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Los vinagres del 'Beckenbauer de la Bahía' aliñan las ensaladas de EEUU y dan el salto al mercado asiático

La empresa Vinagres de Yema, liderada por el mítico exjugador del Cádiz C.F. Carmelo Navarro, ya exporta el 30% de su producción, factura alrededor de seis millones de euros y estudia también el mercado australiano para llevar sus vinagres por todo el mundo

Bodega de Vinagres de Yema, en el Puerto de Santa María. / Vinagres de Yema

Clara Campos

Quizá porque abrió sus puertas el año que España era escaparate mundial por la celebración de la Expo'92 de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, Vinagres de Yema, una empresa impulsada por Fernando Terry, nació con vocación internacional. Este bodeguero portuense con gran experiencia en el mundo del brandy "sabía bien del valor de los vinos y de la Denominación de Origen del sherry" y decidió adquirir una importante existencia de antiguas soleras y añadas de Vinagre de Jerez junto a dos socios, a los que compró a los pocos años su participación. Ahora, sus vinagres, que se producen en El Puerto de Santa María (Cádiz), aliñan ensaladas y son utilizados como condimentos en platos de muchos países desperdigados por todo el planeta.

El que cuenta la historia es el nieto del fundador, Fernando Navarro, director de Exportación de una empresa que sigue liderando su padre, Carmelo Navarro -mítico jugador del Cádiz C.F., conocido por los más nostálgicos como el ‘Beckenbauer de la Bahía’-, que se unió a esta aventura cuando colgó las botas y cogió el testigo de Terry como CEO de la compañía años después, tras su fallecimiento. En la actualidad, lleva el mercado nacional junto a su hermano Jorge. Vinagres de Yema cuenta con 24 trabajadores y factura alrededor de seis millones de euros.

Carmelo Navarro, CEO de Vinagres de Yema, durante la participación de su firma en una feria agroalimentaria. / Vinagres de Yema

El 30% de la facturación procede de otros países

La empresa vende el 30% de su producción fuera de España, que sigue siendo su mercado principal, aunque Fernando Navarro espera que en unos años "el porcentaje se equilibre, aunque es una cuestión que marcará el propio mercado". A los primeros países que llegó con sus vinagres esta compañía estaban ubicados en Europa: Francia, Italia y Alemania, para posteriormente cruzar el charco y desembarcar en Estados Unidos. A esta aventura al otro lado del Atlántico se sumaron posteriormente otros mercados como el canadiense, a lo que hay que sumar Sudamérica -principalmente Colombia-.

Ahora, Navarro tiene puestos los ojos en Asia, fundamentalmente en Corea y China. "Andalucía Trade [la empresa de la Junta de Andalucía dedicada a la internacionalización de la empresa andaluza] nos ha abierto las puertas a través de misiones comerciales para llegar a todos los lugares del mundo y ahora estamos recogiendo los frutos sembrados hace un año en Asia, por lo que estamos empezando a darnos de alta como exportadores en estos dos países", subraya el director de Exportación de Vinagres de Yema.

Estos mercados son especialmente complicados porque tiran de otros tipos de vinagre, fundamentalmente de arroz, a la hora de elaborar sus platos. "No están acostumbrados al vinagre de Jerez porque al paladar es más potente que otros como el de manzana, pero gracias a la globalización cada vez es más accesible entrar en nuevos mercados", destaca.

El último país explorado por la empresa es Australia, donde ha "sembrado" oportunidades de negocio de cara al futuro para tener presencia en todos los continentes. "No conocíamos el mercado australiano, y este ha sido un primer tanteo para conocer cómo llevan el tema del vinagre, porque sabíamos que en aceite sí compran a clientes nuestros, pero no sabía qué tipo de vinagres consumían allí", indica.

Llegando a todo el mundo, no solo con marca propia

Desde el 92 , explica Navarro, el negocio ha ido creciendo de forma sostenida y, además del vinagre de Jerez, cuenta en entre sus productos "con todos los vinagres y cremas balsámicas que hay en el mercado, siempre priorizando la calidad y un servicio excelente a nuestros clientes", recalca. De ahí, que su paso haya sido firme durante estos 32 años de vida. "Nunca hemos querido acometer más de lo que podemos, sino llegar a tiempo a las producciones y tener a los clientes satisfechos", añade navarro.

Además de con su marca, Vinagres de Yema conquista los mercados internacionales a través de su trabajo con las mayores aceiteras de España y son "muy fuertes" en marca privada y en el granel, con acuerdos con grandes multinacionales como Unilever.

Fernando Navarro, director de Exportación de Vinagres de Yema. / Vinagres de Yema

Desde el corazón de una bodega de El Puerto

Todo ello desde una bodega enclavada en casco histórico de El Puerto de Santa María, de típica arquitectura bodeguera del siglo XVIII, donde reposan sus soleras más antiguas. A estas instalaciones se sumó en 2010 una planta nueva que es señal del salto que ha dado la empresa desde su nacimiento y donde se encuentran sus almacenes, líneas de envasado, laboratorio y control de calidad. Además, cuenta con Bodega Bota Vieja, donde envejecen en 2.300 botas sus vinagres de Jerez y el ecológico.

"Queremos empezar a visibilizar la envergadura que tiene la empresa, también a través de estas instalaciones. Mis antecesores han creado una gran compañía y ahora me toca a mí darle ese toque innovador y ponerla más en el escaparate: ese es el reto".

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En este marco, Navarro quiere aprovechar que "se está ganando terreno" a aceites y vinagres procedentes de Italia, que siempre han sido más competitivos en los mercados internacionales. "Ahora que los clientes apuestan cada vez más por lo healthy, los vinagres de Jerez, de vino o de manzana son mucho más aconsejables al de Módena, por ejemplo, que, aunque no es mal producto, cuenta con mucho más azúcar", abunda.

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