ENTREVISTA
Esther Vidal (Autovidal): "Hay un empoderamiento brutal de las marcas de coches chinas en Europa"
La directora comercial de Autovidal afirma que "en Pekín vimos que Huawei puede hacer sombra a cualquier fabricante de coches que lleva 70 años en el sector"
Esther Vidal, directora comercial de Autovidal. / B. RAMÓN
Transcurridos 103 años desde su fundación, Autovidal se enfrenta al reto de una industria que se encuentra en plena transición a unos coches con estándares más sostenibles. Lo sabe bien la representante de la cuarta generación de la empresa, Esther Vidal, que está preparando el negocio para afrontar los desafíos vinculados a la movilidad.
¿Está demandando el consumidor el coche eléctrico?
En España había una previsión de que la venta de vehículos eléctricos se disparase y la realidad es que está totalmente estancada. Esto tiene mucho que ver con que hay una normativa europea que hay que cumplir y que quizá los estándares se tengan que dulcificar porque el mercado no está respondiendo como se suponía que tenía que responder.
Desde el punto de vista del consumidor, ¿hay interés por este vehículo más sostenible?
Si desde el Gobierno central no se ponen incentivos a la venta de eléctricos, como ha sucedido en otros países europeos, el consumidor no va a responder. Es justo decir que en nuestro país sí que existen incentivos a la compra, pero el comprador lo está cobrando al año y pico de la adquisición. El cliente no necesita que le den más de 7.000 euros 20 meses después de adquirir el coche, lo necesita en el momento de la compra, un impulso económico que, además, le ayudaría a decidirse y facilitaría las ventas.
Y, sin embargo, aquí, en Mallorca, bajas del avión y hay una flota de eléctricos para alquilar.
En Baleares, por la singularidad de nuestro territorio, que es muy limitado, nuestra cuota de eléctrico siempre es el doble que la media nacional. No necesitamos recorrer grandes distancias, lo que se adapta mucho a las características de este tipo de vehículo. Además, somos muy de alquilar. Y esta opción es fantástica para el coche eléctrico.
¿Se puede hacer algo más que poner incentivos fiscales para impulsar las ventas del coche eléctrico?
Si España quiere realmente posicionarse como un país puntero en Europa en la venta de eléctricos, tiene que someterse a una amplia reflexión. Dicho esto, tampoco hace falta inventarse nada, quizá bastaría con fijarse en qué han hecho los países nórdicos: primero ayudas a la compra y luego incentivos fiscales. Además, para que esto salga hay que destinar un presupuesto realista. Es una desgracia ver que el eléctrico aún es más caro que el coche de gasolina.
Es cierto que el precio es un factor totalmente limitante.
Evidentemente. Tras el covid-19, el precio de los coches ha aumentado el 15%. Si a este incremento en el precio le sumas la subida de los tipos de interés -aunque ya en clara remisión-, lo que está pasando es que esa gente que más necesita cambiar de coche, los que tienen vehículos más contaminantes, que son los de más de 10 años, no está pudiendo cambiarlo. Pero ni por uno de gasolina, que es más eficiente y sostenible que el diésel, ni por uno eléctrico. Esto genera un problema como país: de hecho, se prevé que este año el envejecimiento del parque móvil en España se incremente por lo menos dos puntos. Eso es una mala noticia, porque cuanto más antiguos son los coches más contaminantes resultan.
La inflación y el coronavirus golpearon su sector. ¿Cómo lo han solventado?
Como cualquier empresa que estuvo cerrada, ese periodo tan prolongado de tiempo fue bastante malo. Es verdad que desde el departamento financiero de la compañía se hizo un trabajo formidable. Se puso patas arriba el negocio, se sacaron las cosas que no eran imprescindibles y se buscaron las máximas eficiencias. Lo cierto es que nos recuperamos con mucha rapidez.
Pero con los problemas en la cadena de suministro, no había muchos coches disponibles...
No podemos olvidar que el año y medio sin vender coches generó una demanda embalsada que recuperamos el año siguiente. Yo diría que 2022 fue el mejor año en términos de facturación y de rentabilidad. Y es que más allá de la demanda, como señala, no había mucho vehículo en el mercado por los fallos en la cadena de suministro y no había agresividad comercial. Se vendía por el precio que ponía el fabricante, lo que hizo que el ejercicio fuera bueno tanto para ellos como para los concesionarios.
Intuyo que la escalada en el precio de los combustibles tampoco se vivió de una manera sencilla en su sector.
Cierto, pero no hay que olvidar una cosa: la sociedad en general, tanto los empresarios como los consumidores, hemos adquirido una capacidad, que es la de adaptarnos con mayor rapidez a todo lo que se nos se nos plantea sobre la mesa. Nos hemos acostumbrado a adaptarnos con mayor facilidad a todos los cambios súbitos que estamos teniendo en un mundo tan globalizado y donde, a nivel geopolítico, hay tantos intereses.
Hablando de geopolítica, ¿ha ganado China la carrera por el coche eléctrico?
Actualmente, los fabricantes chinos están trayendo un producto que, en calidad-precio, es inmejorable, es imbatible. Además, la gente le ha perdido el miedo al producto chino, lo ha probado y ha visto la calidad que tiene a nivel tecnológico, sobre todo con la tecnología eléctrica. Hay un empoderamiento de las marcas chinas en Europa brutal y este es un fenómeno que solo acaba de empezar.
No son solo los coches.
