Agricultura

La transformación de los campos de cereal en Sevilla: el olivar o las placas solares sustituyen al trigo o al maíz

La baja rentabilidad del cultivo conduce a muchos agricultores a reconvertir sus fincas en nuevos usos e incluso cambiar de actividad

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gfkgj / RAFA BERNARDO. MADRID| UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

Clara Campos

Clara Campos

Las lluvias están retrasando la siembra del cereal en la provincia de Sevilla. Las previsiones para 2025 son muy parecidas a las de 2024, lo que supone que, si bien son buenas cifras respecto a los años anteriores en los que la sequía perjudicó gravemente al cultivo -como a tantos otros-, la baja rentabilidad sigue siendo la tónica dominante.

"Según se están desarrollando las últimas campañas, las previsiones de siembra de 2025 serán muy parecidas a las del año anterior, pero tenemos que tener en cuenta que hay muchas explotaciones de cultivo extensivos de secano que se están transformando a olivar superintensivo, por lo que puede haber una disminución de superficie porque se transforme a este otro cultivo donde las rentabilidades son mejores", destaca Macu García Villa, responsable de cultivos herbáceos de Asaja-Sevilla.

Precios cada vez más bajos

Todo ello teniendo en cuenta los precios que está alcanzando el aceite de oliva en los últimos meses, frente a los precios del cereal, cada vez más bajos. "En la lonja se paga el trigo duro entre 227 y 279 euros tonelada, mientras que los costes de una hectárea de cultivo es de 700 euros, lo que da buena cuenta de la situación", explica García Villa.

A ello se suma la competencia de otros países, fundamentalmente la entrada del grano de Ucrania, que no cuenta con aranceles por parte de la UE en la actualidad, además del incremento de los costes de los fertilizantes. "Están absolutamente disparados: los nitrogenados están a 465 euros la hectárea, un 77% respecto a 2022, mientras que los complejos alcanzan los 712 euros, un 103% más", recalca la responsable de cultivos herbáceos de Asaja-Sevilla.  

Olivar mejor que almendros o cítricos

"La tendencia es olivar superintensivo porque la recolección es mecanizada y al final los costes se reducen", añade García Villa, quien asegura que esto es lo que hace que muchos agricultores apuesten por este cultivo en lugar de los cítricos o el almendro, que si bien ha estado de moda en los últimos años, "de los que se están arrancando algunas plantaciones porque las necesidades hírdricas son importantes".

A ello se suma, ha destacado la representante de la organización agraria, aquellos agricultores que optan por dedicar sus campos a placas solares. "Los costes de producción suponen en torno a 700 euros una hectárea de cultivos extensivos de secano. Eso no es rentable, solo y exclusivamente no estaríamos hablandon de pérdidas si cultivamos trigo duro del grupo 1 en Sevilla: el resto de grupos van a pérdidas".

La última campaña, en números

En lo que se refiere a las cifras de la última campaña -que empezó marcada por la sequía porque las lluvias cayeron ya en Semana Santa-, estuvieron marcadas por los elevados costes de fertilizantes, la escasez de semillas y elevado precio de las mismas.

En Andalucía se sembraronun total de 125.899 hectáreas de trigos blandos, un 1% más que en 2023, mientras que en trigos duros se sembró una superficie de 197.381 hectáreas, una extensión igual a la del año anterior.

En el caso de Sevilla, fueron 65.960 las hectáreas de trigos blandos y, en el caso del tigo duro, donde la provincia es principal productora, la extensión fue de 80.160 hectáreas, una cifra similar a 2023.

En cuanto al rendimiento, los trigos duros han supuesto entre 4.200 y 4500 kilos por hectárea y, en trigos blandos, sobre 4.000 kilos. "Ha sido un año bueno de producción, más si cabe teniendo en cuenta que el 2023 fue catastrófico", añade García Villa, quien reconoce que en cuanto a la calidad, el cereal "ha tenido proteínas bajas".

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