Abengoa destituye a su presidente y rescinde el contrato con Benjumea

02 mar 2016 / 00:07 h - Actualizado: 02 mar 2016 / 00:14 h.
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  • Instalaciones del complejo de plantas solares en Sanlúcar la Mayor. / Pepo Herrera
    Instalaciones del complejo de plantas solares en Sanlúcar la Mayor. / Pepo Herrera

El consejo de administración de Abengoa decidió ayer destituir al actual presidente, José Domínguez Abascal, a instancias del principal accionista, Inversión Corporativa –esto es, la familia Benjumea, que también le propuso para el cargo– «con el objetivo prioritario de facilitar un acuerdo de reestructuración con los acreedores financieros y contribuir a potenciar la independencia de la misma del que a día de hoy es su principal accionista, Inversión Corporativa». Así lo comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a la que también notificó que rescinde el contrato de prestación de servicios suscrito con el expresidente Felipe Benjumea el pasado 23 de septiembre por importe de 1,08 millones de euros. De esta manera, Domínguez Abascal se mantendrá como consejero, mientras que Antonio Fornieles, hasta ahora vicepresidente, ha sido nombrado presidente ejecutivo.

Esta decisión se produce un día después de que Abengoa anunciase sus resultados de 2015, cerró con un volumen histórico de pérdidas de 1.213,5 millones, y en una semana en la que trata de cerrar in extremis un acuerdo con la banca que le permita eludir el mayor concurso de acreedores de la historia del país.

El principal impacto –de 878 millones– responde a la estimación de los costes por «la paralización de los proyectos en construcción, el deterioro de activos e intereses de demora» provocados por la situación de preconcurso, que solicitó al Juzgado el 25 de noviembre, para ganar cuatro meses con los que negociar la reestructuración de su deuda.

El beneficio bruto de explotación (Ebitda) se redujo un 63,4 por ciento, hasta 515 millones, mientras que la cifra de negocio se situó en los 5.755,48 millones, un 19,5 por ciento inferior, sustentada por la actividad de ingeniería y construcción (representó el 58 por ciento), el área estratégica sobre el que la nueva Abengoa quiere empezar de nuevo. La segunda pata de su negocio, con un peso del 35 por ciento, es la bioenergía, cuyos activos están incluidos en el plan de desinversiones. Por su parte, las infraestructuras de tipo concesional (solar, líneas de transmisión, agua y cogeneración) le reportaron una facturación de 406,8 millones, un 18,5 por ciento menos. El 86 por ciento del negocio de Abengoa provino del exterior, frente al 14 por ciento generado en España, con especial influencia de Sudamérica (38 por ciento) y Estados Unidos (26). Europa y otros países, el 22 por ciento restante.

La deuda corporativa ascendió hasta los 6.325 millones (5.325 en 2014), de los cuales 468 millones han vencido. La deuda bruta consolidada se colocó en 9.395 millones, 888 menos que un año antes. Por otra parte, las facturas pendientes con proveedores se elevaron hasta los 4.379,25 millones, 604 millones vencidos.

Su patrimonio menguó desde los 2.646,17 millones de 2014 hasta 696 millones, por «los problemas de acceso a los mercados de deuda y capitales unido a la cancelación o no renovación de líneas de crédito por 1.000 millones». Por su parte, el pasivo se redujo desde los 25.247 hasta los 16.627 millones, fruto de la desconsolidación de Atlantica Yield de las cuentas tras perder el control de la filial estadounidense el año pasado. Abengoa cuenta con una participación del 41,48 por ciento en Atlantica (antigua Abengoa Yield), frente al 41,86 por ciento de finales de 2015, tras completar canjes de bonistas por 13 millones de dólares en lo que va de año. Sus garantías representan uno de los escollos que ha impedido a la ingeniería recibir la liquidez inmediata que necesita. Los bancos utilizaron las garantías de estas acciones como aval para inyectar 106 millones (con vencimiento el 17 de marzo próximo) para pagar las nóminas de enero, mientras que los bonistas, dispuestos a aportar 165 millones, reclaman compartir esas garantías como contraprestación.

La empresa admite que ha elaborado las cuentas sobre la base de «empresa en funcionamiento», de manera que ha considerado el panorama más favorable a la hora de presentar sus estimaciones.

Reseñó, además, las operaciones comerciales con personas o sociedades vinculadas en 2015. Detalla los 95.000 euros facturados por Blanca de Porres Guardiola, esposa del expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea, en virtud de un contrato de prestación de servicios firmado con Simosa. O los 319.000 euros facturados por Equipo Económico, sociedad vinculada al consejero Ricardo Martínez Rico.