ENERGÍA
Las energéticas arman una ‘megacartera’ de 36.000 millones en proyectos hidrógeno en vilo por la rebelión contra el impuesto
Grupos como Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol, Cepsa, BP, EDP, Enagás y otras energéticas prevén tener operativas 113 plantas de producción ya en 2030 (y tienen planes para otras 50 más) a la espera de decidir si frenan inversiones por el gravamen a las grandes energéticas.
Las compañías alertan de otras grandes barreras que amenazan con frenar el ‘boom’: de la falta de una demanda real de compra por el alto precio a la insuficiencia de ayudas públicas o las dificultades para conseguir toda la electricidad necesaria para producir.
España quiere ser protagonista de la próxima revolución energética que está llamada a allanar la transición verde. El objetivo país pasa por convertirse en el mayor ‘hub’ europeo del hidrógeno renovable. Grupos energéticos, corporaciones industriales y centros de investigación cuentan con cientos proyectos vinculados al futuro filón del hidrógeno verde (que usa electricidad procedente de energías renovables para su producción).
De momento, en casi todos los casos se trata de planes en fases muy preliminares y desde las propias compañías se alerta de que hay graves barreras regulatorias y económicas que pueden frenar algunos de los proyectos. El obstáculo más inmediato ahora es la posibilidad de que grandes energéticas frenen parte de las inversiones proyectadas si el Gobierno finalmente prolonga el impuesto extraordinario a los gigantes del sector.
El próximo boom del hidrógeno verde busca ser crucial para impulsar la ineludible descarbonización de la economía al servir para sustituir el gas natural por un gas verde sin emisiones en los sectores económicos que tiene difícil o directamente imposible la electrificación de sus procesos productivos. En España están activos un total de 361 proyectos vinculados a la nueva ola del hidrógeno renovable con inversiones previstas de 36.370 millones de euros, según los datos del último censo de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2).
Algo más de la mitad se trata de proyectos de investigación, de desarrollo de tecnologías en un entorno controlado o demostradores en entornos ya reales, con inversiones conjuntas de unos 6.000 millones. El resto, hasta un total de 167 inciativas se tratan de planes comerciales concretos, de los que prácticamente todos son proyectos que incluyen plantas de producción de hidrógeno y una sesentena comprenden a la vez tanto producción como consumo industrial próximo (como es el caso de los denominados ‘valles’ del hidrógeno).
Grupos como Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol, Cepsa, Enagás BP, EDP, Acciona, Exolum, Redexis, Reganosa o la naviera Maersk, entre otros, figuran entre el largo listado de compañías con proyectos de hidrógeno verde en diferente estado de madurez en su proceso de diseño y definición. Los proyectos comerciales recogidos por AeH2 pretenden movilizar inversiones por unos 30.000 millones, de los que unos 2.350 millones corresponderían a financiación pública mediante distintos programas de ayudas.
Si todos estos proyectos se pusieran en marcha concentrarían una capacidad de electrólisis (el proceso que se utiliza para producir el hidrógeno) de 23.000 megavatios (MW), más del doble del objetivo marcado por el Gobierno en su plan verde para toda esta década. El nuevo Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) aprobado por el Ejecutivo contempla una meta de 12.000 MW de capacidad de electrólisis en 2030.
Muchos de los proyectos están aún en ciernes, en fases muy iniciales de todo el proceso (concepto, diseño, estudio de viabilidad…) y a la espera de una decisión definitiva para empezar a ejecutar las inversiones. El calendario que manejan las compañías energéticas para ir teniendo ya operativas esas plantas de producción anticipa que en 2030 ya se superaría el objetivo de 12.000 MW de potencia/electrolisis instalada. Y es que las compañías pretenden llegar a 2030 con un total de 113 plantas en marcha con una potencia conjunta de 13.600 MW, según los registros del censo de proyectos de AeH2.
Rebelión empresarial
Sin embargo, en las últimas semanas las grandes energéticas han amenazado con paralizar inversiones en España, especialmente algunos proyectos milmillonarios vinculados al hidrógeno verdo, si el Gobierno les mantiene el impuesto especial sobre sus ventas. El Ejecutivo de coalición salvó in extremis en el Congreso la aprobación del paquete fiscal exigido por la Unión Europa, tras pactar a varias bandas con los socios parlamentarios (con ERC, Bildu, BNG y Podemos) una prolongación del gravamen a los gigantes del sector energético durante otro año más. Los detalles de cómo se ejecutará a partir de ahora el impuesto (se introducirán cambios para sumar el apoyo de Junts y PNV) se concretarán en un real decreto que debe aprobarse antes de fin de año.
