Congreso sindical

UGT reclama al Gobierno más subvenciones para financiar la negociación colectiva y los planes de igualdad

"Quien vive subsidiado es el sistema de relaciones laborales de nuestro país, somos los afiliados quienes lo pagamos", critica Pepe Álvarez

Pepe Álvarez interviene en el Congreso de UGT

Pepe Álvarez interviene en el Congreso de UGT / Marc Asensio

Gabriel Ubieto

El secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, ha reclamado al Gobierno incrementar la financiación pública a los sindicatos con representatividad en España para contribuir a costear la negociación colectiva de convenios, la confección de planes de igualdad en las empresas, la fijación del salario mínimo o la interlocución en las reformas de pensiones, entre otros.

"Basta ya de eso que los sindicatos vivimos de las subvenciones. Quien vive subsidiado es el sistema de relaciones laborales de nuestro país, somos los afiliados quienes lo pagamos", ha afirmado durante su intervención en la apertura del congreso de UGT, celebrado esta semana en Barcelona.

En 2023, último dato disponible del Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones y Ayudas Públicas, el Gobierno destinó un total de 16,98 millones de euros a transferencias directas a todos los sindicatos con representación (y que no renunciaran a la misma). De este presupuesto total, UGT recibió 5,8 millones de euros; en proporción a su peso en el conjunto de delegados sindicales que se eligen periódicamente en las empresas y administraciones públicas. CCOO, el otro gran sindicato en España, recibió 6,4 millones de euros.

El líder de UGT ha considerado que se ha extendido el discurso de que las centrales viven subvencionadas y ha replicado que la capacidad de organización de las centrales se fundamentan en las cuotas que mes a mes abonan sus afiliados y que luego estas costean servicios de los que se beneficia el conjunto de la población trabajadora. Por ejemplo, los sindicatos mayoritarios negocian en cada sector la renovación de los convenios colectivos, con incrementos salariales que luego cobran todos los asalariados del sector, no solo los afiliados.

En otros países, como en Estados Unidos, solo se benefician de los acuerdos colectivos aquellos trabajadores que están afiliados a los sindicatos que los suscriben; mientras que en otros, como Suecia Dinamarca, la afiliación es prácticamente obligatoria, ya que son las centrales quienes gestionan, por ejemplo, los fondos de desempleo o formación.

El tiempo que están liberados los 106.000 delegados sindicales que tiene la UGT en toda España para negociar con las empresas un erte, un plan de igualdad, un plan de prevención de riesgos laborales o la planificación del calendario laboral, entre otros, lo costean, según ha enfatizado Álvarez, mayoritariamente los 980.000 afiliados que pagan la cuota de la central.

El secretario general de la central ha estimado que los costes de los trabajos que realizan los representantes de la UGT para el conjunto de la ciudadanía equivaldrían, "por la parte baja", unos 15 millones de euros anuales. Y ahora Álvarez quiere reclamar al Estado que aumente su contribución a las arcas sindicales para hacer "Más y mejor sindicato", tal como reza el lema del cuadraésimo cuarto congreso de la UGT.

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