EL SECTOR DE LA AUTOMOCIÓN

Luz verde: Stellantis y CATL invertirán 4.100 millones en una gigafactoría de baterías "a gran escala" en Figueruelas

Aragón contará al fin con una planta de producción de baterías a escala internacional. El objetivo es iniciar la producción en el año 2026 tras obtener el visto bueno del Gobierno chino y alcanzar una capacidad productiva de 50 GWh

Stellantis y la china CATL construirán la mayor fábrica de baterías de España

Atlas News

Marcos Calvo Lamana / Jorge Heras Pastor

Luz verde. Aragón tendrá por fin, tras dos intentos infructuosos, una gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos llamada a anclar el futuro del sector del automóvil de la comunidad. Stellantis y la compañía china CATL construirán un complejo "a gran escala" en Figueruelas en el que invertirán 4.100 millones de euros, una apuesta superior a los 3.000 millones previstos. Los pequeños pasos caminados durante los últimos dos años tenían un horizonte. Y este se alcanzó este martes con el anuncio oficial de las dos compañías después de conseguir el visto bueno de Pekín para acometer la inversión, el último fleco por cerrar en un proyecto que se daba por atado y bien atado desde hace meses pero que ha costado amarrar más de la cuenta por la guerra comercial que libran Bruselas y el gigante asiático o la incertidumbre en la que está sumida el mundo del automóvil, dimisión del jefe de Stellantis, Carlos Tavares, mediante.

La plana mayor de Stellantis y CATL, con sus presidentes John Elkann (heredero de la familia Agnelli) y Robin Zeng a la cabeza, han sellado este martes en Figueruelas el acuerdo para lanzar el macroproyecto a través de una 'joint venture' participada al 50% cada una de las compañías. La planta, que generará unos 3.000 empleos (aunque no se ha concretado en la nota oficial), prevé alcanzar una capacidad productiva de 50 GWh (rondaría las 500.000 celdas ensambladas al año, superior a la primera fase de Volskwagen en Sagunto, que en futuro podría escalar hasta los 60 GWh, y a los 30 GWh de Envision en Navalmoral de la Mata). El desarrollo se implantará por fases con el objetivo de comenzar la producción a finales de 2026. Las baterías de litio fosfato de hierro (LFP) que allí se ensamblarán servirán para alimentar a turismos, 'crossovers' y SUV eléctricos en los segmentos B y C con gamas intermedias de la multinacional del automóvil.

"Cambio histórico" para la economía de Aragón

Para cumplir con esa celeridad que esperan los inversores, el Gobierno de Aragón espera poder presentar la declaración de interés general "en los próximos días", lo que será el paso previo a la formulación de un Plan de Interés General de Aragón (PIGA), la figura administrativa que permite acortar los trámites burocráticos a la mitad, según ha explicado el presidente del Ejecutivo autonómico, Jorge Azcón. El dirigente popular calificó la inversión de "un antes y un después" y un "cambio histórico" para la economía de Aragón y agradeció "a todas las Administraciones" el impulso a este proyecto absolutamente estratégico para la comunidad autónoma.

El proyecto no tendrá problema alguno para ubicarse en alrededor de 50 hectáreas anexas a la factoría donde la General Motors localizó su producción en la Ribera Alta del Ebro hace ya 42 años. Fue entonces cuando le compró una inmensa cartera de suelos (unas 320 hectáreas) a Ibercaja, que había adquirido previamente los suelos a más de un centenar de propietarios. Tampoco debería tener problema para lograr la ampliación del acceso a la luz que ha solicitado al operador Red Eléctrica en el enchufe de la subestación Entrerríos, donde ha pedido incrementar la capacidad en 300 megavatios. Sea como fuere, buena parte de esa energía se generará con energías renovables, muy posiblemente de la mayor instalación de autoconsumo industrial de España qur promueven en el entorno de Zaragoza las empresas Forestalia y CGE, esta última filial de CATL.

En el desembarco de la iniciativa ha jugado un papel preponderante el Ministerio de Industria y Turismo, que colmó las expectativas de Stellantis en forma de ayudas públicas a través de los Pertes del Vehículo Eléctrico y Conectado en la segunda y la tercera tanda de este programa de incentivos para electrificar el sector del automóvil. El Gobierno concedió finalmente 189,6 millones de euros a la multinacional para desarrollar la gigafactoría. El presidente Pedro Sánchez se ha mostrado "muy satisfecho" y ha agradecido a los inversores "su compromiso con España y su apuesta decidida por nuestro país para impulsar un futuro descarbonizado" en el país.