Evidentemente. Es que hay una transición que en China está viviendo su máximo exponente. Estuvimos en la fábrica del automóvil en Pekín este año y nos sobrecogió ver a los coches que provienen de Apple. También ver las tiendas de vehículos de Huawei en el centro de la ciudad. Esta marca le puede hacer sombra a un fabricante de vehículos que lleva 70 años en el sector.
Esto, además, se une a que existe un cambio en el modelo del consumidor.
Definitivamente, estamos viendo un cambio significativo en el modelo de consumo respecto al uso del coche, y este cambio será aún más notorio con la llegada de los clientes jóvenes, especialmente aquellos que hoy tienen alrededor de 18 años. Actualmente, pocos jóvenes de esa edad pueden permitirse comprar un coche, y, además, muchos tampoco lo desean. La posesión ya no es tan atractiva para ellos; prefieren modelos de consumo basados en el acceso y la flexibilidad. Vemos ejemplos claros en servicios digitales: los jóvenes utilizan plataformas como Spotify, en lugar de comprar CD, y este cambio de mentalidad también se traslada al uso del automóvil.
¿Cree que están preparadas las marcas?
Hoy en día, las nuevas generaciones optan por alternativas como el renting, las suscripciones de vehículos y las financiaciones flexibles que permiten acceder a un coche solo durante el periodo en que lo necesitan y con características específicas. Esto ha impulsado un crecimiento constante en la demanda de estos servicios, con un incremento anual considerable en las cifras de suscripciones y renting en las diferentes marcas. Es evidente que el concepto de propiedad de un coche está transformándose hacia un modelo más adaptado a las necesidades y circunstancias de cada momento.
¿Y Autovidal se ha adaptado?
Nuestra estrategia incluye productos de suscripción diseñados para quienes no desean comprometerse con la compra de un coche, sino que prefieren flexibilidad. Imaginemos, por ejemplo, que vives en Mallorca: en invierno puedes necesitar un coche más grande para llevar a los niños al colegio, pero quizá en otra época del año prefieras un modelo más pequeño para tus desplazamientos diarios al trabajo. Luego, en verano, puede que busques un coche amplio y cómodo para moverte más y aprovechar el tiempo de ocio. Ofrecemos un servicio de suscripción que permite cambiar de coche cada tres meses, de modo que el cliente puede elegir el modelo según sus necesidades: capacidad, motorización, tamaño o tipo de vehículo. Es decir, el coche se adapta a lo que necesita el cliente en cada momento, no al revés, como en los modelos tradicionales de compra.
No solo incluyen esta estrategia en los coches.
La quinta generación de la empresa diseñó una start-up, Watzzer. Es un sistema de movilidad que ofrece patinetes, bicicletas, motos y coches exclusivamente eléctricos, todos disponibles en estaciones y gestionados a través de una aplicación. El usuario puede tomar un patinete o una bicicleta eléctrica para un trayecto corto, una moto eléctrica si va más lejos e incluso un coche eléctrico si busca más comodidad. Cada caso es totalmente flexible y se paga por uso. Además, dado que en Palma y otros municipios la normativa aún no permite un sistema de estaciones de libre acceso como en Madrid, hemos instalado estas estaciones en hoteles. Así, los clientes pueden moverse por la isla de manera sostenible y eficiente.
¿Es la verdadera disrupción la movilidad?
Yo creo que esto vendrá con el desarrollo del coche autónomo. Imagine poder programar desde una aplicación sus trayectos diarios: que el coche le recoja en casa a las siete para llegar a la oficina a las ocho, y que luego vuelva a buscarle a las seis para llevarle de regreso. En un escenario así, ¿quién querría tener un coche en propiedad? El modelo cambiaría completamente hacia el pago por uso, y los vehículos se convertirían en espacios donde podríamos trabajar o relajarnos mientras nos desplazamos. No obstante, aún queda un camino por recorrer. Estos coches serán mucho más caros y, además, necesitan una infraestructura adecuada para funcionar de manera segura y eficiente. Hace falta una red de satélites robustas y carreteras inteligentes.
Representante del club de las 5.00 a. m.
Esther Vidal es la representante de la cuarta generación de una empresa familiar que en 2023 alcanzó una facturación de 160 millones de euros. Directora comercial y de márketing de una compañía que emplea a 295 trabajadores, no inició su etapa profesional en Autovidal. "Estudié Eduación Física en Baleares y monté una instalación deportiva de alta calidad. Todos los empleados eran licenciados y había flores frescas en el recibidor cada mañana. Funcionó muy bien durante 10 años, pero la tendencia cambió", explica.
La directiva habla del impacto de las cadenas de gimnasios low cost. Viró su carrera y montó una empresa de servicios que montaba eventos de ocio y cultura para empresas privadas. Y acabó realizando campañas de márketing para empresas de automoción. "En 2012, mi familia me invitó a entrar y, tras formarme, pasé a formar parte del negocio familiar". Vidal, que jugó en la selección catalana de rugbi, siente "auténtica debilidad con las colaboraciones a nivel deportivo". Quizá porque le recuerda a su vida, vinculada a hacer "27.000 deportes". "Se me han dado casi todos bien", afirma.
La directora comercial de Autovidal es integrante del club de las 5.00 a. m., ese grupo de directivos que aboga por ver amanecer para ordenar su día. "Hago mi rutina de una hora y media de ejercicio y después intento leer antes de empezar a trabajar". La lectura es otra de sus grandes pasiones, por eso ha creado una biblioteca para trabajadores del grupo. "Los libros son de Autovidal, pero la gente ha ido aportando. Hasta algún proveedor ha traído y se ha llevado libros", apunta Vidal, que ahora señala leer a los clásicos. "Estoy con Anna Karenina y acabé con Franz Kafka".
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