Las grandes energéticas han sumado fuerzas en una ofensiva común histórica contra la prórroga del impuesto extraordinario sobre sus ventas y advirtieron al Ejecutivo de que estaban en riesgo inversiones verdes de hasta 30.000 millones en los próximos años si el gravamen se mantiene y se eleva la carga impositiva al sector. Todos los gigantes energéticos se unieron en una revuelta conjunta inédita a través de un comunicado común del Club Español de la Energía (Enerclub), un lobby al que están adscritas las grandes eléctricas (Iberdrola, Endesa y EDP), las gasistas, (como Naturgy) y las petroleras (Repsol, Moeve, BP o Totalenergies). Todas ellas tienen previstas inversiones millonarias para impulsar proyectos de hidrógeno verde en el mercado español.
Los (otros) problemas que amenazan el ‘boom’
Además de la amenaza de parar inversiones a cuenta del choque por el impuesto a las energéticas, los propios promotores de los proyectos que buscan impulsar el ‘boom’ del hidrógeno identifican otros problemas que pueden acabar frenándolo. La principal barrera de la que alertan las compañías es que no está garantizado que vaya a haber una demanda real para todo ese hidrógeno, hoy no existe y actualmente los posibles compradores necesitan que los precios del hidrógeno sean mucho más bajos que los que permiten los costes actuales de producción (sólo así el hidrógeno verde será una alterantiva viable al gas natural o al hidrógeno que ahora se produce con electricidad procedente de enrgías sí contaminantes). Demasiadas incertidumbres sobre cuánto costará y sobre quién querrá realmente comprarlo.
En paralelo, los grupos energéticos también se quejan de las dificultades para acceder a financiación pública (por la insuficiencia del importe de las ayudas, la incompatibilidad para combinar varios tipos de ayudas o la complejidad burocrática para conseguirlas), de los problemas para acceder a toda la electricidad necesaria para producir hidrógeno (ya sea por la falta de conexión a la red y la tardanza para conseguirla o por los precios de la electricidad) y del aún insuficiente desarrollo normativo para impulsar el nuevo sector (especialmente la no transposición aún de la directiva europea de energía renofables, RED III). Otros de los problemas detectados, sólo por algunos de los promotores, son eventuales dificultades para acceder al agua necesaria para producir el hidrógeno o al suelo en el que plantar las nuevas instalaciones.
Más de 1.600 M en ayudas
El objetivo de España pasa por armar un ecosistema energético e industrial para abrazarse a la revolución del hidrógeno verde como parte de la transición energética del país y para ello se está aprovechando el maná de los fondos europeos para impulsar ese tejido de investigación, desarrollo, producción y casos de uso.
El Gobierno ha puesto en marcha siete programas de ayudas para proyectos ligados al hidrógeno verde con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y otros tres más para los proyectos importantes de interés común europeo (IPCEI) aprobados por la Comisión Europea. En total, a través de ambas áreas el Ejecutivo ha aprobado el reparto de ayudas por un total de más de 1.375 millones de euros para 112 proyectos, aunque han optado a ellas más de 300.
El Gobierno lanzó hace dos años el proyecto estratégico de recuperación y transformación económica (PERTE) vinculado a las energías renovables y el hidrógeno verde dotado inicialmente con 6.900 millones de euros de fondos europeos y luego ampliado hasta los 7.900 millones, y que busca movilizar otros 16.000 millones de inversión privada. Como parte del plan, se destinarán 1.555 millones de fondos públicos al hidrógeno renovable para movilizar otros 2.800 millones de capital privado, para que España tenga un papel relevante en la revolución del hidrógeno verde.
En paralelo, en la primera convocatoria de la Comisión Europea de subastas del Banco Europeo del Hidrógeno dos proyectos españoles recibieron 254 millones de euros y, para la segunda convocatoria, España ha comprometido entre 280 y 400 millones de euros más. Y hay al menos otros siete proyectos españoles de hidrógeno que recibirán más de 330 millones de euros en otras ayudas del Fondo de Innovación, al margen del Banco del Hidrógeno.
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