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Un ingeniero sevillano fabrica el 'Chanel' de las salsas picantes con aroma a Jerez y corazón sevillano

Salsas Quietud nació de la mano de Julio Estalella, quien se vio perjudicado por un recorte de empleo de Abengoa tras 27 años en la empresa y buscó una nueva salida laboral

Julio Estalella, creador de la empresa Salsa Quietud.

Clara Campos

Cuando Abengoa decidió que no seguiría contando con él después de 27 años en la compañía que fue buque insignia de la economía hispalense, Julio Estalella recordó un documental que visionó sobre cómo se fabrica la salsa tabasco. Fue la luz que guio a este ingeniero sevillano que había ocupado puestos de responsabilidad y que "no encontraba nada" para reengancharse al mercado laboral. Su tenacidad y la idea de que este producto "con vinagre de Jerez está más bueno" fueron el germen de Salsas Quietud, una aventura en la que lleva embarcado varios años.

El camino no ha sido fácil. Varios reveses de salud que han tocado de lleno tanto a él como a su familia, la pandemia por coronavirus o el reciente incendio de la fábrica donde elaboraba las salsas han sido piedras que Estalella ha tenido que sortear durante este tiempo. En cualquier caso, persevera en su "negocio de resistencia".

"Todo comenzó cuando vi un vídeo que decía que con la fermentación de dos semanas era suficiente para realizar el producto y empecé a hacer pruebas en casa", explica. Mientras tanto, estudiaba el mercado para ver las posibilidades de su idea. Y ahí se le encendió la bombilla: "Vi que un litro de tabasco costaba 60 euros, 10 euros más que una botella de Chivas". En una comida con amigos se conjuraron seis para sacar adelante el proyecto.

Contra viento y marea

"Y entonces llegó la pandemia", lamenta. Aun así, no cejó en su empeño. "Empezamos a buscar etiquetas, envases y todo lo que requeríamos para sacar el producto adelante", señala. Comenzó fabricando sus salsas en una empresa de Marinaleda y empezaron a producir en noviembre del 2020, cuando comenzaron a salir los primeros lotes.

"Empezamos a llegar a tiendas gourmet y visitamos muchos mercadillos y ferias de muestras como Alimentaria, aunque no despegábamos en volúmenes, aunque nuestro mejor año fue 2021", relata.

Poco después, tras el cierre de la fábrica de Marinaleda, eligieron otra para elaborar sus productos, aunque el pasado 26 de junio salió ardiendo. Así que, tras superar otro revés, ahora fabrica en una nueva instalación. Recientemente, trituraron la producción de 5.000 botellas. "No hemos estado parados porque, como repito, este es un negocio de resistencia", defiende.

La empresa, que tiene vocación internacional, afronta en la actualidad varios acuerdos a punto de firma con distribuidores nacionales e internacionales. "La manera de avanzar es pasar de repartidor de botellas a distribuidor de cajas y después a palets; el siguiente es el container".

Componentes del producto

En la elaboración de la receta, Estalella no usa chilli tabasco. "Utilizo distintos tipos de pimiento, siempre frescos, así como cáscaras de naranja y limón, sal y los fermento, lo que hace que el producto sea más digestivo y aromático", explica. Después espera entre dos y tres semanas antes de añadirle vinagre de Jerez y luego ya miel, zumo de limón u oloroso. Tras filtrar la mezcla, embotella una salsa que no lleva conservantes ni colorantes. Resalta además que sus variedades son venganas, "menos la que lleva miel".

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Otra cuestión diferencial de Salsas Quietud es que "es caro, de gama alta, porque sus ingredientes no son baratos", afirma. Además, este empresario ha apostado por llevar el diseño también a los botes que contienen el producto, realizado por la empresa de diseño Ideólogo. "Hay una tendencia a los productos de este tipo en otros países como EEUU y es algo que quiero aprovechar: cada vez se pide más nivel y nosotros somos el Chanel de las salsas picante", destaca.

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