ENERGÍA

Moeve festeja su adiós a la vieja Cepsa con una vuelta a los beneficios

La energética reclama estabilidad en regulación y fiscalidad tras amenazar con paralizar inversiones en España por el impuesto a las energéticas, por el que ha pagado 566 millones en dos años.

Sede central del grupo energético Moeve en Madrid. / Moeve

David Page

La nueva Moeve celebra el adiós a la vieja Cepsa disparando sus beneficios. La compañía energética, que ha abandonado su marca centenaria como parte de su proceso de reinvención para dejar de ser una petrolera y convertirse en empresa de energías sostenibles, abandona las pérdidas registradas el año pasado por el impuesto especial a las grandes energéticas y vuelve a beneficios en lo que va de año.

Moeve registró un beneficio neto de 109 millones de euros entre enero y septiembre, frente a las pérdidas de 116 millones de euros del mismo periodo del año pasado, a pesar de que el negocio estuvo condicionado por el escenario de caída de los márgenes de refino generalizado en el sector petrolero. El beneficio neto ajustado de la antigua Cepsa, que mide específicamente el desempeño de los negocios al excluir efectos de la volatilidad en los precios del petróleo en sus existencias, se disparó un 89% en los nueve primeros meses del año, hasta los 477 millones.

“En un entorno geopolítico difícil, Moeve ha obtenido unos resultados financieros satisfactorios que permiten seguir invirtiendo en nuestra estrategia de transición”, ha subrayado el consejero delegado del grupo, Maarten Wetselaar. “Seguiremos trabajando con las autoridades para garantizar unos marcos regulatorios y fiscales que favorezcan las inversiones necesarias para la transformación urgente de nuestro sistema energético”, ha subrayado el ejecutivo tras el choque con el Gobierno español a cuenta del ‘impuestazo’ a las grandes energéticas.

Choque por el impuesto

El consejo de administración de la actual Moeve decidió dejar en suspenso sus inversiones milmillonarias en proyectos de hidrógeno verde en el mercado español por la incertidumbre fiscal en el país, dada la intención del Gobierno de perpetuar el impuesto a las grandes energéticas, concebido inicialmente como temporal. La falta de apoyos políticos -por el rechazo de PNV y Junts- ha dado al traste con la cronificación del gravamen y previsiblemente decaerá a final de año, y ahora Moeve reclama un marco fiscal estable para ejecutar las inversiones proyectadas.

Moeve subraya que que ha contribuido con 3.259 millones de euros en impuestos en España hasta septiembre, de los cuales 1.794 millones de euros fueron asumidos por la compañía y 1.466 millones de euros fueron recaudados por cuenta de la Hacienda Pública española. Este importe total incluye el pago de 243 millones de euros por el impuesto extraordinario a las empresas energéticas españolas, que para la compañía, entre 2023 y 2024, asciende a un total de 566 millones de euros.

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La compañía ha más que duplicado sus inversiones entre enero y septiembre, hasta los 887 millones de euros, y presume de haber disparado un 70% sus inversiones sostenibles gracias a los avances en la construcción del complejo de biocombustibles de segunda generación de Huelva del grupo, cuya inversión total prevista es de 1.200 millones de euros. La deuda neta de Moeve a cierre del tercer trimestre se situaba en los 2.519 millones de euros, en línea con el mismo periodo de 2023, mientras que la ratio de deuda neta/ebitda de los últimos doce meses descendió a 1,6 veces este trimestre, frente a 1,7 veces del mismo periodo de 2023. La liquidez de la compañía se reforzó hasta alcanzar los 6.287 millones de euros, un 51% más que en el tercer trimestre de 2023.

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