Negocio

Pegasus Aero Group, la empresa cordobesa que conquistó los cielos y revoluciona la lucha contra emergencias

La compañía aeronáutica de carácter familiar nacida en Palma del Río en 1966 factura más de 100 millones con una plantilla de 650 trabajadores y 125 aeronaves

Miguel Angel Tamarit, Vicepresidente de Pegasus Aero Group 2

Miguel Angel Tamarit, Vicepresidente de Pegasus Aero Group 2

Rafael Verdú

Desde Palma del Río, una localidad cordobesa en pleno valle del Guadalquivir, una empresa familiar ha logrado conquistar los cielos del planeta. Pegasus Aero Group, nacida en 1966 como una pequeña compañía aérea destinada a realizar fumigaciones en los campos andaluces, se ha convertido poco a poco en un gigante diversificado que vuela en media docena de países, factura más de cien millones y pilota iniciativas innovadoras en un sector fuertemente tecnificado.

Su vicepresidente, Miguel Ángel Tamarit, recuerda cómo fueron aquellos inicios y los grandes hitos que ha ido afrontando Pegasus Aero Group a lo largo de estas casi seis décadas de trabajo continuo. En 1984, cuando comenzaron a reforzarse las medidas contra los fuegos forestales y la protección del medio ambiente, la empresa vio un nuevo nicho de mercado en la prestación de servicios contraincendios. Amplió su flota, todavía con aparatos de ala fija, pero "de gran capacidad y actualizados", explica Tamarit, y comenzó su diversificación y expansión. El siguiente paso lógico fue la incorporación de helicópteros, más versátiles para la lucha contra los incendios forestales, que comenzaron a llegar en 1988. Y desde entonces no han parado. 

Paso tras paso

En 1994 Pegasus abrió una nueva línea de negocio. En plena fase de crecimiento, los dirigentes de la compañía se dieron cuenta de la escasez de pilotos y mecánicos en una profesión con una alta demanda de trabajadores que requieren una elevada cualificación. "No se cubrían los puestos y muchas veces eso era un freno al desarrollo de proyectos empresariales por la falta de mano de obra", rememora Tamarit. Así que la empresa palmeña se lanzó a crear su propia escuela de formación aeronáutica, que aún pervive y que forma parte integral de Pegasus.

Para finales del milenio Pegasus ya tenía una treintena de aeronaves de ala fija o rotatoria, pero su presencia aún se limitaba al territorio español. En 2005, explica Tamarit, "se dio un paso muy importante como es la internacionalización de la compañía, con una filial permanente en Chile". Los trabajos en Sudamérica eran similares a los que ya realizaban sus pilotos en España, pero con una diferencia: al estar en otro hemisferio, se podían aprovechar las aeronaves especializadas en la lucha contra incendios durante todo el año, bien en el verano boreal o en el invierno austral. Cuando terminaba la época de alto riesgo de incendios en territorio nacional (generalmente en torno al mes de octubre), los aparatos se transportaban a Chile para seguir operando en condiciones similares en lugar de tener que permanecer en tierra en Palma del Río. Romper la estacionalidad significó duplicar la flota y aumentar la plantilla hasta los 200 empleados. 

Hoy Pegasus sigue operando del mismo modo, pero ha ampliado sus operaciones a países como Portugal, Italia, Grecia y Uruguay. En 2017 Pegasus comenzó una nueva línea estratégica con la adquisición de compañías aeronáuticas en otros países o la formación de joint ventures internacionales. Así ha llegado hasta el momento actual, con 125 aeronaves operativas desde 160 bases en seis países, 650 trabajadores en nómina -casi la mitad de ellos con base en Palma del Río- y una facturación de 105 millones de euros el año pasado. Desde hace un par de años, además, también ofrecen el mantenimiento de aparatos a terceros, como el Ejército de Tierra. 

Helicóptero Bell 412

Helicóptero Bell 412 / Activos

Retos de futuro

Pero Pegasus no quiere quedarse aquí. De hecho, Tamarit avanza: "Ahora apuntamos a los servicios de defensa, seguridad y emergencia, ya que tras la dana se ha visto una necesidad de que existan medios para actuar de forma rápida ante situaciones como la que se ha sufrido en Valencia o en otras zonas como Cuenca o Andalucía, y Pegasus tiene una gran experiencia en ello". Entre los medios operativos, la compañía dispone de 14 helicópteros polivalentes, que sirven para proteger el medio ambiente pero también para realizar misiones de rescate en el mar o la montaña.

En la actualidad, una parte de las misiones aéreas de todo tipo se realizan mediante drones o aparatos no tripulados, controlados a distancia. Lo sabe bien Pegasus Aero Group, que está adaptándose a este nuevo escenario en el que se precisan herramientas nuevas para coordinar el trabajo de aviones y helicópteros pilotados junto con drones en una misma situación de emergencia. Tamarit ofrece los detalles de su último proyecto, que se está desarrollando en las Islas Canarias junto con Telespacio. "Estamos desarrollando plataformas no tripuladas de ala rotatoria y fija para buscar soluciones innovadoras en las emergencias, que permitan usar drones u otros sistemas en misiones que se hacen con medios aéreos tripulados, esto es algo complementario", apunta el vicepresidente de la empresa.

Mientras desarrollan esta innovadora tecnología, Pegasus ya ha solicitado los correspondientes permisos de vuelo y operaciones de las plataformas no tripuladas. Pero la administración siempre va por detrás de la iniciativa privada, y Tamarit espera que los documentos no estén listos hasta dentro de tres o cuatro años. Cuando esté listo, será un servicio que además de ayudar en la gestión de emergencias también reducirá el impacto ecológico, concluye.

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