Política monetaria

La Reserva Federal se ciñe al guion pese a la victoria de Trump y baja los tipos en 0,25 puntos

La FED reduce el precio del dinero al 4,5%-4,75% pese a que la política económica del futuro presidente puede elevar la inflación

Su presidente, Jerome Powell, advierte de que no dimitirá aunque se lo pida Trump y le recuerda que la ley le impide destituirlo

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell. / Europa Press

Pablo Allendesalazar

Pablo Allendesalazar

Sin sorpresas: la Reserva Federal (FED) ha bajado este jueves los tipos de interés oficiales en Estados Unidos en 0,25 puntos porcentuales, a un intervalo del 4,5%-4,75%. El mercado lo daba por descontado, pese a que la clara victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales puede traer consigo unas políticas económicas inflacionistas que compliquen la vida al banco central estadounidense. Así lo ha venido a admitir su presidente, Jerome Powell, quien sin embargo ha apuntado que dichas políticas tardarían un cierto tiempo en tener efecto en la economía y, por tanto, en poder afectar la política monetaria: "A corto plazo, las elecciones no tendrán efectos en nuestras decisiones".

En un mensaje muy medido, el banquero central ha destacado que las políticas fiscales de todos los Gobiernos tienen efectos que la FED incorpora en las previsiones económicas sobre las que toma sus decisiones. Pero también ha recordado que el proceso de aprobación legislativo hace que estos cambios de orientación política tarden en materializarse e impactar en la economía un cierto tiempo respecto al momento en que se produce el cambio de color político del Ejecutivo

"No sabemos cuáles serán ni el momento ni el contenido de los cambios de las políticas. Por lo tanto, no sabemos cuáles serán los efectos en la economía, específicamente si esas políticas serán importantes para el logro de nuestros objetivos y en qué medida. No hacemos conjeturas, especulaciones ni suposiciones. Solo como principio general, es posible que cualquier política o políticas del Gobierno o el Congreso puedan tener efectos que, con el tiempo, sean importantes para la consecución de nuestro mandato dual", ha apuntado.

Pendientes de Trump

Todo pendiente, por tanto de las medidas que adopte Donald Trump cuando vuelva al despacho oval el próximo 20 de enero. El programa del presidente electo incluye bajadas de impuestos sin reducciones del gasto público, lo que implica más déficit y resulta inflacionista. De ahí que, tras conocerse su victoria, el interés de la deuda pública estadounidense en las compraventas entre inversores privados haya aumentado en el mercado, sobre todo en los plazos más largos. 

Algunos analistas estiman que ello podría llevar a la FED a recortar los tipos de interés a un ritmo más lento de lo que tenía previsto. Otros piensan que podría llegar a tener que dejar el precio del dinero sin cambios e incluso volver a subirlo a finales del año que viene. Y todo en ello en un contexto en el que Trump ya ha demostrado en el pasado que no tiene problemas en presionar públicamente al organismo para que tome las medidas que él considere convenientes. 

Algunos de sus asesores incluso han defendido la salida de Powell. El presidente de la FED, en este sentido, ha sido tajante a la pregunta de si dimitirá de su cargo si el nuevo presidente se lo pide: "No". A una segunda pregunta, ha dejado claro que Trump no podría hacerlo debido a la ley que consagra la independencia del banco central: "No está permitido por la ley".

Ni rápido ni lento

Powell, visiblemente incómodo con las preguntas más políticas, ha reiterado su advertencia habitual de que la deuda pública del país "no es insostenible, pero su senda (de ascenso) sí", lo que supone un "peligro" para la economía. Pero más allá de ello, ha tratado de ceñirse a los mensajes y el discurso habituales de los banqueros centrales. Así, ha apuntado que el objetivo de la FED es seguir reduciendo los tipos de interés desde su actual nivel restrictivo para la actividad económica hasta el nivel neutral. La dificultad de ello, ha apuntado, radica en no hacerlo ni demasiado rápido ni demasiado lento.

La Reserva Federal bajó los tipos en 0,5 puntos a mediados de septiembre en el que fue su primer recorte en más de cuatro años, después de elevarlos a un ritmo y dimensión sin precedentes para combatir la crisis inflacionista (5,25 puntos entre marzo de 2022 y julio de 2023). Además, dejó la puerta abierta a un recorte similar en el conjunto de sus dos reuniones restantes del ejercicio (la de este jueves y otra en diciembre), en coherencia con su doble mandato de lograr la estabilidad de los precios y el máximo empleo posible. 

La FED ha apuntado este jueves que "considera que los riesgos para lograr sus objetivos de empleo e inflación (2% sostenible a medio plazo) están básicamente en equilibrio. Las perspectivas económicas son inciertas y el comité está atento a los riesgos para ambas partes de su doble mandato".

Inflación a la baja

La inflación en Estados Unidos, así, ha bajado del 9,1% que llegó a alcanzar en el verano de 2022 al 2,4% del pasado octubre. Se trata del mínimo desde febrero de 2021, si bien ligeramente superior a lo que esperaban los analistas (2,3%), lo que ya había alimentado la expectativa de que la FED redujese el ritmo de bajadas hasta recortes de 0,25 puntos, en lugar de 0,5 como en septiembre. Pero recortes, al fin y al cabo: el paro sigue en un contenido 4,1%, pero ha subido durante los últimos doce meses y el banco central ha dado señales de que no quiere un deterioro adicional. 

Frente a la situación de Estados Unidos, en Europa se han producido caídas de los intereses de la deuda en los plazos cortos tras la victoria de Trump, una prueba de que los inversores estiman que el Banco Central Europeo (BCE) podría verse obligado a bajar los tipos de interés del euro de forma más agresiva de lo que tenía previsto para estimular la actividad. La zona euro, así, tiene una economía muy abierta y dependiente de las exportaciones, con lo que podría verse perjudicada, de repetirse, por los aranceles y guerras comerciales que Trump emprendió en su primer mandato. 

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