Informe de CaixaBank Research

Azúcar y patatas han sido los aliados del aceite de oliva en la escalada de la inflación

El edulcorante está un 66,5% más caro que en diciembre de 2019 y los tubérculos, un 57,4%, si bien siguen lejos del 183% de subida que acumula el aceite

Ambiente de compras en un supermercado de Barcelona.

Ambiente de compras en un supermercado de Barcelona. / ZOWY VOETEN

María Jesús Ibáñez

Tras la escalada inflacionista iniciada a mediados de 2021, los alimentos han empezado por fin a moderar su ritmo de crecimiento. No es que bajen los precios -eso todavía no-, pero el aumento al menos se ha ralentizado, sobre todo en los últimos meses. Pese a ello, el incremento acumulado es significativo. "En concreto, los alimentos se han encarecido un 30,7% entre diciembre de 2019 y agosto de 2024, que es el último dato disponible, eso son más de 10 puntos porcentuales respecto al aumento de la energía (20,0%) y casi 13 puntos por encima del IPC general (17,9%)", indica Judit Montoriol, economista del equipo de CaixaBank Research. Entre los productos que han tirado de la inflación hacia arriba, destaca el ya conocido aceite de oliva, que suma un aumento del 183%, es decir casi el triple de lo que valía a finales de 2019. El azúcar, que ha subido un 66,5%, y las patatas, que cuestan ahora un 57,4% más, han sido los aliados del aceite en esa ascensión.

Según los cálculos que ha hecho CaixaBank Research, que este miércoles ha presentado su 'Informe Sectorial Agroalimentario' correspondiente al primer semestre de 2024, son también destacados los incrementos de la leche entera (con un 49,3%), de los huevos (un 48,5%), de los demás aceites (48,4%) y de las salsas y condimentos (49,8%). En contrapartida, los alimentos que menos han subido en este periodo son los frutos secos y frutos de cáscara, que pese a aumentar solo lo han hecho un 5,7%, el marisco congelado (con un alza del 14,2%) y el pescado fresco o refrigerado, que es un 17,1% más caro que a finales de 2019.

"De cara a los próximos trimestres, es de esperar que esta tendencia a la moderación se vaya afianzando", vaticina Montoriol, que basa sus pronósticos en el hecho de que los precios de las principales materias primas agrícolas han descendido desde los máximos alcanzados en 2022 en los mercados internacionales y en que los denominados mercados de futuros (entre ellos, por ejemplo, el del aceite de oliva) apuntan a una tendencia algo más estable y en niveles similares a los de antes del estallido de la guerra en Ucrania.

Sin embargo, apunta la economista, "la incertidumbre sobre la evolución de los precios de los alimentos es elevada, puesto que están condicionados por múltiples factores, entre ellos los fenómenos meteorológicos extremos", que al ser imprevisibles y cada vez más frecuentes van a ser cada vez más determinantes en los precios de la cesta de la compra.