El coste de la vida

La inflación afloja por cuarto mes consecutivo y se sitúa en el 1,5% en septiembre

Este descenso se relaciona con la caída de los precios de los carburantes y también, por supuesto, de los alimentos y de la electricidad

Un carrito de la compra en un supermercado de Barcelona

Un carrito de la compra en un supermercado de Barcelona / / ELISENDA PONS

Paula Clemente

La inflación anuncia otro pequeño respiro para el bolsillo del consumidor. Por cuarto mes consecutivo, el Índice de Precios al Consumo (IPC) muestra que la vida se ha encarecido de año a año algo menos que en los 30 días precedentes. Según el dato adelantado que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) este viernes –y que confirmará a mitad del próximo mes–, este septiembre, los precios han subido un 1,5% en comparación con septiembre de 2023. En agosto, esta misma comparación mostraba un 2,4%. En julio, un 2,9%. Y en junio, un 3,6%.

Esto significa que la vida sigue estando todavía un poco más cara que hace un año, que hace dos y que hace tres (desde septiembre de 2020, acumulamos una subida de casi el 18%, aproximadamente), pero, al mismo tiempo, implica que este encarecimiento va perdiendo potencia. En concreto, hacía tres años y medio que la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) no registraba una tasa tan baja. Desde marzo del 2021. Es significativo, además, que este porcentaje quede por debajo del 2%, que es el número que el Banco Central Europeo (BCE) establece como referencia para identificar una inflación sana.

Siguiendo en el lado de las buenas noticias, la comparativa mensual muestra directamente una tasa negativa. Es decir, que el cómputo de comprar alimentos, ropa, muebles, electrónica o pagar vivienda, suministros y restaurantes, ha salido más barato en septiembre, que en agosto. Lo ha sido solo un 0,1%, pero se trata de un descenso, al fin y al cabo. En este caso, es la segunda caída del año después del -0,7% que se registró en julio y después de un agosto que quedó plano (+0,0%).

El INE relaciona esta ralentización generalizada de la inflación con la caída de los precios de los carburantes y también, por supuesto, de los alimentos y de la electricidad. Hasta mitad de octubre, este organismo no dará mucho más detalle al respecto, pero los gráficos respecto a meses previos muestran curvas planas o a la baja en el coste de 10 de las 12 grandes categorías en las que se fija este servicio estadístico. Alimentación, Ropa y calzadomuebles y artículos para el hogar en generalrestaurantes y hotelesbebidas alcohólicaseducaciónsanidadtransporte... De hecho, hasta agosto solo subían el ocio y la cultura y todo lo que rodea al pago de la vivienda (hipotecas o alquileres, y suministros).

No sorprende, entonces, que también la inflación subyacente vaya a la baja. Este indicador elimina de la ecuación los elementos más volátiles, como la alimentación no elaborada o la energía, para medir bien la situación de fondo. Esta cifra está un 2,4% por encima de donde se situaba en septiembre del año pasado, pero, de nuevo, es una tasa inferior a la de los meses previos y, también, la más baja en años.

A juicio del Ministerio de Economía, todo este cuadro demuestra "la eficacia de las medidas de política económica y la capacidad de la economía española de compatibilizar el mayor crecimiento económico entre los principales países de la zona euro, cuatro veces superior a la media, con una moderación de los precios". "Estos factores –apunta el departamento en un comunicado–, junto con la positiva evolución del mercado laboral, están permitiendo mejorar la capacidad de compra de los ciudadanos y la renta real de los hogares".

Sin ir más lejos, el INE también ha confirmado este viernes los datos acerca del crecimiento de la economía española en el segundo trimestre del año. El Producto Interior Bruto (PIB) del país engordó un 0,8% entre marzo y junio, impulsado en buena medida por el consumo privado, que mejoró un 2,9% en comparación con el mismo periodo de 2023.