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¿Qué pasa con Grifols? Los problemas que enfrenta la farmacéutica catalana

Grifols enfrenta un nuevo revés tras la retirada de la OPA del fondo Brookfield, agravando las dudas sobre su transparencia y liderazgo

Sede del grupo Grifols en Sant Cugat del Vallès.

Sede del grupo Grifols en Sant Cugat del Vallès. / EFE

Esther Chapa

En un nuevo episodio de tensiones corporativas, Grifols, la multinacional catalana especializada en hemoderivados, vuelve a ser noticia tras la decisión del fondo canadiense Brookfield de retirar su oferta pública de adquisición (OPA). El anuncio, realizado este miércoles, refleja una ruptura marcada por acusaciones de opacidad y falta de transparencia en la gestión de la empresa, liderada históricamente por la familia Grifols, que controla el 30% del capital.

El detonante: la falta de información clave

Según Bloomberg, uno de los puntos críticos que llevó a Brookfield a desistir fue la falta de acceso a datos fundamentales para completar la "due diligence". En particular, el fondo destacó la ausencia de claridad en operaciones con partes vinculadas, lo que dificultó una evaluación precisa de la situación financiera de Grifols.

El 19 de noviembre, Brookfield ya había manifestado preocupaciones tras recibir información incompleta, a pesar de haber ofrecido 10,5 euros por acción. Este precio fue rechazado por el consejo de administración, que lo consideró insuficiente, argumentando que “infravaloraba las perspectivas fundamentales y el potencial a largo plazo” de la empresa.

Un año marcado por la polémica

Desde enero, Grifols ha estado bajo presión, especialmente tras un informe del fondo bajista estadounidense Gotham City Research, que acusó a la empresa de manipulación contable y conflictos de interés con Scranton Enterprises, la firma patrimonial de la familia fundadora. Estas acusaciones motivaron expedientes sancionadores por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tanto contra Gotham como contra Grifols.

Las tensiones internas tampoco han sido menores. Este año se ha caracterizado por cambios en la alta dirección, incluyendo la salida de varios miembros de la familia Grifols de funciones ejecutivas. Estos movimientos buscaban recuperar la confianza de los inversores tras una fuerte caída de las acciones, que acumulan pérdidas significativas desde enero.

Impacto en Bolsa y perspectivas

La retirada de Brookfield ha impactado fuertemente en la cotización de Grifols, que este jueves registra un descenso cercano al 5%, situándose en 9,29 euros por acción, con una capitalización bursátil de 5.860 millones de euros.

El consejo de administración de la compañía se ha comprometido a “mejorar el valor a largo plazo”, aunque las dudas persisten. Analistas señalan que el mercado continúa castigando la falta de transparencia y la incertidumbre en torno al futuro de la empresa.

¿Qué sigue para Grifols?

Con la retirada de Brookfield, Grifols enfrenta un escenario complejo. La recuperación de la confianza de los accionistas dependerá en gran medida de su capacidad para implementar cambios estructurales y garantizar una mayor transparencia en su gestión.

Por ahora, la farmacéutica continúa siendo un caso emblemático de los retos que enfrentan las empresas familiares en mercados globales, donde las exigencias de transparencia son cada vez mayores.

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