La venta de cava se desploma por la falta de producto a raíz de la sequía

El presidente de la Denominación de Origen (DO) Cava, Javier Pagés, empieza por el final. Por lo que explica que este año, a las puertas de la Navidad, este conjunto de empresas dedicadas a la elaboración de vino espumoso esté ante uno de los peores balances de ventas que recuerda. "Este es un sector al que el entorno coyuntural le afecta enormemente, y lo que ha ido sucediendo a lo largo de los últimos años es una importante sequía, que ha tenido una gran afectación en los resultados", introduce el mismo.

El lamento no es baladí. Por el comportamiento que estaba teniendo el sector en los últimos años, era previsible que el primer balance de ventas de cava del año reflejaría un estancamiento. Era algo con lo que ya contaba una industria que lleva tiempo trabajando en mejorar la calidad de su producto para poder subir el precio de venta y crecer en facturación, más que en volumen de botellas vendidas. Pero esta radiografía es bastante peor de lo esperado y todos los dedos apuntan hacia la sequía.

La DO Cava ha vendido 149 millones de botellas hasta principios de octubre, y este volumen es un 12,8% menor al que se veía en el mismo momento del año anterior. De hecho, es la primera caída en tres años. Este descenso se da tanto dentro de España –donde se ha vendido en torno a un 3,5% menos de producto–, como en el exterior, aunque fuera es mucho más acusado: la caída roza el 16%.

La gran 'culpable' es Alemania. El que hasta ahora era el mercado más importante en ventas al exterior, ha comprado 9,9 millones de botellas, un 55% menos. Este retroceso tiene mucho que ver con que una sola bodega [presumiblemente, Freixenet] ha recortado mucho sus ventas en este mercado "porque no tenía suficiente inventario para afrontar la venta". Esto ha convertido a este país en el cuarto más importante en ventas, cediendo la primera posición a Bélgica (aunque también haya importado un 3,6% menos), y la tercera, a Estados Unidos, que también escala pese a haber comprado algo menos de cava. De hecho, solo Suecia, Japón y los Países Bajos han incrementado el volumen de producto comprado en relación con el año pasado.

El problema, dicho por el presidente de la DO Cava, no es de interés por el producto ("La aceptación sube", ha defendido), es de capacidad de producción. En este entorno –ha explicado Pagés– era habitual terminar las vendimias con unos 300 millones de kilos de uva. En el 2022, fueron 266 millones de kilos. Y en 2024, 219 millones. "La bajada ha sido enorme, de entorno al 30%", resume este empresario vitivinícola. "Los inventarios se han ido mermando y las bodegas tienen que ir gestionando este inventario", se ha explicado, quien también ha dejado claro que no hay temor al desabastecimiento.

Subida de precios

De hecho, incluso ante este panorama, Pagés se ha mostrado tranquilo y hasta optimista. "Por un lado, tenemos una bajada de ventas, pero, por el otro, hay una subida en valor", afirma este representante de la DO Cava. Se refiere a que los precios del cava han subido un 10% este año, lo que significa que pese a vender menos, las empresas han podido mantener el volumen de ingresos. "No es subir precios por subir precios, si no tienes producto suficiente dejas de vender a los clientes que te pagan menos, y esto va haciendo un ajuste en el mercado", ha explicado.

En cualquier caso, de ahí la lectura optimista de Pagés: "El cava tiene como objetivo subir de valor, por lo tanto me lo cojo por la parte positiva: creo que el cava está haciendo esa subida de valor", ha sostenido. Esta visión positiva se basa también en que está lloviendo de nuevo, con lo que el año que viene tendría que ser, como mínimo, algo mejor. Y en que en Navidad "se venderá bien". "Veo al consumidor con ganas de celebrar", ha rematado.