Energía

El mercado eléctrico se hunde y marca en un mes tantas horas a cero euros como en los 10 años anteriores

El boom de producción de las renovables tumba los precios de la electricidad y provoca sólo desde mediados de febrero más de 100 horas de desplome hasta cotizaciones nulas

Torres de tendido eléctrico.

Torres de tendido eléctrico. / EP

David Page

Los precios de la electricidad ahora se hunden. El mercado mayorista eléctrico -en el que energéticas y 'traders' compran y venden la luz que se consumirá al día siguiente- lleva semanas registrando precios de derribo y se coloca en el extremo contrario de los picos récord y subidas desorbitadas registradas en lo peor de la crisis energética.

El mercado mayorista de la electricidad, también conocido como 'pool', marca precios diferentes para cada hora del día y en las últimas semanas se han disparado el número de horas con precio nulo. Desde el 10 de febrero y hasta el 11 de marzo se han registrado un total de 108 horas a cero euros, prácticamente igualando todas las horas de precio cero registradas durante la última década, según los registros del Operador del Mercado Ibérico de la Energía (OMIE) y de Red Eléctrica de España (REE), el gestor del sistema eléctrico.

En los últimos diez años sólo se habían registrado 113 horas con el mercado eléctrico a cero euros. Casi todas concentradas el año pasado. En 2023 se acumularon 109 horas con cotización nula. Y fueron sólo cuatro las horas a cero en 2022, concéntrándose todas en la madrugada de la víspera de Nochevieja, casi rozando el nuevo año. Hasta entonces, y durante casi una década no se había registrado ni una sola hora a precio cero. Para encontrar anteriores desplomes del mercado eléctrico hasta marcar cero euros hay que retrotraerse hasta 2014, cuando fueron 177 horas en total durante todo el ejercicio.

El mercado eléctrico fija lo precios mediante un sistema marginalista, que hace que la última y más cara tecnología necesaria para cubrir la demanda marque el precio de todas las demás. Algunas tecnologías de generación denominadas inframarginales (singularmente las renovables y la nuclear) entran en muchas ocasiones, casi siempre, a precio cero. Así que cuando la producción de estas energías es suficiente para cubrir todo el consumo previsto la cotización se queda en esos cero euros. Y eso es lo que ha sucedido en más de cien ocasiones sólo en el último mes.

Parada de nucleares

El gran despliegue de nuevas renovables en los últimos dos años está permitiendo abaratar los precios y también está haciendo que se disparen el número de horas en que el mercado mayorista de la electricidad se desploma. En las últimas semanas, la generación de los parques eólicos es muy elevada, es mejor de lo previsto la producción de las plantas fotovoltaicas en las horas centrales del día y también está creciendo la actividad de las centrales hidráulicas. El resultado: los precios caen, y mucho. Otro resultado: la enorme producción verde no deja hueco suficiente a otras tecnologías para ofrecer su producción en el mercado.

Es lo que ha pasado ahora con varias centrales nucleares. Desde el pasado viernes y durante unos días habrá un parón de la producción de varias nucleares para evitar operar a pérdidas por el desplome de los precios de la electricidad. Iberdrola mantendrá sin producción durante varios días las centrales de Cofrentes (Valencia) y Almaraz I (Cáceres) después de no haber conseguido casar precios con los del mercado mayorista de la electricidad. En una parada de este tipo lo normal es que las centrales no vuelvan a producir en al menos una semana o diez días. Endesa también tuvo problemas para casar inicialmente los precios de su central nuclear de Ascó (Tarragona) en el mercado eléctrico, pero Red Eléctrica de España (REE) envió su producción al mercado de restricciones técnicas y no permitió a la eléctrica paralizar la actividad de los dos reactores de esta planta por seguridad de suministro para el mercado catalán.

En las últimas semanas, Iberdrola y Endesa -los grandes operadores nucleares del país- ya venían reduciendo la producción de los reactores por los bajos precios del mercado eléctrico y la gran producción de renovables, que dejaba menos hueco para otras tecnologías, pero ahora se están produciendo producir paradas totales de generación.

Un problema para el sector

La expansión de las renovables en el mercado español y su cada vez mayor peso en el mix de producción de electricidad nacional no sólo supone un avance ambiental hacia la descarbonización de la economía, también lo es por su impacto para reducir el precio de la energía. Pero el desplome de la cotización y la proliferación de los precios a cero euros ha hecho saltar las alarmas en el sector eléctrico por la enorme distorsión que supone para que las plantas en funcionamiento cubran sus costes de producción y para incentivar la inversión en nuevas plantas renovables.

Desde el sector eléctrico, y específicamente desde el renovable, se alerta del impacto en el negocio de esta ‘canibalización’ de los precios eléctricos. Canibalización porque es el crecimiento de las renovables el que precisamente está haciendo, según advierten las compañías, que se ponga en peligro la rentabilidad de las plantas verdes -actuales y futuras- por la caída de los precios eléctricos y el que puede acabar frenando inversiones en nuevos desarrollos por la falta de incentivos y la incertidumbre.

Las compañías energéticas también advierten de los desplomes hasta cero del mercado representan una señal de alarma sobre algunas carencias del sistema, dado que si hubiese capacidad de almacenamiento suficiente -baterías- o mayor interconexión con el resto de Europa podría evacuarse o guardarse parte de la producción para momentos del día con menos generación y así evitar vaivenes bruscos de precio.

Electricidad a cero no es luz gratis

Que el mercado eléctrico se desplome hasta los cero euros no significa que los consumidores tengan luz gratis en su recibo. Por un lado, porque la evolución del mercado mayorista de la electricidad sólo tiene incidencia directa en la factura de los más de 8 millones de clientes que tienen contratada la tarifa regulada, denominada precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC) y ahora, además, su impacto se va reduciendo por la reforma aprobada por el Gobierno para dar más estabilidad a la factura para que vayan teniendo cada vez más peso la evolución de los mercados de futuros.

Por otro, porque el precio de la energía es sólo uno de los componentes que integran la factura de todos los clientes eléctricos, tanto los que tienen tarifa regulada como la mayoría que ha optado por una tarifa del mercado libre (cuyo precio fijan libremente las compañías eléctricas). Además del componente de la energía, la factura también incluye impuestos específicos; los cargos regulados, que fija el Gobierno y que sirven para pagar las retribución de las renovables, los sobrecostes de los territorios extrapeninsulares o la deuda del sistema eléctrico; y los peajes de acceso, que establece la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) y que se usan para financiar los costes de las redes de transporte y de distribución. Puede estar a cero la parte del precio de la energía, pero los clientes deben seguir pagando el resto de componentes.

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