Consumo

Vicky Foods: el imperio español del pan y la bollería industrial cruza los Pirineos

El consejero delegado Rafael Juan prepara la sucesión familiar de la compañía mientras planifica la expansión en Europa desde su fábrica de Francia  

Rafael Juan (arriba a la izquierda), consejero delegado de Vicky Foods, junto sus tres hijos Carlos Juan, Javier Juan y Pablo Juan.

Rafael Juan (arriba a la izquierda), consejero delegado de Vicky Foods, junto sus tres hijos Carlos Juan, Javier Juan y Pablo Juan. / José Luis Roca

José Luis Zaragozá

La familia Juan, dueña de Vicky Foods (la antigua Dulcesol), respira tranquila estos días desde su cuartel general en Gandia (Valencia). La devastadora DANA, tan solo en el ámbito agroalimentario, ha afectado -en algunos casos con siniestro total- a unas 200 empresas del territorio ubicado en la zona cero del temporal, explica Rafael Juan, consejero delegado de Vicky Foods, a la sazón también presidente de la Federación Agroalimentaria de la Comunidad Valenciana (Fedacova).

Sin embargo, su compañía, salvo una delegación logística en el municipio de Paiporta que se ha llenado de agua y barro, ha salido prácticamente indemne. "A finales de los años 80, Vicky Foods sí sufrió los efectos de otra riada que paralizó la actividad de una planta durante toda una semana", recuerda el CEO compungido desde la sede de la firma al hacer balance de la catástrofe social y económica de la DANA en la provincia de Valencia. "Habría que hacer más cosas para evitar catástrofes y los políticos tendrían que actuar con más coordinación", apunta.

Desde aquellos años 80, este imperio familiar de la alimentación ha reforzado los sistemas de evacuación y canalización de agua de las factorías del grupo. "Lo más importante es la prevención y prestar ayudas a las personas necesitadas [Vicky Foods lo hace con donaciones de alimentos a instituciones públicas y oenegés] así como a las empresas y autónomos para que puedan reanudarlos negocios", destaca el empresario al hacer balance de la riada en poblaciones del sur de la capital del Turia. 

Tradición desde el abuelo

De dar de comer a la gente sabe mucho. Uno de los mayores empresarios del pan y de la bollería industrial en España, Rafael Juan Fernández (Villalonga, 1959), lleva casi dos décadas al mando de Vicky Foods. Su abuelo era panadero, una tradición que continuaron sus padres y cuyo negocio dio origen a Dulcesol, la firma a la que se incorporó al finalizar sus estudios universitarios y cuyo mando ejercía su madre: Victoria Fernández, de ahí el nuevo nombre de Vicky Foods.

Corría el año 1952 cuando Antonio Juan, padre del CEO de Vicky Foods, comenzó a escribir la historia de esta compañía mercantil que arrancó su aventura empresarial con un modesto obrador en Villalonga. Todo cambió cuando se atrevió a innovar y diversificar su producción en la década de 1960 con la llegada de su madre, Victoria Fernández.

La revolución llegó en los años 70 con las llamadas glorias, las primeras magdalenas cuadradas fabricadas por la industria en España, unos bollos que dispararon el negocio de la compañía hasta convertirla en una de las líderes de productos de bollería.

Disminuir en un 5% la cantidad de azúcar en sus productos ha reducido su factura en 2.000 toneladas anuales

Desde muy joven, el actual timonel de Vicky Foods, graduado en Ciencias Químicas, conoce de cerca las claves de la nutrición y los alimentos. Al contemplar el físico de los miembros de esta familia -además, todos deportistas-, pocos acertarían que son fabricantes de productos de pan y bollería. Muy activo en redes sociales, el máximo responsable de la compañía sostiene que los CEO deben dedicarle tiempo a estos canales de comunicación. Forma parte del programa Linkedin Influencers. Y dice que su ocio, más allá del deporte, también lo dedica "a la tecnología, las redes sociales y la innovación".

Poner las luces largas

Este gran panadero recorre en bicicleta las montañas de la Safor, comarca de las primeras dos fábricas de Dulcesol. Le apasiona el ciclismo. Como deportista de fondo también ha planificado el futuro de una corporación que, más allá de Ebro Foods, multinacional líder en España en el sector alimentario, Vicky Foods, junto con Bimbo (a la que ya supera en facturación), lidera el negocio del pan y la bollería ready to eat en España. Sobre todo prepara la sucesión familiar en manos de la tercera generación de esta saga valenciana y el gran salto adelante en el ámbito internacional.

Primero fue en el norte de África, donde su planta de productos terminados de Argelia (abierta hace ahora 20 años, en 2014) emplea a 249 trabajadores y tiene tres líneas de fabricación produce 9.141 toneladas de magdalenas, brioches y bizcochos. Esta industria está situada en Sig, una localidad cercana a Orán. Desde allí suministra al mercado local y a otras zonas del Magreb. Allí tiene también líneas de producción para magdalenas y pastelitos, y alcanza una capacidad de producción de 9.141 toneladas.

Aunque la DANA de 2024 apenas le ha afectado, la firma ya sufrió una importante riada en los años 80

Los productos que elabora en el norte de África tienen una demanda muy estable, un factor que, sumado a las dificultades que supone la exportación a ese país, debido a las tensiones geopolíticas existentes entre Marruecos y Argelia, ha llevado a Vicky Foods a producirlos localmente allí. Esta instalación es una de las principales inversiones industriales alimentarias de España en este país norteafricano.

"Es tiempo de mirar hacia adelante y de planificar muy bien la expansión en el exterior, sobre todo en Europa", afirma Rafael Juan. Por eso, en breve inaugurará la actividad de su factoría en Grand Chalon, región de Borgoña-Franco Condado (Francia). Con el paso del tiempo y tras la ampliación planificada, podría ser una de las más grandes del grupo valenciano. 

