de negociación con la población local para vencer las críticas y los recelos. Tras más de 1.400 reuniones con grupos de interés, el parque se redujo de 100 a 62 aerogeneradores, se alejó de la costa de 10 a 16 kilómetros, y se amplío la distancia entre un molino y otro de 1 a 1,3 kilómetros para ganar el apoyo del potente sector pesquero de la zona. Los barcos pesqueros podrán seguir faenando en las aguas dentro del parque gracias al menor tamaño del parque, la distancia de aerogeneradores y a que los cables de transporte de la electricidad finalmente serán enterrados en el suelo marino. Los barcos de pesca con red y de arrastre empezaron a faenar entre los aerogeneradores ya el pasado julio.  

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