UNA PÉRDIDA TREMENDA

El día en que Isak Andic pidió mil millones al Sabadell: "Y dicen que tienen que pedirlos"

Empezar de cero, empezar con nada, ser una hormiguita, tener visión de la jugada, atreverse, rodearse de buena gente y saber más y mejor que nadie el terreno que pisaba. Isak Andic era tan apreciado, que su muerte ha dejado atónito a todo el mundo. No será fácil sustituirlo, ni siquiera en la poderosa Mango

El presidente y fundador de Mango, Isak Andic

El presidente y fundador de Mango, Isak Andic / LUISMA MURIAS

Emilio Pérez de Rozas

Mi hermana mayor, RosarioAyo para todos nosotros, se ha pasado décadas y más décadas trabajando en tiendas de ropa. Bueno, de todo. Se diría y no exagero, aunque sea mi hermana, que fue designada ‘vendedora del mes’ allí donde estuvo. Era (es) una máquina de vender. Antes vendía ropa y ahora regala cariño.

Ayo está, como muchísima gente en Barcelona, tal vez en el mundo, absolutamente destrozada. Isak Andic fue su primer patrón. Y éste sí que fue un buen patrón, tal vez el mejor que Ayo tuvo a lo largo de las últimas cinco décadas.

“Era un ser enternecedor, cariñoso, generoso, atento, estupendo, casi divino”, comenta Ayo, que ya hablaba así de Isak en sus inicios. El nombre de Isak (más que su apellido) ha sonado mucho en casa durante toda la vida, no porque fuese amigo (ni conocido) de la familia, sino porque Ayo hablaba siempre de él poniéndolo de ejemplo de muchas cosas y comparándolo con otros patrones, no tan buenos y más “difíciles”, que ha tenido.

Todos los que conocieron a Isak Andic hablan maravillas de él, como persona y como patrón. Por ejemplo, mi hermana Rosario, que trabajó para él o mi amigo del alma, Juanjo Leal, que fue su amigo del alma en los negocios y en la vida.

“Isak era así ya en los inicios de los 70, pues él salió de Turquía, en 1968, con toda su familia por miedo a la dictadura militar”, recuerda Ayo. “Y, nada más llegar a Barcelona, se puso a trabajar duro, muy duro, durísimo, que es la única manera de salir adelante y, sobre todo, de crear el imperio que creó durante años, sin dejar de trabajar nunca”.

Ayo conoció a Isak en sus primeros tiempos, en aquella tiendita, en aquel local de cinco metros por cinco metros “no tendría más”, del mercadillo de Balmes, donde vendían camisas búlgaras y zuecos que traía de Suecia. “Pero si quieres saber más de Isak, habla con Juanjo (Leal), él fue uno de sus mejores amigos”.

Juan Leal es, en efecto, otro Pérez de Rozas más, créanme. No es familia nuestra, pero como si lo fuese. Leal es el otro hermano de Ayo, se lo digo yo. Y Leal fue uno de los dos o tres que acompañó a Isak Andic en sus primeros pasos, en sus primeros años, en sus primeros negocios. Por eso, Isak estuvo, también, en todos los movimientos, negocios y fiestas de Leal, que también tuvo tiendas de ropa por toda Barcelona durante años y años.

El Rey Felipe VI; el presidente y fundador de Mango, Isak Andic, y el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, durante el acto de entrega del VIII Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial

El Rey Felipe VI; el presidente y fundador de Mango, Isak Andic, y el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, durante el acto de entrega del VIII Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial / EP

“Lo normal ¿verdad?”, me cuenta Juanjo, “es que siempre se hable bien del muerto. Yo no suelo ser de esos. Hablar bien de Isak es demasiado fácil y, sobre todo, demasiado real. Isak no solo se hizo a sí mismo, sino que ayudó a muchísima gente a salir adelante y a levantar sus negocios, a poner en práctica sus ideas. Isak no solo era bueno para lo suyo, para poner en marcha todo lo que se le ocurría, también ayudaba a todo el que le pedía consejo. Yo soy la prueba y le estaré eternamente agradecido. Él decía que yo le había ayudado más a él, que él a mí. Y ya te digo yo que eso no es cierto”.

Aquellos inicios locos

Leal recuerda como “divertidísimos y locos” aquellos inicios de 1972, cuando conoció a Isak. “Éramos unos chalados de esto, nos creíamos unos iluminados, pero nos salió bien. Teníamos un 127 cada uno, quiero decir un Seat 127. Y unas veces con su 127 y otras con el mío, hacíamos viajes interminables ¡hasta Nápoles!, lo juro, ¡hasta Nápoles!, para comprar ropa italiana que, luego, vendíamos en Barcelona”. ¿Se le puede ocurrir a alguien ir hasta Nápoles (1.561 kilómetros, 15 horas de coche) a comprar ropa? A Isak y a Juanjo, ya ven.

“No teníamos noches ni días, nos pasábamos el día trabajando. Es mentira eso que dicen de que Isak tenía dinero o su familia. Mentira. Neus, su primera esposa, le ayudó mucho, sí, pero Isak se lo ganó todo, todo, a pulso. Todo”, cuenta Leal. “¿Tuvo suerte?, no, la que se merecía, no más”.