Casi dos años después del inicio de las obras, Vicky Foods ha incrementado el desembolso previsto en la factoría de Francia hasta los 100 millones de euros, algo más del doble del presupuesto fijado inicialmente. Calculan que esta primera planta industrial de la compañía en Francia entre en funcionamiento durante el primer trimestre de 2025. El nuevo centro estará destinado a la elaboración de productos de panadería, pastelería y bollería.

El nuevo centro de producción -cuyo objetivo es proveer al mercado francés y a otros colindantes como los de Alemania, Suiza, el Benelux, el norte de Italia y el Reino Unido- dispondrá de una superficie total de 22.900 metros cuadrados (con un total de 75.000 metros cuadrados construibles), estará equipado con la tecnología más avanzada y el 30% de la superficie construida contará con placas fotovoltaicas para autoconsumo. Dispondrá de un taller de producción de 14.300 metros cuadrados, dos almacenes para materias primas y productos terminados, y un espacio para oficinas.

La bolsa, para otros

Sin planes para salir a bolsa o dar entrada a socios externos en su capital social, el responsable de Vicky Foods se siente cómodo financiando con recursos propios sus planes de expansión. Ahí se incluye su citada planta de Francia. Dicen sus propietarios que "ofertas de compra de algunos fondos de inversión no han faltado", apunta Rafael Juan. El grupo está conformado hoy por algo más de 50 sociedades y filiales entre España y el extranjero. 

Vicky Foods cerró el ejercicio 2023 con una facturación global de 629 millones de euros, un incremento del 17,5% respecto a al año 2022. La compañía aumentó igualmente su volumen de producción en un 5,4%, con más de 214.000 toneladas de productos que han llegado a 80.000 puntos de venta solo en España. Estos resultados positivos, "a pesar del complejo contexto social, afianzan la estela de crecimiento de la compañía, que mantiene su filosofía de empresa familiar mientras impulsa su estrategia de diversificación, internacionalización, innovación y sostenibilidad para llegar a un creciente número de consumidores en todo el mundo", destaca Rafael Juan.

La empresa de Gandía supera a Bimbo en España y prevé alcanzar los 700 millones de euros de negocio este año

Además, la firma valenciana impulsa una estrategia centrada en la diversificación, internacionalización, innovación y la sostenibilidad. El grupo ha destinado 49 millones en inversiones orientadas a innovación y diversificación de negocio, como la nueva línea de producción de tortillas de harina de trigo. En el último lustro ha invertido un total de 164 millones con recursos propios.

Casi el 40% de la plantilla, formada por 2.870 trabajadores, son mujeres. Ya exporta el 25% de su producción a 60 países. El mercado exterior representa una cifra de negocio superior a los 136 millones, lo que supone una subida de la facturación internacional del 17%. Cara al cierre de 2024 estos porcentajes se podrán mantener. Crecerá en ventas. "Se superarán con creces porque prevemos una cifra de 700 millones de euros de facturación a corto plazo", destaca Rafael Juan.

Tiene incluso granjas de gallinas. Hace cuarenta años, la visionaria madre del CEO de Vicky Foods buscaba la máxima calidad de sus productos y quería que sus materias primas fueran excelentes. El huevo es una materia prima sensible y difícil de analizar, por ello decidió abrir su propia producción. Actualmente cuenta con una granja de más de 500.000 gallinas, con naves ponedoras sin jaulas. Lo exige la legislación europea.

Tres áreas en innovación

En su ADN también está la innovación. Este departamento de Vicky Foods se encuentra ubicado en Villalonga. El Centro de Investigación Nutricional y Salud (CINS) se enfoca en tres áreas estratégicas: mejora continua del perfil nutricional de los productos, fomento de la investigación científica para la mejora nutricional y promoción de hábitos saludables entre consumidores y trabajadores. Por otro lado, el Centro para la Innovación Tecnológica (CIT) trabaja en el desarrollo de tecnología propia y personalizada, adaptada a las necesidades de la empresa y aplicada a líneas de producción con el objetivo de optimizar los procesos y lograr una diferenciación en el mercado.

Desde hace una década Vicky Foods apuesta de lleno por productos más saludables, lanzando referencias en otras categorías diferentes a la panadería y la bollería -ha entrado en cremas de verduras y en alimentación infantil, entre otros- aunque también reformulando sus recetas para rebajar las cantidades de azúcares, sales y grasas.

¿Suprimir el azúcar?

"¡El azúcar hace falta. No es un tema tabú!", destaca el CEO de Vicky Foods en estos tiempos de tantos sucedáneos. Con todo, a los largo de 2024 ha suprimido este ingrediente de todos los panes que elabora. "La reducción de azúcar es para nosotros un asunto clave. También lo hicimos con la bollería cuando nos adherimos al convenio de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición", añade Rafael Juan. Desde entonces recorta más del 5% la cantidad de azúcar, grasas saturadas y sal que utiliza en la elaboración de productos. Con esa decisión, la empresa usa algo de menos de 2.000 toneladas al año de azúcar en sus productos, aunque este materia tiene un "componente estructural" en determinadas referencias.

¿Se pueden fabricar magdalenas o merengues sin azúcar? "Sí, claro!", responde. Aunque saben a otra cosa. "Estructuralmente son diferentes las magdalenas o los merengues que contienen azúcar de los que no. La sustitución del azúcar no supone una mejora demasiado sensible para el producto pero la pérdida organoléptica; es decir de sabor, hace que el producto pueda no ser atractivo para otros. Y si el producto no es atractivo para el consumidor, a ver qué pasa en el mercado", concluye.

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