Consumo

El día del soltero sobrevive en China al clima decaído y el flácido consumo

El mayor festival consumista del mundo, impulsado por Alibaba, ha perdido su vieja exuberancia pero sigue siendo la jornada de más ventas del mundo

Trabajadores de una plataforma logística en Pekín, con paquetes de compras para ser entregados el 'día del soltero'.

Trabajadores de una plataforma logística en Pekín, con paquetes de compras para ser entregados el 'día del soltero'. / Efe / Jessica Lee

Adrián Foncillas

Adrián Foncillas

Atrás han quedado aquellas ediciones de galas televisadas con las más populares bandas pop nacionales, estrellas globales como Kevin Spacey y el contador para seguir la evolución de las ventas hasta el inevitable récord saludado con fuegos artificiales. Ha acabado la fanfarria pero sigue saludable el Día de los Solteros, el mayor festival consumista del mundo, ajeno a la demanda interna flácida y a amenazas como el regreso de las guerras comerciales.

Concluyó en la pasada medianoche con satisfacción generalizada pero sin aquellos estallidos de júbilo. Este año, al igual que el anterior, no ha sido desvelada la cifra total de ventas, pero Alibaba ha hablado de un “crecimiento robusto”. La mayor compañía de comercio digital del mundo ha batido el récord de intervenciones de sus suscriptores con una subida del 50% respecto al pasado año. También lo ha hecho su máximo competidor, JD.com, con un aumento del 20%. Una cuarentena de compañías han superado los mil millones de yuanes en ventas (130 millones de euros), el umbral del éxito de la jornada. Entre ellas figuran Apple y gigantes nacionales como la tecnológica Xiaomi y los fabricantes de electrodomésticos Haier y Midea. Estos son los ganadores de esta edición: las ventas de aparatos para el hogar (aire acondicionados, robots de limpieza o retretes inteligentes) se han doblado gracias a los subsidios aprobados por Pekín en julio para estimular el consumo.

Aire acondicionados, robots de limpieza o retretes inteligentes han sido los ganadores, gracias a las ayudas del Gobierno

El Día del Soltero (el 11 de noviembre por las cuatro unidades de la fecha) resume el ingenio chino para los negocios. La idea nació en 1993 en la Universidad de Nanjing para endulzar la jornada a los jóvenes estigmatizados por una sociedad que exige el matrimonio. El centro organizaba reuniones y estimulaba los regalos entre los desparejados y, quince años después, Alibaba trasladó la práctica al comercio electrónico involucrando a 27 fabricantes en su primera edición. Pronto se desató el frenesí. JD y Pinduoduo, las plataformas que discuten el reinado de Alibaba, acabaron por subirse al barco tras entender que no podían hundirlo. Ahora participan cientos de miles de empresas de buena parte del mundo y la jornada registró el pasado año unas ventas de 156.000 millones de dólares, según la compañía de Syntum. El resto parece un colmado soviético: esa cifra cuadriplica al de la semana estadounidense entre el Black Friday y el Cyber Monday y supera al comercio electrónico anual de la India.

El director ejecutivo de Alibaba Group, celebrando un récord de ventas en el día del soltero de 2018.

El director ejecutivo de Alibaba Group, celebrando un récord de ventas en el día del soltero de 2018. / EFE/Paula Escalada Medrano

Pero sus días más exuberantes han quedado atrás. Ha terminado aquel fenómeno social que pegaba a millones de jóvenes a sus móviles durante horas y les llevaba al día siguiente a alardear en redes sociales de sus desembolsos. Influyen varios factores. El Día de los Solteros, ideado como 24 horas de agitación, se extiende ya a varias semanas. Los descuentos salvajes son raros y el éxito de la iniciativa ha trufado el calendario de iniciativas similares. Zhen, oficinista pequinesa, superó años atrás la pulsión compradora y apenas ha gastado los 300 yuanes (40 euros) que le permiten una rebaja de 50 yuanes (6,5 euros). “Esperaré a los descuentos del 12-12”, razona en referencia a la próxima campaña del 12 de diciembre. También ha menguado el entusiasmo de los comerciantes. Lamentan los crecientes costes por participar, las exigentes condiciones de Alibaba y las altas tarifas de publicidad frente a unos beneficios que, sin los antiguos aluviones de pedidos, estrangulan sus beneficios. Y por último manda el desánimo por una simple desaceleración económica que los chinos perciben como una crisis insondable. Se desconoce en cuánto superan las ventas actuales a las pasadas. Las de 2023 mejoraron apenas un 2% a las de 2022, según cálculos independientes, cuando en las primeras ediciones se encadenaban crecimientos de dos dígitos y bastaban unas pocas horas para batir la marca anterior.

 En ese clima mustio, sin embargo, persisten sus dos viejas certezas: es el día con más ventas del año en el mundo y no hay edición sin récord.

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