Un sector del automóvil potente en Aragón

La gigafactoría de baterías es el ansiado anuncio que esperaba el potente sector del automóvil aragonés, pues aglutina el 6% del PIB autonómico y en torno a 30.000 empleos, dado que consolida la actividad en torno a la fábrica que ahora opera la multinacional Stellantis, heredera de Opel-PSA y que aglutina marcas como Peugeot, Chrysler, Fiat, Alfa Romeo, Citroën, Jeep, Maserati o la propia enseña del rayo. La multinacional y CATL esperan cerrar la operación a lo largo de 2025, según reflejan las dos compañías en un comunicado conjunto, para dar continuidad al memorando de entendimiento no vinculante que firmaron hace justo un año para el suministro local de células y módulos de baterías LFP (litio fosfato de hierro) destinados a vehículos eléctricos en Europa.

El anuncio oficial es la guinda a un pastel cocinado a fuego lento en el que ha reinado la cautela por dos razones: la cultura empresarial china, que ordena discreción en los movimientos, y los dos noqueos que sufrió Aragón en sus intentonas por traerse una fábrica de baterías. No queda lejos la opción que manejó el grupo Volkswagen de instalarse en Zuera, que terminó afincándose en Sagunto, ni tampoco la del grupo indio Tata Motors, que jugó con las esperanzas de Villanueva de Gállego para terminar marchándose a Somerset, en el sur de Inglaterra.

El caso de Stellantis no fue más sencillo. La multinacional había dado prioridad a las tres plantas de este tipo que ya ha adjudicado en Europa (Francia, Alemania e Italia), hasta que en abril de 2023, casi por sorpresa, el CEO de Stellantis, Carlos Tavares soltó una noticia bomba: Portugal o España acogerían la cuarta gigafactoría de la compañía en el Viejo Continente. Se inició entonces la pugna con el Ministerio de Industria por hacerse con cerca de 200 millones de euros para el proyecto 'Antares' a través de los Pertes del Vehículo Eléctrico y Conectado, recibiendo las inyecciones públicas por fascículos hasta que el Gobierno central concedió un sumatorio de 189,6 millones de euros, que se elevan a 357 millones al sumar las ayudas para electrificar las plantas del grupo en Zaragoza, Vigo y Madrid. El consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, le trasladó a Pedro Sánchez que consideraba el apoyo gubarnamental "satisfactorio" para sus proyectos en España, y todo parecía resuelto, pero en un nuevo golpe de timón, el directivo luso dimitió por desavenencias con el consejo de administración.

Jorge Azcón trasladaba tranquilidad. "En los próximos días", decía el presidente aragonés, anticipando que quedaba poco para el anuncio. Tan solo un empujón, ese que el Gobierno de Xi Jinping tenía que darle a la inversión a través de su autorización. Fue este lunes cuando los directivos de CATL viajaron a Madrid y se reunieron en Moncloa con Pedro Sánchez y el ministro de Industria, Jordi Hereu. El comunicado oficial se quedó en algunas vaguedades sobre descarbonización y compromisos ambientales, pero el fondo importaba más que la forma. Los directivos chinos, junto a la plana mayor de Stellantis, viajaban a Zaragoza a primera hora de este martes para sellar el acuerdo en la Ribera Alta del Ebro, justo en ese lugar en el que la General Motors decidió abrir una fábrica de coches en 1982 que cambió para siempre el destino de Aragón.

“Stellantis está comprometida con un futuro descarbonizado, abarcando todas las tecnologías de baterías avanzadas disponibles para llevar productos competitivos de vehículos eléctricos a nuestros clientes”, ha declarado John Elkann, presidente de Stellantis y consejero delegado en funciones. “Esta importante joint venture con nuestro partner CATL llevará la producción innovadora de baterías a un centro de producción que ya es líder en energía limpia y renovable, contribuyendo a impulsar un enfoque sostenible de 360 grados. Quiero agradecer a todos los stakeholders que han participado en hacer realidad el anuncio de hoy, incluidas las autoridades españolas por su apoyo continuo".

“La joint venture ha llevado nuestra cooperación con Stellantis a nuevas cotas, y creo que nuestra tecnología puntera de baterías y nuestros excelentes conocimientos operativos, combinados con las décadas de experiencia de Stellantis en la gestión local de negocios en Zaragoza garantizará un gran éxito en el sector”, ha declarado Robin Zeng, Chairman y CEO de CATL. “El objetivo de CATL es hacer accesible la tecnología de carbono cero en todo el mundo, y esperamos cooperar con nuestros socios a nivel mundial a través de modelos de cooperación más innovadores", ha apuntado el directivo chino.

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