Isak Andic y su amigo Juanjo Leal, a principios de los 70, cogían su Seat 127 y se metían, entre pecho y espalda, 1.561 kilómetros de ida y 1.561 kilómetros de vuelta, para comprar ropa italiana, en Nápoles, que, luego, vendían en Barcelona. Así empezó todo

La tuvo, la suerte, al encontrar la tienda de paseo de Gracia. “Un día paseábamos por el paseo de Gracia porque estaba obsesionado en encontrar un local. Vimos uno en la esquina con la calle Mallorca, pero no acabó de gustarle. Seguimos bajando hacia plaza Catalunya y, de pronto, se cruzó con un amigo, judío como él, que le saludó y le preguntó qué hacía por allí. Le dijo que buscaba un local para poner una tienda. ‘Pues ya lo tienes, el mío’. Había sido una peletería y acabó siendo el gran Mango”.

Nadie sabe que el nombre de Mango se le ocurrió a Andic en un viaje a Filipinas. Sí, claro, todo el mundo sabe que la fruta por excelencia de Filipinas es el mango. Bueno, todo tipo de mangos y a Isak se le ocurrió, entonces, el nombre de su compañía. Nombre que surgió, según recuerda Juanjo, después de que empezase a vender los tejanos Stock, que fabricaban unos amigos de Leal de Platja d’Aro, que era donde veraneaba Juanjo y allí se llevó a Isak.

El nombre de Mango, ya mítico en el mundo de la moda, se le ocurrió a Isak Andic en un viaje que hizo a Felipinas. Sería porque le encantaron los mangos o porque su nombre tenía una bonita sonoridad. Pero, sí, fue en un viaje a Filipinas

La tienda pegadita al Liceo se la proporcionó esta gente, que la tenían apalabrada para ellos pero que, al final, se la cedieron a Andic. Luego creó ‘Palmera’ en Portal de l’Ángel (ahora Mango, claro). A continuación se puso a fabricar su propia ropa, en Sabadell, bajo el nombre de ‘Voltaje’. Y empezó a hacerse aún más grande vendiendo al por mayor.

“Isak era una máquina de pensar y hacer, de ayudar, de generar ideas”, sigue contando Leal, que está realmente destrozado mientras recuerda los grandes momentos que compartió con su amigo, eran (casi) hermanos. “Yo creo que él fue quien inventó eso de que ‘no dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy’. No es que todo lo quisiera para ayer, pero era tremendamente persistente y estaba convencido de que aquello que ideaba, debía funcionar ¡ya!”.

El presidente y fundador de Mango, Isak Andic

El presidente y fundador de Mango, Isak Andic / EP

“Tan convencido estaba de que todo debía ser ¡ya!”, recuerda Juanjo, “que un día me pidió que le acompañase al Banc de Sabadell. Y fui con él, claro, yo iba con él donde me pidiese. Fue, no puedo decir ‘fuimos’, a pedir prestados 1.000 millones de pesetas. El director del banco le dijo que no tenía en caja mil millones y que los tenía que pedir. Isak no entendió nada, nada. Y, claro, entre el director y yo le tuvimos que explicar que ningún banco, ni antes ni ahora ¿verdad?, tiene mil millones en caja. Salimos del banco, pero Isak seguía sin entenderlo”.

Ese precioso velero

Isak Andic nunca fue ostentoso o eso cuentan muchos amigos y eso que era una de las grandes fortunas de España. No todo el mundo sabe que poseía el velero más grande (53 metros) de España, un tres palos impresionante, que compró, en 2008, por 30 millones de euros. Se llama ‘Nirvana Formentera’.

Con ese precioso barco se fue a dar la vuelta al mundo, hace algo más de 10 años y, justo cuando estaba a mitad de travesía de su año sabático, fue requerido urgentemente para volver a Barcelona porque su compañía estaba pasando por malos momentos. Fue, entonces, a su regreso cuando contrató a Toni Ruiz, el CEO de Mango, considerado uno de los mejores consejeros delegados del mundo. Que sepan que importantísimos barcelonistas llevan años tratando de convencer a Toni Ruiz para que sea el próximo presidente del FC Barcelona. No creo que lo logren.

Hace poco más de diez años, Isak Andic empezó a dar la vuelta al mundo en su impresionante velero de tres palos 'Nirvana Formentera', una auténtica joya del mar, pero tuvo que interrumpir su singladura, su 'año sabático', porque Mango le necesitaba con urgencia para remontar el vuelo

Isak Andic, que, aunque siguiera algunos de los pasos marcados por Zara (Inditex), hasta tiene un Mango Home, jamás quiso ser Amancio Ortega, ha extendido su imperio por medio mundo y su próximo asalto es Estados Unidos, donde esperan inaugurar 25 tiendas en distintas ciudades. La de Nueva York, por supuesto, es una de las más impresionantes de la gran manzana.

La repentina muerte de Isak Andic ha dejado paralizada, impactados, a muchísima gente. Por ejemplo, a David y José Manuel Muñoz, los Estopa, que fueron los invitados sorpresa de la gran fiesta navideña que Andic, de 71 años, organizó para más de 3.000 empleados, el pasado jueves, en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

Poco más de 24 horas después de esa impresionante fiesta, Andic se caía por un barranco, junto a unas cuevas del macizo de Montserrat y perdía la vida, dejando, insisto, absolutamente desolados a todos los que habían compartido con él buena parte de su vida, de su aventura o, simplemente, quince minutos. “En efecto, porque tenías suficiente con quince minutos para apreciarlo, para darte cuenta de que estabas frente a un buen hombre, de un tipo genial”, termina contando su amigo del alma Juanjo Leal.

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