TRAS VETAR LA OPA DE MAGYAR
Moncloa busca ahora blindar Talgo con una compra conjunta de SEPI, Gobierno vasco, Criteria y el dueño de Sidenor
El Ejecutivo aparca definitivamente la opción del grupo checo Skoda e impulsa un movimiento alternativo a cuatro bandas sólo con socios nacionales tanto financieros como industriales, entre los que se encontraría industrial vasco José Antonio Jainaga.
El Gobierno de Polonia podría abrir otra vía más y estudia activar su propia oferta por el fabricante español.
Archivo - Talgo Vittal / TALGO - Archivo
El Gobierno impulsa un plan alternativo para dar estabilidad accionarial a Talgo tras vetar la opa del grupo húngaro Magyar Vagon por sus vinculaciones con Rusia y, por tanto, por razones de seguridad nacional. El Ejecutivo ha decidido aparcar ya definitivamente la opción de una fusión con el fabricante ferroviario con la compañía checa Skoda que se barajó como ‘plan b’ tras rechazar la intentona húngara, y ahora promueve una operación solo con socios nacionales para tomar el control del grupo.
Los planes de Moncloa pasan ahora por articular la compra de Talgo en una operación a cuatro bandas en la que participaría directamente el Gobierno a través del holding público SEPI, y en la que también tendrían que implicarse el Gobierno vasco -que ya ha confirmado su interés por entrar en la compañía-, el gigante financiero Criteria -el brazo inversor de la Fundación LaCaixa- y para la que se baraja la participación de uno o varios socios industriales preferentemente vascos.
El Ejecutivo del País Vasco está sondeando ya a varias compañías locales para que se sumen al plan. Entre los interesados y con los que se mantienen contactos se encuentra el dueño del grupo siderúrgico Sidenor, José Antonio Jainaga, que se muestra dispuesto a entrar en la operación a través de su fondo de inversión Mirai, según adelantó El Economista y ha confirmado este diario. Desde el entorno de este empresario se matiza que es "demasiado pronto" para dar por segura su participación en una eventual operación y su pretensión de "trabajar con discreción", pero también se subraya que Jainaga "siempre tiene en el radar" operaciones vinculadas al sector industrial.
El Ejecutivo trabaja activamente en esta opción con el objetivo de articular una oferta en pocas semanas, con la vista puesta en alcanzar un acuerdo con todos los socios antes del 30 de noviembre, según confirman a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA fuentes oficiales al tanto del nuevo plan gubernamental. La operación busca reordenar el accionariado de Talgo e impulsar la compañía de la mano de nuevos socios industriales que ayude a resolver uno de los grandes problemas que arrastra la compañía, el de no tener capacidad suficiente en sus factorías para atender los pedidos de trenes que acumula.
SEPI entra de lleno
El Gobierno central pretende acelerar los contactos para sumar todos los apoyos necesarios para blindar Talgo y asegurarse el respaldo a la operación conjunta de los socios con la que pretende articularla, jugando con la baza de que la adquisición contaría con la participación directa y con el músculo financiero de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). “SEPI tiene que estar en la operación”, sentencian fuentes oficiales. El holding público ya ha sido utilizado por Moncloa este año para preservar la españolidad y la autonomía de Telefónica con la compra una participación accionarial del 10% para hacer frente al desembarco de Arabia Saudí en la teleco con un 9,9%.
El Gobierno vasco ha confirmado en los últimos días su disposición a entrar como accionista de Talgo, pero con la condición de que a la operación se sume un socio industrial. Criteria, el holding inversor del universo LaCaixa, también se muestra dispuesto a ser parte de una operación para convertirse en socio minoritario del grupo fabricante de material rodante ferroviario, pero también antepone como requisito previo que un socio industrial le acompañe.
Criteria, comandada por Isidro Fainé como presidente y Ángel Simón como consejero delegado, ha reimpulsado en los últimos meses su papel como escudo de empresas estratégicas españolas (ha elevado su peso en Telefónica hasta el 10% para conformar un nuevo núcleo duro también junto al Gobierno y a BBVA frente a los planes de Saudi Telecom).
