A PSOE y Sumar
Repsol advierte de que prorrogar el impuesto a las energéticas podría hacer peligrar sus inversiones en España
La petrolera registra unos beneficios de 2.785 millones de euros hasta septiembre, un 14% menos que en el mismo periodo de 2022, pero la segunda mejor cifra de su historia en los primeros nueve meses de un año
Sara Ledo
Repsol amenaza con dejar de invertir en España si se prorroga el impuesto a las energéticas una vez que expire su periodo de aplicación al final de este año, como han planteado PSOE y Sumar en su acuerdo programático para investir presidente a Pedro Sánchez. La compañía considera que este gravamen "castiga" a las empresas que "invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país" y "favorece" a los "importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España". "La falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar los futuros proyectos industriales de Repsol en España", afirma la compañía en el comunicado de presentación de resultados hasta septiembre.
"Seré claro. Hoy, nuestro negocio químico en España está pagando este impuesto, basado en sus ingresos, cuando está teniendo dificultades para competir en el mercado internacional. Repsol planea grandes inversiones en su negocio industrial en España focalizadas en reducir su huella de carbono, pero de nuevo, seré claro y cristalino, la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal podría condicionar nuestras inversiones. Antes de tomar una nueva decisión de inversión en España analizaremos las condiciones", ha advertido el consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, en una conferencia de analistas protagonizada por la cuestión impositiva.
La petrolera, que ha invertido hasta septiembre 4.362 millones de euros, el 82% más que el año anterior, y aspira a cerrar el año con una inversión orgánica total de 5.200 millones de euros, recuerda que España ha sido el foco principal de estas inversiones durante el ejercicio (41%, seguida de Estados Unidos, con el 37%). Pero si no se mantiene "un marco regulador y fiscal claro, predecible y estable" buscará "alternativas", ha afirmado Josu Jon Imaz, antes de referirse a Portugal como una posibilidad. Repsol presentará su nuevo plan estratégico el 22 de febrero del año que viene.
El impuesto actual grava el 1,2% de la facturación de las energéticas durante los años 2022 y 2023, aunque se liquida a año vencido (en 2023 y 2024). Imaz lo ha calificado de "ilegal, inconstitucional y discriminatorio", tras suponer un gasto para la compañía de 444 millones de euros este año; el que viene será algo inferior porque "los precios son más bajos" ahora que en 2022, situándose en una horquilla de "entre 300 y 350 millones de euros". "Y ese será el final porque no hay ninguna base legal base para mantenerlo", ha insistido ante las preguntas reiterativas de los analistas. La compañía tiene recurrido el gravamen en la Audiencia Nacional y acudirá al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y al Constitucional "si es necesario".
siglas en inglés) americana, que suele repetir casi como un mantra Imaz. Justo lo contrario de lo que destaca de Europa, que es su "compleja regulación".
Segundo mejor resultado
Más allá del disgusto sobre un posible mantenimiento del impuesto, Repsol vive un momento dulce. Después de batir todos los récords el año pasado por los altos precios del petróleo, la petrolera registra unos beneficios de 2.785 millones de euros hasta septiembre, un 14% menos que en el mismo periodo de 2022, pero la segunda mejor cifra de su historia en los primeros nueve meses de un año. El resultado ajustado, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, alcanzó 3.816 millones de euros, frente a los 4.654 millones de euros del año anterior.
Esto lleva a la compañía a anunciar una retribución de 0,4 euros brutos por acción en enero para sus cerca de 520.000 accionistas --entre ellos, BlackRock con el 5,5% del capital, NorgesBank con el 5% y Millenium con el 1,1%--, un 14% más que lo pagado en enero del año anterior. Josu Jon Imaz no ha querido avanzar la cuantía del dividendo complementario que se pagará en julio del año que viene, pero sí ha anticipado que en la historia de la compañía "nunca ha sido menor" que el dividendo a cuenta. "Diremos más con nuestro plan estratégico. Pero puedes esperar un complemento en julio que no será en ningún caso menor que este dividendo de enero. Estamos muy cómodos con la generación de caja y con las cifras que estamos preparando para el plan estratégico", ha precisado Imaz.
Proyectos de transformación
La empresa que dirige Josu Jon Imaz, que inauguró su primer proyecto de hidrógeno hace unas semanas en la refinería de Petronor en Vizcaya, está inmersa en los trabajos para la puesta en marcha en Cartagena de la primera planta que se dedicará a la fabricación de combustibles renovables (que tienen un origen no fósil a partir de materias primas orgánicas, como el aceite) con una capacidad de 250.000 toneladas al año. A ella se sumará una segunda instalación en Puertollano, que prevé entrar en funcionamiento en 2025 para producir 240.000 toneladas. En total, Repsol aspira a fabricar 1,3 millones de toneladas de combustibles renovables en 2025 y más de 2 millones en 2030.
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