La intención del Ejecutivo central y también del Gobierno vasco es que el socio o socios industriales que se sumen a la operación sean grupos vascos, para lo que se barajan varias opciones a las que ya se está sondeando. El mejor colocado de momento y con el que se mantienen contactos para conformar una oferta es el propietario del grupo de siderurgia Sidenor, José Antonio Jainaga.
Entre los candidatos que han sonado insistentemente desde hace meses para entrar en Talgo está el fabricante de trenes y autobuses CAF, en el que el propio Gobierno vasco ya es accionista con un 3% a través del fondo público Finkatuz. Pero es una opción cada vez más difícil de que se concrete. El problema para activar esta opción es que la dirección de CAF -que sería el socio natural por tener ya presencia en el sector ferroviario- se ha mostrado claramente reticente a participar en una operación de entrada en Talgo. Desde CAF se apunta que sus prioridades pasan por poder atender todos los pedidos con que cuenta -también en máximos como en el caso de Talgo-, por desarrollar su plan estratégico hasta 2026 tal y como está ideado y sin desviaciones, y en principio no por ejecutar operaciones inorgánicas.
El escollo de Trilantic
Una eventual operación coordinada entre SEPI, Gobierno vasco, Criteria y CAF no solo ha de superar los obstáculos para siquiera poder articular una oferta de compra para el desembarco conjunto. Pero antes también ha de resolver el gran escollo de convencer al máximo accionista de Talgo, el fondo estadounidense Trilantic (con un paquete accionarial de menos del 30% del capital del fabricante de convoyes de tren, a través de su participación en el consorcio Pegaso Transportation, que tiene un 40,03% del grupo), para activar su salida del capital del grupo vasco.
Trilantic había mostrado su respaldo a la oferta presentada por el grupo húngaro Magyar Vagon para tomar el control de Talgo, a razón de 5 euros por acción, lo que suponía valorar la compañía española en 619 millones de euros. El Consejo de Ministros vetó el pasado agosto la opa del grupo húngaro por las vinculaciones de sus accionistas con Rusia, alegando que la prohibición se debía a la necesidad de preservar los intereses estratégicos y la seguridad nacional por la tecnología desarrollada por Talgo.
Se cierra la vía checa, ¿se abre la polaca?
Antes del veto y posterior retirada formal de la opa de la húngara Magyar, el grupo checo Skoda -que no tiene nada que ver con la firma automovilística del mismo nombre, ahora integrada en Volkswagen- ofreció una fusión a Talgo sin contrapartida económica para los accionistas, sin lanzar una opa sobre el fabricante ferroviario. Una opción que fue rechazada por el consejo de administración de Talgo por no incluir pago alguno y que se ha ido apagando como alternativa hasta quedar aparcada.
Ahora, mientras en el Gobierno central trata de armar una alternativa solo con socios nacionales, puede acabar abriéndose otra vía más para Talgo mediante una oferta que vendría de Polonia. El Gobierno polaco, a través de la empresa ferroviaria Pesa Bydgoszcz -participada por el Fondo público Polaco de Desarrollo- podría estar negociando lanzar una oferta pública de adquisición (opa) sobre la española Talgo, según adelantó ayer Business Insider Polonia, que asegura que las autoridades del país incluso ya habrían iniciado contactos con el Ejecutivo español para explorar la operación.
Polonia necesita material rodante para la infraestructura ferroviaria de alta velocidad que está desarrollando y ve la adquisición de Talgo como una solución para disponer de un suministrador. El interés de Polonia no es nuevo: en junio, el viceministro de Infraestructuras, Piotr Malepszak, aseguró en el Senado polaco que "estaba muy comprometido" con la situación de Talgo y estaba en su "radar".
Talgo y Pesa firmaron hace un par de semanas un memorando de entendimiento para "explorar las posibilidades de colaborar en el desarrollo de la nueva red ferroviaria de alta y muy alta velocidad de Polonia", con el foco puesto en la futura licitación del país europeo para comprar nuevos trenes a partir de 2025, además de "nuevas oportunidades adicionales", según informó la española en un comunicado.
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